Que nos dure el vuelo

Que nos dure el vuelo
Por:
  • javier_solorzano_zinser

Es de esperarse que en la medida en que pasen los días tendremos una idea más clara de lo que provocó el temblor del 19 de septiembre, lo cual, como también es de preverse, nos va a traer más malas noticias.

Llevamos dos días de una pesadilla que no va a ser fácil de olvidar ni de superar. Lo mejor en medio de la tragedia y el drama ha sido la actitud ciudadana. Como se ha ponderado con razón estos días, los habitantes de la ciudad no olvidamos nuestro sentido de pertenencia, la importancia de la ayuda ni la solidaridad que nos distinguieron e identificaron en el país y en el mundo en 1985.

Somos una nación de temblores y si bien hemos tratado de aprender a vivir con ellos y saber qué hacer, para bien, no hemos perdido nuestra capacidad de asombro ni el temor, lo cual nos viene bien porque se ha convertido al mismo tiempo en un mecanismo de defensa.

Muchas caras ha tenido la tragedia. Todo es importante aunque algunos casos se hayan convertido en asuntos mediáticos. Los niños del colegio Enrique Rébsamen han acaparado la atención porque detrás de su muerte y su sobrevivencia se está escribiendo una relevante historia de unidad y definitiva cercanía entre las fuerzas armadas y los ciudadanos.

Ayer conversamos con José Luis Vergara, oficial mayor de la Secretaría de Marina y personaje central en el rescate de los niños. Nos decía que las labores de estos días han tenido como una de las claves “la unidad de ciudadanos y marinos, hemos trabajado juntos por el bien del país”.

El largo proceso de rescate de los niños ha provocado una gran expectativa social y además nos ha demostrado la gran capacidad de organización y actuación que tienen las fuerzas armadas para abrir brechas, para que los especialistas en rescates entren en acción y hagan su trabajo.

Tarde que temprano vamos a tener que entrar en los terrenos de la reconstrucción. Va a ser un tema delicado, se van a tener que diseñar proyectos urbanos que permitan a la gente tener viviendas más seguras y vivir mejor.

Por lo pronto hay signos alentadores en el camino. La ciudadanía y las autoridades caminan por lo pronto de la mano. Como le decíamos ayer, la gran pregunta es cuánto va durar todo esto. Se sabe que si a alguien le gusta este binomio es a la clase política, que es capaz de lo que sea con tal de hacerlo propio.

Derivado de la solidaridad y las movilizaciones de diversos grupos estudiantiles en los azarosos días del temblor de 1985, se crearon fuerzas políticas destacadas que se integraron con peso al frente que lanzó a Cárdenas a la candidatura presidencial en las elecciones de 1988.

Puede pasar cualquier cosa a partir de ahora. Muchos jóvenes están en las brigadas y muchos otros están frustrados por no estarlo.

Lo que nos dice esto es que existen un deseo y un ansia de participación por estar en los temas del país.

Lo que quieren muchos de ellos es participar y saberse útiles socialmente. No quieren quedarse en sus casas; al contrario, lo que quieren es estar en las calles, quieren ser parte de su país.

Esto apenas comienza. Todos vamos a estar llenos de tareas, ojalá nos duren el vuelo, la convicción y el interés que hemos tenido y manifestado estos días.

RESQUICIOS. Así nos lo dijeron ayer:

Estoy muy mal, pero echado para adelante con la cooperación de la gente. Tenemos 28 inmuebles derrumbados, lo que ya implica la atención inmediata a la gente e ir pensando en la reconstrucción. Hay muchos edificios que podrían caer en cualquier momento.

En el temblor de 1985 la sociedad rebasó al gobierno. Miguel de la Madrid tardó cuatro días en salir a la calle, espero que esto no vuelva a pasar. Hay una buena comunicación con el Gobierno de la CDMX y con el federal.

Ricardo Monreal. Delegado en Cuauhtémoc.