Spotlight y Maciel

El caso Maciel pasó por una profunda investigación periodística, similar a la que dio lugar a la película ganadora del Oscar Spotlight, en español En primera plana. El trabajo inicial se dio a conocer en el periódico La Jornada a través de Salvador Guerrero.

En medio de impugnaciones y presiones publicó algo que para algunos era una ofensa desmedida: el fundador de los Legionarios de Cristo era un abusador, pederasta, y tenía una doble vida. El enojo de un amplio sector de la clase alta mexicana fue brutal. A esto se sumaron periodistas, integrantes de la legión y profesores y alumnos de las escuelas de los Legionarios en todo el país para defender al pederasta.

La segunda parte de esta historia la escribió Canal 40, cuando su dueño era Javier Moreno Valle; no hay que pasar por alto que el litigio con TV Azteca todavía no termina. (Anécdota paralela: en una larga conversación con un buen amigo futbolero de muchos años, quien en los tiempos de Fox era titular de Gobernación, Carlos Abascal, nos comentaba que en varias ocasiones juntó a las partes a fin de resolver el problema para que luego “no le echaran la culpa ni a la justicia ni al gobierno de lo que decidan los jueces”. Las reuniones, nos decía, no duraban más de 5 minutos, ni querían ni podían ponerse de acuerdo.)

El programa de Ciro Gómez Leyva y Denis Maerker abrió un amplio espacio a las víctimas de Marcial Maciel. Se hicieron presentes, dieron la cara y contaron sus tristes y dolorosos testimonios. Los problemas que afrontó Canal 40 fueron brutales, mismos de los que ya no pudo salir. De manera abrupta los anunciantes dejaron el 40, no casualmente ligados a los sectores más conservadores de la Iglesia católica, los mismos que escondieron los delitos de Maciel.

La tercera parte periodística vino con el programa Círculo Rojo, en Canal 2. La importancia de la emisión fue que logramos entrevistarnos, Carmen Aristegui y el autor de Quebradero, con el fundador de los Legionarios en EU y hombre realmente cercano a Maciel. Su testimonio fue brutal y doloroso al confirmar lo que desde años atrás se sabía y que personajes como Norberto Rivera se encargaron de tapar a como diera lugar.

En medio de las declaraciones de un hombre que trataba de encontrarse construyendo una familia y trabajando como un destacado maestro, tuvimos también el testimonio, desde Chicago, de Alberto Athié. De manera clara planteó que si Rivera no atendía el caso, mismo que le había presentado ya en dos ocasiones de manera personal, dejaría el sacerdocio después de 24 años de ejercerlo; al final Alberto, coherente con él mismo, terminó por hacerlo.

La investigación que realizaron diversos medios sobre el caso Maciel es prueba de un periodismo que supo ir tomando estafetas. El trabajo al final fue colectivo. De lo que se trató fue de exponer a la sociedad un asunto indignante. Nadie pensó, por lo menos que se evidenciara, en reconocimientos y medallas a pesar de que cada quien, a su manera, vivió las consecuencias de la difusión del tema.

Spotlight es una cinta que tiene la virtud de mostrar cómo ciertos trabajos periodísticos requieren de paciencia, tiempo y espacio. Maciel es nuestro Spotlight, lo que falta ahora es que alguien haga la película con convicción, sin escatimar a nadie, mostrando a los personajes con nombre y apellidos, como el filme de Tim McCarthy.

 RESQUICIOS. Así nos lo dijeron ayer:

* La polarización en España es producto de la crisis económica, a lo que se suma el surgimiento de nuevas formaciones políticas que han fragmentado la vida en el país. No veo cómo PSOE pueda lograr esta semana un acuerdo para formar un nuevo gobierno: Raúl Cortés, Dir. Agencia EFE en México.

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