¿Spotlight y Dios Inc. vs. Papa Francisco?

Desde hace unos días en algunos círculos de opinadores de la farándula —principal, aunque no exclusivamente— se discute la “relación causal” de la visita del Papa Francisco con el estreno en México de la película Spotlight (titulada en nuestro país como En primera plana) y, en menor medida, con la serie Dios Inc. Como si existieran “fuerzas oscuras” tratando de boicotearse recíprocamente, a unos días de la llegada del Pontífice argentino y donde, ciertamente, el país se volverá monotemático. Algunos comentarios al respecto:

Spotlight. La espléndida película dirigida por Tom McCarthy (quien además es coautor del guión, junto con Josh Singer) relata el proceso de investigación de un tenaz grupo de periodistas del Boston Globe para denunciar la red de corrupción e impunidad que se tejió durante décadas para proteger a sacerdotes pederastas. Juzgar a los culpables y en la medida de lo posible resarcir el daño a las víctimas es sin duda un imperativo no negociable, que está en el interés tanto de las víctimas como del propio Papa.

Estrenada recientemente en el país, de cara a la entrega de premios de la industria (los Golden Globes y principalmente los Oscar), sectores de la comentocracia ven una “red de poderosos intereses” para que no tenga una masiva distribución comercial y así “impedir que la gente la pueda ver y despertar un sentido crítico”. Sin duda, se presta a cierta suspicacia que en algunas plazas no se haya estrenado Spotlight. Diera también la impresión de que quisieran generar un “efecto cruzada”: un despertar de conciencias a través de la polémica y generar un éxito en taquilla a pesar de una férrea oposición. La película no se exhibe en todos los cines porque, además de competir con las otras que se estrenan de cara a la entrega del Oscar, no es en definitiva un Blockbuster para el mercado nacional.

Dios Inc. Situación similar percibo sobre la serie de HBO cuyo primer capítulo apenas se estrenó el domingo pasado y cuyo “detrás de las cámaras” se pudo ver en los días previos. Si bien todavía no sabemos sus derroteros, lo que hasta ahora se permite apreciar ­—y lo celebro— es una aguda serie, realizada en México, con una producción de excelente manufactura y un inteligente contenido, muy por encima de las producciones a las que las televisoras dominantes nos tienen acostumbrados. Desde la tipografía empleada y el título se pueden apreciar algunas de las provocadoras temáticas que seguro veremos: el surgimiento de las sectas como instrumento de manipulación en nombre de un dios, los importantes recursos económicos que mueven y el contubernio entre grupos de poder.

Los tiempos de producción y de distribución tanto de la película como de la serie poco tienen que ver con los de la visita del Papa. Si acaso el único nexo que veo entre ambos eventos podría ser una oportuna estrategia de marketing de dos extraordinarios productos cuyos méritos propios están muy por encima de las asociaciones coyunturales que algunos quieran encontrar.

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