Pues Mazatlán bien vale un tianguis

Pues Mazatlán bien vale un tianguis
Por:
  • gerardo_garcia

Es la feria turística más importante de México aún. Con todos sus asegunes, vaivenes, el Tianguis Turístico de México ha sorteado años en los que se le auguraba una lenta muerte, y hoy, se levantó y anduvo.

Y anda bien, habrá que reconocerle.

No es un evento estrictamente de negocios. Es cierto que puede haber más de 45 mil citas entre profesionales en los días que dura este evento, este año en Mazatlán; pero también lo es que se trata más de un encuentro entre profesionales de la industria, de relaciones públicas, que de negociación de inventarios. Que los hay; pero en una medida propia de la realidad de un mercado que se negocia anualmente principalmente hacia los meses finales del año.

Pero es, al menos desde que se le convirtió en itinerante, un evento renovado, que genera un impacto positivo en los destinos en los que se realiza y para la industria turística un buen escaparate.

Y pues para los políticos una extraordinaria oportunidad para decir un buen discurso.

Nomás hay que ver lo que este domingo pasado anunció el presidente Enrique Peña Nieto en el teatro Ángela Peralta: En 2012, México se ubicaba en la posición 15 del ranking de la Organización Mundial de Turismo, con 23 millones de visitantes extranjeros; al cierre de 2017, la cifra subió a 39.3 millones, por lo que el país muy probablemente alcance la posición número seis en cuanto se libere este reporte. De confirmarse, se habría superado a países como Alemania y Reino Unido en ese ranking. A Turquía ya se le había sobrepasado un año atrás.

No es cualquier noticia. Se trata de un incremento del 68 por ciento en la llegada de visitantes internacionales en sólo cinco años. Un crecimiento exponencial que se ha dado en una coyuntura marcada por la violencia del narcotráfico, las alertas de viaje hacia México y la incertidumbre económica en el mundo. Pese a ello, aún en contra de ello, se ha generado esto. No se ha dado en un entorno sencillo y pródigo para que sucediera.

La mata ahora, trazada por el sector privado y la autoridad, es alcanzar los sesenta millones de turistas. De acuerdo con el secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, para lograrlo se tiene que apostar por mayor conectividad, capacitación y conservación de la riqueza natural y calidez de los mexicanos. Y sí; pero el Estado Mexicano debe generar las condiciones para que pueda suceder: seguridad, certidumbre jurídica, inversión en infraestructura turística.

Para alcanzar esa meta se requiere de una gran inversión de la iniciativa privada en la oferta turística. Más hoteles, más servicios, más experiencias. Inversión que no se dará sin garantías de parte de la autoridad de que los proyectos que sean sustentables no sean detenidos por intereses personales o de pequeños grupos que asolan a la inversión privada turística en México.

Es una realidad que este crecimiento turístico no ha sido igual en todo el país. La mayor parte de este pastel se ha quedado en los tres principales destinos de sol y playa –Caribe Mexicano, Vallarta y Cabos- y no ha permeado lo suficiente. Para que ello ocurra se requiere de inversión en el producto turístico, primero, y generar conectividad después. No es sencillo sacar a un turista de su resort en Cancún para llevarlo a Palenque si no hay las condiciones óptimas para que invierta en vivir esa experiencia.

Los retos son varios y las condiciones para cumplirlas son claras.