Rafael Coronel celebra en Bellas Artes

Rafael Coronel celebra en Bellas Artes
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Ernesto Lozano

“Las exposiciones retrospectivas se hacen cuando uno ya se va a morir, cuando estás a un paso de la tumba. Por eso denominé a esta exposición Retrofutura, porque en ella está incluido el futuro de mi pintura, porque todavía no me siento al pie de la tumba. Todavía me funciona todo”. Con sencillez y fino sentido del humor, el artista Rafael Coronel (Zacatecas 1931) se expresó sobre su muestra en el Palacio de Bellas Artes, que con motivo de su aniversario y para celebrar 60 años de labor creativa, se presenta hasta el próximo 6 de noviembre.

La museografía de la exposición es convencional, sin aporte alguno que destaque la obra del maestro zacatecano, las esculturas lucen poco, como colocadas en la ventana de la sala de una casa, la iluminación es inadecuada, sólo destaca la sala del cierre de Retrofutura, donde 15 piezas, estas sí, muy bien iluminadas, de una serie de 40 que Rafael elaboró en sólo siete meses en exclusiva para la exhibición, se muestran magistralmente; en esta sala el museógrafo le da el protagonismo que necesitan los personajes retratados por Coronel, las obras salen a nuestro encuentro, pierden la bidimensionalidad y compartimos con ellos.

Para la elaboración de estas obras eligió la técnica del claroscuro, “la profundidad de la oscuridad y la luminosidad del medio ambiente en que vivimos, porque siempre estamos a la orden de la luz o de la oscuridad, el término medio como que disuelve mucho el tema, por eso los expresionistas siempre se iban hacia lo oscuro y los impresionistas a la luz”, expresaba el maestro Coronel.

Antes de la inauguración de Retrofutura, La Razón conversó con Juan Coronel Rivera, hijo del pintor, quien estuvo a cargo de la curaduría de esta exposición. Dio a conocer la itinerancia de la muestra, que después de Bellas artes viajará al Ex Templo de San Agustín, en el estado de Zacatecas, y al Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey.

¿Cómo se curó Retrofutura, y cuántas piezas integran la exposición? Está integrada por 109 piezas, el título se lo puso el propio pintor, quiere marcar que si bien es un artista con trayectoria, es un artista que está vivo y sobre todo, activo. Decidió facturar una serie de obras para que formaran parte de la exposición, y en un plazo de siete meses preparó 40 piezas de las que seleccioné 15 para cerrar la exhibición. Esta obra reciente marca un rompimiento completo en su producción, son una nueva aportación, una visión distinta a lo que venía trabajando. Entra a un periodo tenebrista, muy relacionado con artistas como Caravaggio.

Dividimos la muestra en siete grupos, que son núcleos en sí mismo, aunque se puede permitir varias lecturas. La primera idea es presentar sus inicios dentro del marco de la escuela mexicana, si bien él en algún punto se relaciona con el periodo de la ruptura, Coronel siempre ha estado relacionado con la estética de los años 20, 30 y 40. Desde sus inicios siempre trató de mostrar uno de sus intereses centrales de su obra, que es la idea de que a figura por sí misma, nos dé un contenido completo, relacionado con la parte emotiva y psicológica del artista.

¿Por qué es importante la entrada de Rafael Coronel período de la ruptura? Es muy importante porque cundo él entra a la ruptura, muchas de las piezas que ejecuta, tienen cierta relación con las piezas producidas tanto por Orozco, como las de Siqueiros, pero desde una perspectiva completamente moderna, entendida en el periodo moderno de los años 30 a los 60. A Rafael lo que le interesaba en ese momento era presentar a los personajes sin las banderas de Siqueiros, sin las flores de Rivera, y sin el fuego de Orozco, siempre se preocupó por presentar al personaje tal como es.

¿Qué puedes comentarnos de destacado dentro de la obra de Rafael Coronel? Las ratas. La primera la pintó en 1958, para después realizar una serie de 20. Lo interesante de pintar a las ratas es que tienen una relación con el ser humano, pues al darle forma gigante, al presentarlas al tamaño natural, le imprime categoría de personajes, que somos nosotros mismos, él habla de que el hombre es un ser relacionado con las ratas, con mucho de su espíritu.

¿Qué se muestra del periódo figurativo expresionista de Coronel? Rafael de 1964 a 1972, experimentó con el expresionismo abstracto, porque a pesar de que siempre lo vemos como un pintor figurativo, él tiene grandes períodos de abstracción, pero la principal inquietud de la muestra es presentar a un Coronel diverso. En la imaginería del público está el pintor de las grandes composiciones con gorros, que están muy relacionados con la pintura española, con la pintura flamenca, sin embargo, ése es un período que sólo ocupa 15 o 20 años de un total de 60 que ha estado trabajando el maestro.

¿Qué opina el maestro Coronel de esta exhibición en el Palacio de Bellas Artes? Él está encantado, opina que es por mucho, la exhibición donde está mejor colgado, esta es una exposición muy chica, se cuidó mucho, se buscó que cada obra tuviera un peso específico dentro del contexto del núcleo que forma; Rafael es un pintor muy prolijo, ha de tener sobre 6,000 obras terminadas, la selección fue de unas 400 que teníamos de opción, eliminamos hasta llegar a estas 109 piezas.

¿Constituyen una fractura dentro de su producción las 15 obras con las que cierra la muestra? Si, la producción del maestro de hace unos nueve meses aún era de personajes de fondos muy azules, con gorros y máscaras, fue muy audaz al proponer pintar a sólo siete meses de la muestra, y sí, si se fracturó, en las 40 piezas que pintó vemos un pintor totalmente distinto, es raro que pase en un artista consolidado, que raramente se prestan a evolucionar dentro de su estilo. Dentro de la figuración, una de las cosas más interesantes de esta serie es su visión de lo femenino, hay un desnudo que es como el complemento, que nos lleva entre el Eros y el Tánatos, mujeres semi decrépitas, Coronel pone el foco en el final de la vida de mujeres y hombres, una vejez diferente a la que nos tenía acostumbrados, siempre había mostrado una vejez redimida, en estos cuadros con los que cierra la muestra, la vejez ya no está redimida, se presenta como la decadencia, algo no explorado por él hasta ahora.

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