Ron Mueck, un hiperrealista de alto impacto

Ron Mueck, un hiperrealista de alto impacto
Por:
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Ernesto Lozano

San Ildefonso es un recinto que siempre fue escuela, nos ofrece una continuidad natural al ser la cuna del muralismo y asume su papel de eslabón en la historia del arte, incluyendo el contemporáneo, mostrando las inquietudes y las transgresiones que artistas inquietos aportan con un lenguaje muy singular, como es el caso de Ron Mueck, que con un hiperrealismo impactante nos da la oportunidad de lecturas metafóricas gracias a su talento y dominio técnico.

La muestra Hiperrealismo de Alto Impacto de Ron Mueck, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso estará abierta al público hasta el mes de febrero del próximo año.

Para el artista australiano sus figuras son detonadores puestos en un itinerario, donde a cada quien le va despertando emociones, sugerencias y especulaciones, que según nuestras referencias y estados de ánimo, nos permite entablar un diálogo.

Conversamos en exclusiva para La Razón con Ery Camara, quien es el curador de San Ildefonso y ha estado en los últimos días, muy cerca de Ron Mueck.

¿Cómo llega a Ery Cámara a Ron Mueck y se convierte en el curador de esta importante muestra en la ciudad de México? Conocí a Ron en la Bienal de Venecia, en el año 2001. En esa ocasión yo era el presidente del jurado de la muestra, el estaba presentando Arrodillado de Cabeza Rapada y el adolecente Boy, en el Arsenal. Me gustó su obra. Recientemente mi amigo y colega curador del MARCO, me dijo que ellos querían traerlo. Ya habían contactado a Anthony d´Offay que es su galerista, yo me apunté para después de Monterrey traer la obra a San Ildefonso. Sólo tres piezas de las presentadas en Monterrey no pudieron traerse, por lo que nos dimos a la tarea de buscar otros préstamos. Como el bebé grande no vendría para la ciudad de México, entonces trajimos el bebé de 26 cm para lograr contraste.

¿Existe obra de Mueck en algún museo de América Latina y porqué es importante esta muestra en México? No, por el momento no. Sé que hay interés en algunos coleccionistas por la obra de Mueck. Ya les he puesto en contacto con su galerista. Ron ha impactado, en su primera exposición logró un récord de 167 mil visitantes en Monterrey, aquí en San Ildefonso logró 1,759 personas sólo en la inauguración. Si hoy abrimos un libro de historia del arte, no hay ningún artista que se acerque a Ron. Desde la prehistoria hasta la fecha, el trabajo de realismo que logra con sus esculturas con la resina sintética, le permite un acabado muy fidedigno, que él conscientemente, en el proceso de hacer la escultura, sabe realizar con precisión, con meticulosidad, para rendir toda la epidermis, las encarnaciones, los bellos, los poros, los pliegues, todo lo que la anatomía humana posee.

¿Es la obra de Ron una escultura no tradicional? Si vemos la escultura en toda su tradición, tanto en piedra, madera, huesos u otros materiales, no encontraremos un acabado donde el parecido con nuestra piel sea tan exacta como en la obra de Mueck. En la pintura holandesa y en la pintura flamenca encontramos esa sutileza que tiene la obra de Ron, pero en la escultura no existía hasta ahora. El acabado de estas piezas ha dado un paso adelante que incluso la fotografía no nos puede brindar, es su obra una singularidad en el arte, algo excepcional. No se trata de un realismo en sí.

Existe realismo cuando decimos que hay cierto parecido y fidelidad, pero, él aplica una regla que en las tradiciones artísticas siempre han estado presentes, las apariencias engañan, las cosas no son las que parecen ser; al jugar con los contrastes, los complementarios. Logra que la cercanía pueda ser engañosa como en Pareja Acurrucada, donde cada uno de los personajes están atrapados en sus propios pensamientos, están conectados por la piel, pero no se tocan, cada uno está en su mundo, él trabaja insistentemente estas situaciones.

¿Es Ron Mueck un poeta? Hay un gran poeta en Ron, tal vez su silencio se justifique por esas metáforas que podemos encontrar en sus obras. En la pieza Hombre en Bote, no encontramos un ser que no existía, es un ser creado por el artista, no trabajó a partir de un modelo, sino de una suma de observaciones del ser humano, hasta llegar a ese resultado. Mueck recurre constantemente al cuento, al sueño. Cuando estamos en esa sala, con esa obra, la única pregunta es ¿qué sigue?, esa mirada apunta hacia un horizonte que esquiva siempre el contacto con el visitante, es esa forma introspectiva que caracterizan sus figuras de que no nos van a mirar, pero gracias al contacto visual que generan, nos permiten a cada uno animar las figuras, pensar que estarán pensando, ocupar su lugar y determinar un significado, porque su condición de esculturas no le permite hablar, pensar, ni reflexionar, pero nosotros los tenemos como espejo y nos reflejamos preguntándonos qué sentiríamos de ocupar el lugar de ellos.

