Trump, ¡puro jarabe de pico!

Trump, ¡puro jarabe de pico!
Por:
  • monica-garza

Este viernes inició en México la 2a etapa de la renegociación del Tratado de Libre Comercio en medio de las amenazas que el presidente de los Estados Unidos Donald Trump no se ha cansado de lanzar sobre levantar a su país de la mesa de negociación.

Al parecer el mandatario norteamericano pretende predicar con el ejemplo que intentó poner hace unos 30 años con la publicación de su libro The Art of the Deal (El arte de negociar) donde asegura que: “A veces, parte de alcanzar un acuerdo consiste en denigrar a tuscompetidores”

¡Puro jarabe de pico!

Donald Trump vive en su isla de Twitter donde ni se entera de las cosas que ocurren a su alrededor, entre ellas, la existencia de un estudio de la célebre Escuela de Derecho y Diplomacia Fletcher, de la Universidad Tufts, que explica claramente que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte es un acuerdo bajo la cláusula de Comercio de la Constitución, la cual impide que el presidente de forma unilateral puedaterminarlo.

Dice este estudio que muchos miembros del Congreso norteamericano trabajan en el malentendido de que el presidente tiene el poder de terminar con el TLCAN, porque no son conscientes de que bajo la cláusula de Comercio de la Constitución, el presidente es negociador y firmante de los acuerdos comerciales, pero no es quien los decide.

El presidente de los Estados Unidos no dicta la política exterior de su país. El poder que su figura tiene sobre las relaciones exteriores, según explica el documento que menciono, varía bajo la Constitución según el contexto.

De hecho de acuerdo a la Cláusula de Comercio, el Presidente —en este caso Donald Trump— está en su punto más débil en el ámbito comercial.

En este estudio de la Universidad Tufts, Joel P. Trachtan, profesor de derecho internacional y experto en derecho mercantil, explica muy puntualmente que la Constitución otorga expresamente al Congreso, no al presidente, el poder de regular el comercio con las naciones extranjeras.

Al intentar terminar con la participación de los Estados Unidos en el TLCAN, el presidente Trump estaría imponiendo regulación al comercio sin participación del Congreso y eso de acuerdo con la Suprema Corte y su interpretación de la Cláusula de Comercio de la constitución, no se puede hacer.

Entonces, las amenazas del presidente Trump de salirse del TLCAN no hacen más destacar por un lado su ignorancia y por otro la paciencia con la que han reaccionado tanto el gobierno de México como el de Canadá, al que por cierto no le ha ido mucho mejor en esta feria.

Por otro lado, y a propósito también del tan llevado y traído muro, no está de más señalar que el año fiscal en los Estados Unidos termina el 30 de septiembre y en el nuevo presupuesto con el que nuestros vecinos arrancan en el mes de octubre, habrá que separar una buena partida para la recuperación del estado de Texas, para la que ya se habla de no menos de 30 mil millones dedólares.

Siendo así, el Congreso estadounidense se va a ver en la necesidad de elegir entre el rescate de su ciudadanía de un desastre natural sin precedentes y la construcción de un muro de odio, y no es difícil adivinar en estas circunstancias cuál será la decisión final…

Este es el más duro revés para la bandera de campaña del presidente Donald Trump a quien esta vez se le impuso la fuerza de la naturaleza, que siempre será  —y por encima de todos—  el adversario más difícil de vencer.

En cuanto a lo que se espera de la renegociación del TLCAN en México de aquí al 5 de septiembre se adivina que será un interesante jaloneo en el que indiscutiblemente las industrias estadounidenses que exportan bienes y servicios a México o Canadá —y los trabajadores de esas industrias— de acuerdo a las decisiones que aquí se tomen tendrán tanto que perder como ganar.

Ojalá que un buen cristiano —claro, de preferencia blanco— haga el favor de explicarle esto en inglés a Mr. President Trump.