Salvando al exgobernador Moreira

Desde que Humberto Moreira era gobernador de Coahuila en torno a su figura y desempeño todo ha sido especulación, controversia, críticas, leyendas urbanas y acusaciones de corrupción. Esto ya incluye el paso de Moreira por la cárcel, aunque sólo por unas horas en Madrid. En México no ha estado ni cerca de las rejas ni del Ministerio Público.

El expresidente del PRI fue investigado bajo el gobierno de Felipe Calderón y quedó exonerado de cualquier responsabilidad, ante la indignación de los panistas coahuilenses. Es algo que siguen sin perdonarle al expresidente.

Guillermo Anaya Llamas, excandidato del PAN a la gubernatura de Coahuila y muy cercano a Felipe Calderón, se dice que son compadres, no se lo perdona. Hace pocos días conversamos con el también exlegislador y nos reiteró: “era inaudito que con tantas evidencias el gobierno panista haya exonerado a Moreira”.

Cuando fue detenido el profesor en el aeropuerto de Madrid la indignación alcanzó ahora al presidente del PAN, Ricardo Anaya. Arremetió contra la actual administración y le exigió una investigación a fondo y que se le aplique todo el peso de la ley, pasando por alto que fue en tiempos del PAN en Los Pinos cuando se investigó y se estableció con toda claridad que el expresidente del PRI era inocente.

Esto le ha servido al propio Moreira para que cada vez que se le cuestione sobre su presunta responsabilidad en hechos de corrupción, responda contundentemente con los resultados de las investigaciones de los propios panistas, argumentando que es inocente de todo lo que le imputan. Lo paradójico del caso es que quienes han sido y siguen siendo quienes con mayor vehemencia lo acusaban y acusan son quienes le dieron el salvoconducto.

Ayer se abrió un nuevo capítulo en esta historia interminable. En el diario español El País se publicó un largo artículo, escrito por José María Irujo, en el que se asegura que al saber el gobierno mexicano que Moreira había sido detenido se propuso como “misión” urgente “salvar en Madrid” al expresidente del PRI.

Irujo plantea que el gobierno mexicano materialmente “volcó a su embajada” para dicho objetivo y que la procuradora Arely Gómez “se interesó por el caso ante su homóloga española”. En esta conversación se asegura que a pesar de que la PGR habría solicitado información la fiscalía local declinó proporcionarla.

La embajada mexicana ha estado particularmente activa en el caso. Llama la atención que a decir de esta versión, no desmentida hasta ahora, se haya echado a andar como en pocas ocasiones, digamos que de manera inédita, toda la maquinaria diplomática mexicana con tal de “salvar” al exgobernador.

¿Qué es lo que ha llevado al gobierno mexicano a una sobrerreacción? ¿Por qué tanta atención e incluso preocupación por que fuera liberado lo más pronto, al grado de que la procuradora se haya interesado como lo hizo, según la versión de El País? ¿Qué es lo que le preocupa al gobierno y cuáles son los riesgos que eventualmente puede correr con Moreira en una cárcel fuera de México?

El profesor dejó la presidencia del PRI porque perdió capacidad de maniobra y porque para el candidato Peña Nieto se había convertido en un problema, por cierto no sólo de imagen.

Algo le deben o les sabe Moreira que ya se vio que no lo van a dejar solo para nada, con la ventaja de que fue el PAN el que le hizo la tarea al PRI y al propio Presidente.

 RESQUICIOS. Así nos lo dijeron ayer: No soy Nostradamus para que me crean, pero les dije que la visita del Papa no iba a cambiar en nada las cosas; se los dije y se los vuelvo a decir: Hipólito Mora, fundador de las autodefensas en Michoacán.

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