Sin pies ni cabeza

Desde hace varios años la vida en Veracruz se viene descomponiendo. Las razones son multifactoriales, pero al final todo lleva al mismo camino, la forma en que se ejerce el poder y por ende la política.

Como suele suceder, mucho de lo que se cuenta tiene que ver con leyendas o lo que se les inventa a los políticos; sin embargo, es evidente que la descomposición de las cosas; los secuestros; la violencia; el narcotráfico; el ataque a periodistas; los cadáveres arrojados en las principales calles de Veracruz puerto; la desaparición forzada, como en el caso Tierra Blanca, la corrupción y la retención de los dineros de la Universidad Veracruzana, entre otros muchos escenarios, no son invención de nadie, son parte de la realidad diaria en el estado.

Veracruz se ha ido descomponiendo porque no se han atacado sus problemas torales. La pobreza se mantiene en los niveles de hace al menos diez años, en otros casos se ha agudizado; la delincuencia organizada se ha incrementado a tal grado que se presentan hechos lamentables similares a los que ya se han dado en otras partes del país, como fue el caso de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala. El secuestro de cinco jóvenes de Playa Vicente en Tierra Blanca tuvo el mismo modus operandi.

Las autoridades detuvieron a los cinco jóvenes porque eran “sospechosos”, no se sabe de qué lo eran de no ser que eran jóvenes. Recordemos que acto seguido se los entregaron a la delincuencia organizada.

No se ve que desde el gobierno del estado se tenga una lectura sensible e inteligente de lo que pasa en la entidad. Cada vez que se presenta un hecho que sacude a la sociedad veracruzana la reacción y las respuestas del gobierno resultan insuficientes, por decir lo menos.

Se ha criminalizado a las víctimas en un estado que en los últimos años se ha caracterizado por la violencia. Particularmente en el caso de asuntos y amenazas a periodistas la respuesta del gobierno ha llegado tarde, y en ocasiones con versiones contradictorias en las que lo primero que se busca es exculpar a la autoridad.

En lugar de llevar las cosas paso a paso para responder con base en información dura, las autoridades sueltan por doquier versiones de todo tipo. El problema está por una parte en el gobierno estatal, pero quizá todo se recrudezca de manera incontrolable en los municipios; es cuestión de revisar lo ocurrido recientemente en Medellín de Bravo y Tierra Blanca.

Por si no fuera suficiente, con todo lo que carga Veracruz a diario, el gobierno estatal está metido en una bronca con la Universidad Veracruzana, la cual desde fuera se ve gratuita de no ser que lo que esté de fondo sea el intento de controlarla, lo que sería lamentable y absurdo.

El tema son los dineros que se le deben otorgar a la universidad. La UV ya dio prueba de su cohesión, la matrícula es de 80 mil estudiantes y 10 mil maestros y trabajadores administrativos. La semana pasada la comunidad universitaria salió a las calles en diferentes ciudades de Veracruz para protestar en contra de su gobierno por no haber entregado los adeudos firmados y convenidos.

La manifestación fue impresionante. Particularmente en Xalapa sorprendió la gran cantidad de estudiantes y trabajadores que salieron a las calles, a lo que se suma el orden bajo el cual se llevó a efecto la marcha-mitin.

Ayer conversamos con la rectora de la UV, Sara Ladrón de Guevara, quien nos dijo: “no hay un solo buen argumento para no otorgarle el dinero a la universidad”. El gobierno reconoció el adeudo, por lo que no se entiende su negativa, sin pasar por alto que la Federación ya hizo lo propio.

Veracruz, en medio de todo tipo de tormentas, en medio de elecciones y sin pies ni cabeza.

 RESQUICIOS. Así nos lo dijeron ayer:

Veo difícil que Dilma Rousseff termine el mes como presidenta de Brasil. Va a evitar el juicio político, impeachment, y por ello mejor va a renunciar. Un juicio político le podría salir caro y de alto riesgo: Cecilia Soto, exembajadora de México en Brasil.

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Twitter: @JavierSolorzano