Trump: Ideología vs. realidad

Trump: Ideología vs. realidad
Por:
  • montserrats-columnista

Aún se pueden apreciar en las calles los costos materiales y humanos de los recientes ciclones que azotaron a Estados Unidos y desolaron el Caribe. El paso del huracán Harvey seguido de cerca por Irma se registra ya como el fenómeno climatológico más devastador de la historia de los Estados Unidos. El mismo presidente Trump, siempre listo para captar los titulares tremendistas, calificó estos meteoros como “épicos”, algo “nunca antes visto”, claro… hasta que le preguntaron por el calentamiento global.

El presidente, más preocupado por el raiting que por la verdad, se ha cansado de negar las observaciones coincidentes de la gran mayoría de la comunidad científica mundial. Ha menospreciado el cambio climático y lo ha tachado de un invento chino retomado por Obama para frenar —quién sabe por qué motivo— el crecimiento económico estadounidense. Esta bandera le redituó con una cantidad decisiva de votos en las pasadas elecciones: la industria del carbón, por ejemplo, le dio la victoria en distritos clave para llegar a la Casa Blanca.

Al cuestionársele sobre el aumento de la frecuencia y magnitud de estos fenómenos climatológicos con relación al calentamiento global, la administración Trump hundió la cabeza en la arena. Entonces el presidente ya no usó la palabra “épico” ni “histórico”, y minimizó el fenómeno diciendo que “han visto peores”. Esta peligrosa falta de respeto al dolor de los afectados y al peligro creciente que corren estas comunidades ante los récords históricos de temperatura global de los últimos años y del potencial devastador de los huracanes, muestran los límites de un personaje narcisista que sólo quiere tener la razón y que se niega a actuar como un líder que antepone el bienestar de su pueblo a su propia imagen.

Trump le ha mentido a su electorado al asegurarle que su empleo se mantendrá y que el mundo puede detenerse y regresar al pasado. El avance tecnológico y la misma naturaleza no permitirán esto. Es hora de afrontar el cambio y ayudar a la población a encarar la realidad y encontrar su lugar en el futuro.

Las afecciones climatológicas son una realidad y es innegable que es momento de prepararnos para los desastres naturales que se van a presentar cada vez con mayor regularidad. Escondernos tras la ideología no nos va a proteger de la realidad. Un presidente tiene la responsabilidad de actuar como un líder preocupado por su pueblo. La decisión es compleja: abandonar su base, que ostenta oficios relacionados con tecnologías caducas y contaminantes, o seguir negando la realidad, aislándose del mundo y afectando, a la postre, a esa misma base desvalida que no tiene los medios para afrontar la tormenta que viene. ¿Qué decide, señor presidente?