¿Todos pierden?

¿Todos pierden?
Por:
  • larazon

Alejandro Arbide

En una de las caras de la pirinola dice algo así como “todos ponen”. Es el caso donde todos los jugadores pierden una ficha y la regresan al centro. El resultado es que nadie, en apariencia, sale ganando. Se puede pensar que, al perder todos por igual, todo queda igual. Pero la realidad es que a la larga esa posibilidad puede hacer del victorioso un ganador aplastante. Es imposible que todos pierdan. Detrás de todo perdedor hay un ganador. Siempre.

Los orientales lo conocen bien. Saben que todo se puede condensar en una dualidad en permanente cambio. Lo que se pierde por un lado se gana en otro, eventualmente. Detrás del día está la noche. Y viceversa. En Occidente lo ilustramos más como una moneda de dos caras. Una unidad que tiene dos valores. Detrás de una pérdida siempre hay una ganancia. Siempre hay una realidad dual.

Carlos Vela pierde mucho al no asistir con la selección al Mundial. Pierde la posibilidad de grandes patrocinios. Pierde exposición. No será el héroe en potencia que un país como México quiere tener. Dejará de ser el ídolo que pudo ser desde Hugo Sánchez. Incluso pudo superarlo, por mucho. Está en el momento ideal de su carrera y en la mejor edad. Pierde Vela.

No nos engañemos —como dice en su carta—, bien pudo ser la gran diferencia en el accionar de la selección. Más en esa doble punta de Herrera donde se necesita movilidad, además de eficacia. Al tener solo dos delanteros y una media de tres jugadores, los que están adelante no pueden ser exclusivamente rematadores tipo Chicharito, sino que deben tener encare, pase y profundidad. Nadie como Vela y nunca como ahora era ideal para el parado táctico que se llevará a Brasil. Pierde la selección mexicana. Y mucho.

Pierden las televisoras. Pierden los patrocinadores de las televisoras. México es hoy un poco menos atractivo sin Vela. Las probabilidades de ese quinto partido, incluso del cuarto partido, se alejan. Hay menos ilusión. Menor audiencia significa menores ingresos para todos aquellos relacionados con la selección. Pierde la comercialización.

Y, bueno, hay otros damnificados colaterales. Quienes estudian la sociología reconocen en el deporte una fuente de bienestar. La confianza social se refleja en la economía y la política en general. Un gol tempranero ante Brasil o España puede ser la gran diferencia en el ánimo de un país. Que Vela no asista reduce esta probabilidad. Otra ilusión social perdida.

Y después de todo, ¿quién gana con este torrente de pérdidas? La suma es muy alta y por lo tanto la ganancia eventual, también.

 +2 Ayer, en el diario 24 Horas apareció una nota que menciona al dueño de las Chivas como la razón original por la que Vela no quiere venir. Quizá. Pero es muy poca la ganancia. No creo que por abrirse un lugar en la delantera del Tri, el dueño de Chivas esté que salte de gusto. Ni que Vela prefiera perder tanto por un viejo rencor.

Twitter: @arbide09