¿Quién se acuerda del gasolinazo?

¿Quién se acuerda del gasolinazo?
Por:
  • bibiana_belsasso

Si alguien le hubiera propuesto en enero pasado estar en julio de este año en la situación en la que hoy está la economía, José Antonio Meade, el secretario de Hacienda y Crédito Público, lo hubiera firmado de inmediato.

En enero, el gasolinazo, la liberación del precio de la gasolina, puso a México ante la más grave crisis social de esta administración. Hubo saqueos en el Estado de México y otras zonas del país; más de uno pensó que la gobernabilidad estaba perdida o por lo menos cuestionada; el peso se derrumbaba frente al dólar, mientras que el 20 de enero asumiría la presidencia de los Estados Unidos Donald Trump, en medio de las más ominosas previsiones sobre el futuro de las relaciones con nuestro país, incluyendo la posibilidad de que Estados Unidos saliera del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, como ya había anunciado que lo haría del Tratado Transpacífico.

Trump exigía que las empresas de su país regresaran a la Unión Americana y abandonaran México, prometía aranceles extras contra nuestras exportaciones y quería hacer un muro en la frontera que simbolizara el retorno al más absoluto proteccionismo.

En otras palabras, con la crisis social y la amenaza de Trump nadie daba un peso por el futuro inmediato de la economía mexicana. Y las calificadoras, por ende, castigaron la valoración de México.

Seis meses después tenemos un panorama completamente diferente. El dólar tuvo el martes su nivel más bajo, 17.45 pesos, el superávit de México con Estados Unidos alcanzó niveles récord (más de 70 mil millones de dólares anuales); la renegociación del TLC comenzará el próximo 16 de agosto, sin duda con un proceso de negociación complicado pero que tiene líneas definidas y, más allá de alguna declaración grandilocuente de Trump, nadie cree que vaya a haber una ruptura, al contrario. Se espera lograr un acuerdo en diciembre.

Se alcanzaron cifras récord en la creación de empleos y en afluencia turística: hubo dos millones de nuevos empleos y México se convirtió en el octavo destino turístico del mundo.

La deuda, que el año pasado era uno de los mayores motivos de preocupación de los mercados, se ha estabilizado y tiende a la baja. La inflación ha crecido un poco por encima de lo programado, pero está bajo control, mientras que el acceso al crédito sigue abierto y crece el consumo interno.

Como consecuencia, la calificadora Standard and Poors elevó la puntuación de México de negativa a estable, lo que a su vez facilitará el acceso a crédito y capitales.

La evaluadora señaló que el cambio a estable refleja la reducción de riesgos en materia de deuda y de pasivos contingentes durante los próximos 24 meses.

Al respecto, la Secretaría de Hacienda comentó que la calificadora enfatizó que la reforma fiscal apoyó de manera sustantiva a hacer frente al decrecimiento en los ingresos petroleros.

Si cuando llegó a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), se comenzó a hablar de José Antonio Meade como un posible aspirante presidencial para 2018, cuando en septiembre pasado le tocó asumir la Secretaría de Hacienda en una situación económica ya delicada, muchos creyeron que sus aspiraciones disminuían dramáticamente.

En enero, con el gasolinazo, (una decisión propuesta desde antes de que Meade Kuribreña llegara a Hacienda y aprobada en el presupuesto por casi todos los partidos) casi la mayoría lo dio por muerto para 2018.

Hoy, a fines de julio, Meade ha regresado generando muchas expectativas.

Suyo, en muy buena medida, es el mérito de haber regresado a la senda del crecimiento y la estabilidad a la economía mexicana. Eso lo vuelve a convertir en una carta para el 2018.

bibibelsasso@hotmail.com

Twitter:@bibianabelsasso