Tomarse una selfie cuesta 45 pesos

Es que hay en verdad disposiciones de la autoridad que parecieran broma. Que no lo son. Que en el sentido común no encuentran respuesta. Que son un sinsentido.

Pero que lo son.

Imagine que llega usted a la zona arqueológica de Tulum atraído por su impactante belleza. Que viajó a ese rincón de la Riviera Maya a admirar esa fortaleza construida al borde del Mar Caribe por los mayas cerca del año mil. Que lo hace, por supuesto, atraído por las imágenes que usted ha visto de esa zona arqueológica, la segunda en visitantes en México. Que haya leído en la página oficial de promoción turística del gobierno mexicano –visitmexico.com- esta referencia: En este destino se conjugan cultura, historia y una de las mejores playas de México. La única zona arqueológica de que se asienta a la orilla del mar, es el sitio más fotogénico de la región y quizá del país entero. Tulum fue una fortaleza maya que vivió sus momentos de gloria al final del período clásico (cerca del año 1000 d.C.). La más icónica de sus estructuras, llamada “El Castillo”, se encuentra al borde de un acantilado desde donde se aprecian las aguas color turquesa del mar. Éste es, sin duda, el rincón más fotografiado de la zona. Pues bien. Desde comienzos de este año, esas fotografías le significan al gobierno mexicano un ingreso adicional, por lo que aparte de pagar los sesenta y cinco pesos que cuesta ingresar a la zona, tendría que pagar otros cuarenta y cinco pesos para poder introducir un dispositivo móvil, una cámara Go Pro o cualquier aparato con el que usted pueda fotografiarse en el lugar.

Así.

Le cuento que de acuerdo con lo que los guías de turistas que operan ahí han comentado a los medios de comunicación, desde hace un par de semanas comenzó a cobrarse a los turistas esta cuota, avalada según ellos por una disposición publicada en la Ley de Ingresos de la Federación para el año 2016 que autorizó nuevas tarifas que rigen en las zonas arqueológicas del país. El cobro por las selfies en efecto ha resultado en algunas quejas de los turistas que, según lo averiguado, encuentran esta disposición extraña, por decir lo menos.

No encuentro en la información pública disponible sobre las tarifas autorizadas por la Secretaría de Hacienda o en algún apartado de la Ley de Ingresos de la Federación algo que avale dicho cobro. No sé, pese a que he consultado a funcionarios del organismo federal sobre el tema que han preferido no hablar del asunto, si en efecto se autorizó dicho cobro. Si es o no un cobro legal, pues.

El asunto es que se está cobrando.

No encuentro sin embargo lógico este cobro. No sé de alguna otra zona arqueológica en el mundo que cobre por tomarse selfies. No encuentro la razón que pueda sustentarlo. Entiendo que el cobro por el ingreso sería suficiente.

Si la tarifa por ingreso –sesenta y cinco pesos- es considerada baja, pues que se incremente. Es un lugar maravilloso que miles y miles de turistas visitan; de la misma manera deben encontrar ellos servicios adecuados.

¿Pero cobrar por las selfies?

Cuentos del cambio

1.- Es un asunto de forma y fondo en efecto. En un evento cuya finalidad primaria es generar negocio, el fondo, la manera en que se presenta la oferta, la forma, bien que resulta positivo. En ese sentido un buen punto se anotó el Consejo de Promoción Turística de México con el nuevo diseño del stand institucional del país que presentó la semana pasada en Fitur, en Madrid. Un espacio muy amigable, cuya imagen pretendió mostrar un país moderno, dejando atrás lo vernáculo que si bien no desapareció del todo, no fue la esencia de la imagen mostrada. Tan bien hecho estuvo que ganó en la feria el premio al mejor stand institucional de un país –hay más de 150 países que participaron-. Muy bien por el equipo que comanda Rodolfo López Negrete en el CPTM y Enrique de la Madrid en Sectur.

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