¿Esas metáforas que encontramos en sus obras se derivan de su origen en la industria cinematográfica? No. Él producía tanto para el cine, la televisión y la industria publicitaria, porque nació de una familia de jugueteros, ahí desarrolló el talento, pero fue en el momento en que su suegra Paula Rego (Lisboa 1935), le pide hacer una escultura de Pinocho en 1997, que agregaría a una pieza suya. Al sentir esa petición sin condiciones, la hizo como le hubiera gustado a él, y al autor de la historia su Pinocho, lo redujo de tamaño, para alejarse de la imitación. Cuando lo vio el coleccionista de arte inglés Charles Saatchi, le encargó otras obras, Ron dejó en ese momento la industria de producir para la tele y el cine y comienza a producir para él. Coincide que había hecho tres bebés, que le compra el galerista. Al morir su padre en Melbourne y estando él en Londres, prepara una escultura de su papá muerto, sin verlo, aplicando la ley de reducción del cuerpo, donde el alma se va, los médicos se sorprende por la fidelidad, lo único que notaron fue la falta del rictus que produce la muerte al deformar los labios, cortó su propio cabello y se lo puso a la escultura de su padre.

¿Con la fama que ha adquirido Ron, que tal se comporta dentro del mundo especulativo? Ron prefiere fiarse del talento que de la especulación, solo produce unas dos obras al año, y sólo existen unas 40 desde que ha empezado. No le interesa ir a la velocidad de los especuladores. No le gusta el sensacionalismo, evita los medios, la prensa, porque todo lo que él desea expresar está en su escultura. Respetemos su condición de escultura. No le pidamos significado o mensajes, cada vez que los percibamos hemos de saber que somos los productores de estos mensajes.

La pieza Máscara II, con la que se inicia la exposición, ¿es un autorretrato? Sí. Es un autorretrato, pero con un giro muy sutil, el autorretrato no se puede hacer dormido, sería más bien una máscara. Tanto el sueño como las máscara son desdoblamientos del ser, por eso su constancia cuando utiliza la máxima de que las cosas no son lo que parecen ser.

¿Por qué Mueck no utiliza la escala real en sus piezas? Él gusta de los extremos. Sus obras van de la miniatura al gigantismo. El tiene un conocimiento de la anatomía que le permite estirar o reducir lo que quiera.

¿Cómo es el ser humano, como es el artista? Los dos hacen uno, Ron es muy sencillo, es una persona que no quiere ser catalogado de genio, no quiere ir por la vida cargando una A mayúscula de artista, él encontró gusto en la representación figurativa, lo que observa lo quiere visualizar, gracias a la técnica que posee puede llegar a esas soluciones que no se trata de ideas cerradas, sino de un detonador de reflexiones, de emociones, sensaciones que pueden despertarse cuando el espectador está frente a las piezas, son miradas cruzadas, Ron es una persona amable, seria, responsable y muy meticuloso en la forma de decidir cómo se van a colocar sus esculturas, qué incidencia ha de tener la luz, viaja con sus filtros, siempre preocupado por realzar los volúmenes y las expresiones de las miradas de sus esculturas, porque esos detalles son determinantes para saber si estamos cerca o lejos, si estamos incomodando o no. Cuando vemos la pieza Bebé, encontramos una mirada desafiante, que es su reacción de incomodidad, o la fragilidad en la obra Juventud, que está en la capilla, donde el adolescente está asombrado mirando su herida, que puede tener referencias religiosas, donde alude a la fragilidad de la juventud de las urbes, las pandillas, mostrando también un signo de fatalidad. Naturaleza Muerta se crea a partir de la imagen de los pollos en los mercados de Puerto Vallarta, en México, cuando Ron estaba ahí producto de una residencia artística, en Londres no existen esas imágenes, creó un pollo a escala humana, convirtiéndose en un crucifijo invertido, al quedar instalado en una sacristía, tenemos la manifestación de la carne, un concepto siempre presente en las religiones, formando con sus dos sombras una trinidad frente al Pentecostés, es una vinculación de pasado y presente, lo contemporáneo haciendo vivir esos dos óleos que lo flanquean, justificando la postura del pollo.

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