¿Quién no quiere que Isla Mujeres sea Pueblo Mágico?

¿Quién no quiere que Isla Mujeres sea Pueblo Mágico?
Por:
  • larazon

Gerardo García

Se trata de un programa federal destacado y destacable diseñado para generar modelos alternativos de desarrollo turístico. Recursos públicos destinados a construir, mejorar y mantener infraestructura turística en destinos ubicados en poblaciones pequeñas y medianas en todo el país. Lugares que ofrecen productos turísticos fundamentados en su cultura, naturaleza, historia, geografía. Pueblos Mágicos, se llama el programa de la Secretaría de Turismo.

Y alguien por ahí no quiere dejar pasar a uno de los destinos emblema del país.

Es verdad que este Programa, el cual nació igual como una iniciativa social para que las comunidades se integraran en el desarrollo turístico, se vició el sexenio anterior cuando, por decisión de quien encabezaba la Sectur, se abrió la puerta para que se entregaran nombramientos en ocasiones sin siquiera el cumplimiento de la normatividad.

Sólo en los últimos dos meses del sexenio se dieron 26 declaratorias de Pueblo Mágico, elevando a 83 las localidades que están inmersas en el Programa. Ante ello, la secretaria Claudia Ruiz Massieu ordenó una reestructura total del programa, por lo que el año pasado se publicaron nuevas reglas de operación que lo mejoraron. Es cierto que se endurecieron; pero había razones para ello. El asunto es que se corría el riesgo de que pasara lo que parece suceder en este caso.

Isla Mujeres es una joya turística de México. Frente a Cancún, a menos de media hora de traslado por barco, cuenta con todos los atributos para ser un gran destino en sí mismo. Playas, gastronomía, historia, cultura. Es cierto que la cercanía con Cancún le ha significado no contar con una gran oferta hotelera; pero cuenta con una infraestructura suficiente y de calidad. No cuenta, sin embargo, con los recursos suficientes para mejorar su producto y por ello se decidieron a buscar la declaratoria de Pueblo Mágico.

El asunto es que el Grupo de Evaluación del Programa de Incorporación de Pueblos Mágicos, ha incumplido con el calendario oficial para el nombramiento de nuevos destinos turísticos como es el caso de esta ínsula, pese a que sus autoridades entregaron en tiempo y forma todos los requisitos. De acuerdo con la calendarización que la Secretaría de Turismo, este cuerpo colegiado debió emitir su veredicto entre el primero y 3l del pasado mes de julio. Lo que no sucedió.

Las autoridades de Isla Mujeres han informado que se cumplieron todos los pasos que se obligaron en el procedimiento estipulado por Sectur. Se integraron expedientes, se recibieron visitas de inspección; se acreditó la existencia de un área encargada de atención al turismo; un directorio de prestadores de servicios; el inventario de recursos y atractivos turísticos; el Programa de Desarrollo Turístico Municipal. Todos los requisitos, pues, cubiertos. Pero nada sucede.

Habría que esperar que en la Secretaría de Turismo respondieran ante la denuncia. El hecho de mejorar un programa no tendría que significar cancelarlo. Mejora que, necesaria, no tendría que derivar en tortuguismo. Isla Mujeres, como aquellos destinos que cumplan con los requisitos, tendrían que ser aceptados en un programa que en este año se le asignó un presupuesto histórico. Aún en la austeridad, histórico.

Cuentos del cambio

1.- El negocio de la venta de tiempos compartidos en la industria hotelera fue durante mucho tiempo generador de conflictos. Antes de profesionalizarse de la manera en que ha sucedido, cientos de estafas fueron el signo de un negocio que, sin embargo, tendría que ser considerado ya como un producto serio, en el que muchos hoteleros apuestan inversiones y en la certidumbre para el cliente basan su éxito.

El asunto es que hay vivales que aprovechan cualquier resquicio para estafar a miles de turistas que, al final, se sienten defraudados no sólo por el personaje que les robó, sino incluso por el destino. Éste es el caso de un personaje llamado Mustafá Bouzid, quien ha hecho una fortuna a través de la estafa de miles de turistas durante largos años. Estafas que ahora, al fin, son parte de un expediente judicial que seguramente derivará en cárcel. Un paso necesario para que esta industria siga en el paso necesario: limpiarse de estafadores que han dañado a este producto de sobremanera.

La historia, en otra entrega.

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