Tramoyas de la protesta

Tramoyas de la protesta
Por:
  • larazon

Raymundo

 PRIMER TIEMPO: El benefactor de los maestros disidentes. Con el plantón en el Zócalo de la ciudad de México, donde las tiendas de campaña que tapizan la plaza son nuevas —marca Coleman, modelo Kids Adventure, con un costo unitario de alrededor de 500 pesos—, la pregunta que más se escucha estos días es quién financió a los maestros de Oaxaca para su protesta en la capital, que en una noche levantaron su ciudad con alrededor de siete mil casas de polyester. Llegaron en autobuses desde sus comunidades en Oaxaca, sin nadie que los detuviera y con recursos para iniciar la movilización. Bendito Gabino Cué, gran facilitador de la movilización. Cué es un gobernador que no gobierna y que en menos de un año ha sudado incompetencia. Apadrinó a las policías comunitarias en su estado hasta que un ex gobernador, su mentor, Diódoro Carrasco, le hizo ver su torpeza: habían surgido exactamente en las mismas comunidades de donde emergió el EPR en 1996. Tomó distancia, pero no resolvió nada. Durante años, la Sección 22 de la Coordinadora y el EPR caminaron juntos, por la vía política la primera, como frente de masa de la guerrilla. Varios de sus maestros eran jefes guerrilleros y uno de ellos, Enrique Rueda, quien encabezó la protesta en 2006 que paralizó a la capital del estado por cinco meses, hasta bombas había colocado. En ese entonces, 20 millones de pesos y un boleto sin retorno a Canadá, ayudó al gobierno estatal a resolver el conflicto. Con menos talento que sus antecesores, para evitar los conflictos que emanan de la toma de decisiones —función de un gobernante ante la que él claudicó—, Cué optó por no parar a los maestros de la Coordinadora. Más de 70 mil maestros oaxaqueños viajaron a la ciudad de México en lugar de regresar a dar clases el lunes pasado, y dejaron a un millón 300 mil niños sin profesores en las aulas. Cué, quien dijo que estaba valorando descontarles el salario porque no se presentaron a trabajar, al final les pagó su primera quincena (en domingo, para más detalles), y les dio un bono especial. Los Cué Tours tuvieron entonces su primera estación en el Zócalo capitalino. Gracias, señor gobernador.

 SEGUNDO TIEMPO: ¿De verdad son tan ingenuos o qué? En mayo y junio, el nuevo gobierno empezó a conocer a la CNTE. Movilización y negociación, la dialéctica de la disidencia magisterial, envolvieron al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y al subsecretario Luis Miranda. Para arreglar un viejo problema de cancelación de ocho mil plazas en Oaxaca y Michoacán, realizaron un plantón en Bucareli y pidieron ser recibidos en el Pacto por México. Concedido, lo primero y lo segundo. Levantaron las tiendas, pero no se solucionó otro problema en camino, la ley secundaria de la Reforma Educativa, sobre la evaluación de maestros. En el Pacto acordaron que la CNTE organizara foros con el propósito de que fueran escuchados y en dado caso incorporar sus conclusiones en la ley secundaria. Pero hace casi dos semanas, cuando se empezó a preparar la discusión de la ley en el periodo extraordinario de esta semana, Gobernación fue sustituida por Educación, y Osorio Chong por Emilio Chuayffet. PAN y PRD negociaron con él los términos de la evaluación de los maestros, pero no incorporaron las conclusiones de los foros. La Coordinadora magisterial respondió con la movilización a la ciudad de México para impedir el voto. En Educación no la escucharon. En Gobernación la ignoraron. Hasta este lunes se volvieron a preocupar en Bucareli, pero no hicieron nada. El martes estalló el conflicto, el líder del PRD, Jesús Zambrano, pidió una reunión de urgencia del Pacto, que fue a la media noche. A la una de la mañana del miércoles se acordó sacar de la agenda el tema de la Ley de Servicio Profesional Docente, para apaciguar los ánimos, pero no fue posible por la mala operación política. En lugar de dar ambigüedad a los plazos para su discusión, el coordinador del PRI, Manlio Fabio Beltrones, anunció que en dos o tres semanas se aprobaría. Fuego en la pradera seca. El PRD buscó puentes de comunicación, pero en el gobierno hubo una pasividad negligente. Los maestros se fueron al aeropuerto el viernes para escalar el conflicto, y la Secretaría de Gobernación finalmente entendió que tenía que actuar. La razón por la que sacaron el tema de la agenda fue por la gobernabilidad, pero se les había olvidado que la gobernabilidad no opera como la ley de la oferta y la demanda, sino que se tienen que construir sus condiciones para que, en efecto, haya gobernabilidad.

 TERCER TIEMPO: Cuando un lugar común no es una balandronada. Ante la catarata de críticas a diputados y senadores por haber sido humillados por la Coordinadora magisterial y tenido que realizar su periodo extraordinario a salto de mata, los legisladores quisieron transferirle los pastelazos al jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, acusándolo de que lo que los maestros tomaron como rehén es a la capital, no a ellos. Mancera respondió que su gobierno no se mancharía las manos de sangre, y atajó la petición de muchos que pedían el desalojo de los maestros por la fuerza. Pero las cosas no podían ir en ese camino. Las palabras de Mancera sugerían que antes del uso legítimo de la fuerza, responsabilidad exclusiva de un gobierno, es cómo ese uso no complicara más las cosas. La declaración de Mancera encierra información que no se conoce: los servicios de inteligencia de la policía local detectaron que entre los movilizados había quienes tenían explosivos y cocteles Molotov. Es decir, por un lado tenían capacidad de fuego suficiente para desatar la violencia, con personas dispuestas a todo. Por el otro, un desalojo enfrentaría la primera línea de defensa de los maestros y los grupos que los apoyan: mujeres y niños, combinación perfecta para el desastre, con sus muertos y heridos. Una fotografía con esa imagen, y adiós Mancera. Una provocación perfecta facturada al jefe de gobierno del Distrito Federal. El sueño de a quiénes desplazó del gobierno y a quiénes les quitó poder y recursos. Los radicales, en busca de su propia agenda, ya no les harán el trabajo. Mancera se vacunó a tiempo.

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