Sólo una batalla

Sólo una batalla
Por:
  • danielalonso-columnista

La voz de los futbolistas profesionales registrados en la Federación Mexicana de Futbol retumbó por primera vez en todos los medios de comunicación con un matiz de esperanza. En esta ocasión no quedó en falsas promesas o ilusiones incompletas.

Uno de los primeros compromisos que tenía la AMF, era erradicar definitivamente el Pacto de Caballeros y la tarde de ayer, más de una década después de su nacimiento, la promesa se cumplió.

Un primer paso, que de entrada luce con firmeza, y que genera un ambiente de entusiasmo entre los futbolistas. Ahora todos los futbolistas libres podrán contratarse con quien mejor les convenga y el plazo se alinea al cierre de registros a nivel mundial dictaminado por FIFA. Sigue la desaparición del draft o en su defecto adaptarlo para que sea una herramienta para los futbolistas que buscan acomodo en algún equipo; luego vendrá eliminar los adeudos de salarios y demás injusticias que existen en nuestro futbol, mucha chamba por delante.

Sin duda es positivo el anuncio de la anulación de este acuerdo bajo la mesa, que cínicamente se le llamó Pacto de Caballeros, pero que Enrique Bonilla, presidente de la Liga MX, lo anuncie como “un día histórico” retrata la realidad del mundo laboral en nuestro país; alinearse a los estatutos FIFA y a las leyes laborales más elementales no es “histórico”, es quitarse una etiqueta primitiva, ya que desde 1995 se promueve la libre contratación de futbolistas sin contrato.

Como futbolista podría atreverme a sonreír; creer que el futuro pinta con un equilibrio más justo con toda la riqueza que este noble deporte genera. La noticia de la abolición del Pacto de Caballeros es una palmada en la espalda y, mejor aún, una señal de que la Asociación Mexicana de Futbolistas puede transformarse en un modelo que proteja y, sobre todo, mantenga en el mismo canal a todos los futbolistas sin importar el nombre o apellido.

Del otro lado, sólo es el inicio de muchas reformas y eventualidades con las que esta recién nacida agrupación tendrá que lidiar, y no es por ser negativo o poco optimista, pero ésta es sólo una pequeña batalla, un calentamiento para los verdaderos retos que vendrán en el futuro.

En ese camino espero que los dueños de la pelota en nuestro país, muchos de ellos grandes empresarios en diferentes industrias, puedan sensibilizarse y comprender que tampoco es muy complejo lo que tienen que hacer: respetar los pagos y plazos que se firman en cada contrato, respetar los anhelos deportivos de sus jugadores y permitirles la libertad de ir en busca de sus metas y, muy importante, no descuidar lo que sucede en los semilleros del futbol, en donde también se suelen transgredir normas y códigos sin importar la edad de los chavos.

Y a los futbolistas también exigirles, como lo he mencionado en otras publicaciones, el compromiso personal también de interesarse mucho más en sus propias carreras; no dejar en manos de el azar o de cualquier maleante de cuello blanco percudido su futuro. Para esto deberán informarse, prepararse y buscar el apoyo en sus colegas, es ahí donde la AMF jugará el papel más trascendental, no abandonar a los suyos y no dejar que otros “caballeros” osen robar su libertad.