¿Quiénes se oponen a la preinternación?

¿Quiénes se oponen a la preinternación?
Por:
  • larazon

Gerardo García

Cuentan quienes lo vieron que el hombre, de por sí de rostro adusto, tenía un semblante de esos que reflejan molestia extrema. Que al abandonar esa sala de juntas su molestia era evidente y no hizo nada para disimularla. Era Ardelio Vargas, el director del Instituto Nacional de Migración, quien no entendía por qué algunos representantes empresariales en esa junta se dedicaron a rechazar lo que antes tantos habían presionado porque sucediera. Sí, las aduanas de preinternación.

La semana pasada la Secretaría de Turismo organizó una reunión para comentar los avances del programa de aduanas de preinternación del gobierno de Estados Unidos de Norteamérica, que se instalarían en algunos aeropuertos mexicanos. Los subsecretarios Carlos Joaquín y Salvador Sánchez presidieron la reunión a la que concitaron a funcionarios como Vargas y otros de Aduanas, Secretaría de Salud, Comunicaciones y Transportes, entre otras dependencias involucradas, y a representantes de organismos empresariales como la Cámara Nacional de la Industria Aeronáutica y de grupos aeroportuarios que operan en el país.

La intención manifiesta por el gobierno federal es aprovechar el influjo que trae este programa tras la aprobación de la reforma a la Ley Federal de Armas y Explosivos –permiso para que agentes aduanales extranjeros puedan portar armas en el territorio mexicano-, el primer paso para hacer posible este proyecto que potenciaría la llegada de turistas estadounidenses a destinos mexicanos.

Por ello en la reunión se presentaron avances en la búsqueda de que en no más de un año comenzaran a operar en el aeropuerto de Cancún, primero, y Los Cabos después. El asunto es que de manera sorpresiva del lado empresarial comenzaron a verterse opiniones negativas que hacían parecer que la iniciativa privada, que fue siempre la principal impulsora de este proyecto, ahora lo rechazaba.

Los que principalmente en esa reunión manifestaron sus dudas fueron los representantes de la Canaero, que preside Fernando Flores, y el director del Grupo Aeroportuario del Pacífico, Fernando Bosque.

Hablaron de las complicaciones logísticas, los costos que supondría y de las inversiones que tendrían que realizarse. Que si habría que construir más terminales en los aeropuertos –en efecto, las aduanas de preinternación operan en áreas estériles en las que los pasajeros que las utilizan no se mezclan con otros de vuelos distintos-, que si habría que incrementar el costo aeroportuario, que si no terminarían afectando el flujo cotidiano y la operación en los aeropuertos mexicanos. Lloriqueos, pues.

Consulté el fin de semana con autoridades y empresarios en Cancún, el destino que principalmente se vería más beneficiado con la puesta en operación de estas aduanas. La respuesta generalizada fue más bien un exhorto: si Los Cabos no lo quieren, nosotros sí. El que haya sido un directivo del grupo aeroportuario que opera Los Cabos y Vallarta dio mucho qué decir.

En Quintana Roo las condiciones están puestas para que comience a funcionar; Aeropuertos del Sureste, que opera Cancún –el principal aeropuerto en el país en llegadas de visitantes internacionales- ha manifestado abiertamente y desde tiempo atrás estar listo en términos de logística e instalaciones para que opere la preinternación. Los empresarios y autoridades ahí han invertido en estudios que muestran los efectos positivos de esto y están dispuestos a invertir más para que suceda.

Habrá que ver la postura del gobierno federal. Si la decepción que mostró Ardelio Vargas tras esa reunión no se manifiesta en lentitud en el proceso abierto. Si escuchan más a quienes quieren complicarlo o a quienes lo quieren impulsar.

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