Tortura, violencia y video

Tortura, violencia y video
Por:
  • javier_solorzano_zinser

La violencia en el país es una forma de vida. No hay día en que no surja algo nuevo dramático y brutal. Ayer en Apodaca, NL, fueron encontradas nueve personas violentamente asesinadas. Lo más grave, además de los hechos mismos, es que se confirma que estamos en un proceso violento que es parte de nuestra vida cotidiana, algo “normal”.

No lo es y no podemos permitirnos verlo de esta manera. Llevamos un buen tiempo bajo una espiral de violencia que nos ha ido haciendo ver hechos como el de Apodaca, como la violencia en Acapulco y la violencia contra médicos en Minatitlán y Coatzacoalcos, para consignar lo reciente, como si fueran parte de la vida del país.

Las consecuencias de lo que hemos visto y vivido es que tarde que temprano afectarán a niños y jóvenes en su desarrollo, en su forma de ver y en su concepción e idea de lo que es la vida.

Uno de los signos alentadores, que los hay, es la reacción de ciudadanos que luchan por revertir el estado de las cosas. Los médicos en Veracruz están en las calles para protestar por lo que padecen ante una autoridad complaciente y pasiva.

En Acapulco surgen grupos de ciudadanos que se organizan para cambiar las cosas. El puerto se ha convertido en una fábrica cotidiana de asesinatos. A la distancia la experiencia y la acción ciudadana en Tijuana y Ciudad Juárez son prueba de lo que se puede lograr a través de la organización y la toma de conciencia, reconociendo los riesgos que puede provocar entre la siempre amenazante delincuencia organizada.

La tortura a una mujer por parte de dos militares y un policía federal es una evidencia del estado de descomposición, lo cual se inserta en el clima de violencia cotidiana. No hay reglas ni para quienes se encargan de la justicia.

La tortura es utilizada como parte de un interrogatorio para tratar de obtener declaraciones, las cuales por la forma en que se consiguen no debieran tener valor alguno ante un juez. Si a algo no contribuye la tortura es a hacer justicia, más bien irrumpe de forma brutal el Estado de derecho, el cual debería tener en las autoridades a su principal defensor y promotor.

Para Édgar Cortez lo que vimos es una práctica regular. Lo que se ha hecho en esta materia de leyes ha sido insuficiente. Muchos presuntos delincuentes optan por no abrir la boca porque son amenazados si presentan una denuncia, pueden padecerlo en la propia cárcel; su silencio

es su mejor defensa.

De la tortura de los militares y el Policía Federal (PF) nos enteramos porque “alguien”, que tendrá sus motivos, subió el video a la red, en la cual obviamente se hizo viral. Una pregunta que también debe responder la autoridad es por qué y cuál es el objetivo que se busca al grabar la tortura y si esto también es una práctica común. Suponemos que lo mismo que pasa por la mente de los torturadores pasa por la de quien graba, es la misma responsabilidad.

La disculpa de la Sedena y la de la PF son sin duda importantes y adquieren una gran relevancia. Sin embargo, nos obligan a cuestionar qué sucede al interior de estas instituciones, qué se enseña a los militares y a los policías en materia de derechos humanos y qué se les dice sobre la tortura. Si algo evidencia el video es que quienes torturaban lo hacían sin pudor alguno. Mucha violencia para una sociedad tan castigada.

 RESQUICIOS. Así nos lo dijeron el viernes:

Estábamos de acuerdo con el marco constitucional, ahora hemos entrado en los detalles, lo que debe entrar y lo que no. En sentido estricto la discusión se da en tiempo real, se está viendo ahora lo que antes no se veía. Al acercarse las elecciones inevitablemente se puede pasar al ruido. Un tema que mete presión es que el Sistema Nacional Anticorrupción debería estar para mayo; sin embargo, no se puede ni se debe obligar su forzosa aprobación, aunque nos tardemos:

Eduardo Bohórquez, director Transparencia Mexicana.

solorzano52mx@yahoo.com.mx

Twitter: @JavierSolorzano