Que 20 años ¿no es nada?

Que 20 años ¿no es nada?
Por:
  • larazon

Otto Granados

2014 será un año singular desde el punto de vista histórico, pero también un desafío en términos políticos e intelectuales.

Cuando despunte el primer día de enero, será inevitable recordar que se cumplen dos décadas de que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (TLCAN) y surgió el levantamiento zapatista. Que en marzo Mario Aburto asesinó al candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, y que en septiembre Daniel Aguilar Treviño balaceó al dirigente del PRI, José Francisco Ruiz Massieu. Y, para finalizar, que se cometió el error de diciembre que llevó a una devaluación mayúscula y a una caída del 7 por ciento del producto. Si los annus horribilis existen, ese fue uno de ellos.

Pero más allá de la efeméride, será, digo, un desafío para medir si los círculos mediáticos, académicos, intelectuales, partidistas y, en general, públicos, han alcanzado la madurez suficiente para examinar objetiva, documentada y rigurosamente cada uno de esos acontecimientos y, sobre todo, las consecuencias, si algunas, que tuvieron para el país.

El TLCAN, por ejemplo, ¿cambió realmente la fisonomía económica, industrial y productiva de México? Desde la perspectiva de sus propósitos originales —ordenar el comercio exterior y estimular la atracción de inversiones— fue sin duda un éxito casi bajo cualquier indicador. México se volvió una de las economías más abiertas en el mundo (casi 60% del PIB), sus exportaciones se diversificaron y multiplicaron por siete, atrajo inversión extranjera como nunca antes, y las empresas vinculadas al comercio internacional son las que generan más empleos y con mejores salarios.

¿Creció México a tasas sostenidas muy elevadas y se convirtió en una potencia global competitiva? No, pero no fue por el TLCAN, sino por sus tremendas insuficiencias en materia de productividad, monopolios, estado de derecho, educación y mercados laborales.

La llamada rebelión zapatista ¿modificó sustancialmente la situación de Chiapas o de las comunidades indígenas en el país? Con los números hasta 2012, no. La aportación de Chiapas, que tiene 4% de la población total, al PIB nacional, apenas ronda el 1.7%; el PIB per cápita de los chiapanecos es el más bajo del país (57% menor al promedio nacional), su escolaridad es igualmente la más modesta de todas las entidades y su posición competitiva se mantiene en el peor lugar de la tabla nacional. Nadie sabe qué sucedió con el EZLN y, peor aún, a nadie parece importarle demasiado.

Los asesinatos de Colosio y Ruiz Massieu tuvieron diversos desenlaces, exhibieron las peores lacras del sistema de procuración e impartición de justicia, dieron para películas y libros de todo pelaje, y la gente sigue y seguirá tejiendo, sin datos duros ni evidencias comprobables, las más variadas historias, versiones, fantasías y especulaciones. Políticamente, el país no se despedazó, seis años después vino la alternancia electoral y México vive en una razonable normalidad democrática.

En 2014 enfrentaremos a algunos de nuestros fantasmas. A ver cómo lidiamos con ellos.

og1956@gmail.com