Un caramelo envenenado para Cárdenas

Un caramelo envenenado para Cárdenas
Por:
  • larazon

Julián Andrade

Como un caramelo envenenado. La convergencia de Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador no es una buena noticia para quienes pretenden apuntalar una izquierda moderna y propositiva.

No lo es porque López Obrador mantiene una postura que se centra en la oposición a todo, en la construcción de un escenario donde se acentúen las diferencias para emerger como una suerte de redentor.

Se equivoca quien piense que ello responde sólo a un acomodo político, cuando viene en realidad con una concepción del mundo, arraigada inclusive en valores religiosos.

Por eso López Obrador se desenvuelve tan bien en ambientes conservadores, en propuestas que tienen como eje el populismo y la vuelta a la moralidad, aunque no sea para los más cercanos.

Es un tablero en blanco y negro, donde no hay espacio para matices. Es él o el diluvio.

Cárdenas, en cambio, proviene de una familia acostumbrada al poder, dentro y fuera del priismo, de antes y de ahora.

Es un pragmático. Tampoco apuntala a las corrientes modernizadoras y su despegue político tiene que ver, como ahora, con la resistencia a los cambios, que en el pasado tenían que ver con la apertura económica y ahora con las reforma energética y en particular lo que tiene que ver con Pemex.

Pero, a diferencia de López Obrador, Cárdenas sí representa la posibilidad del acuerdo, de la negociación a partir de contextos políticos concretos.

Por eso presentó una propuesta de cambio energético intentado sumar al centro y agrupar a quienes, desde el PRD, sí quieren una mejor política en energía y que no se queden las cosas como están.

Algo cambió en su evaluación en las últimas semanas y optó por sumarse a la exigencia de desmontar la propuesta del presidente Enrique Peña Nieto inclusive antes de que ésta se discuta en el congreso. Vamos, el acuerdo opositor abarca a la reforma hacendaria y su política de impuestos, colocando a la izquierda en una situación extraña y acaso única en el mundo.

Los impuestos son, después de todo, la forma de atenuar desigualdades y financiar el gasto público.

Es, de nueva cuenta, la apuesta por el todo o nada y será nada, porque en la órbita de López Obrador y los suyos, ni siquiera la propuesta de Cárdenas tiene viabilidad o sentido.

Para la dirigencia del PRD, y en particular para Jesús Zambrano, la situación implica un nuevo desafío, porque existe la posibilidad de que su fuerza política quede atrapada entre dos caudillos, los únicos, por cierto, que han sido candidatos presidenciales.

Se abre, además, una ventana para que el PAN impulse su propia visión de las cosas y propicie un reforma mucho más liberal y en la que la apertura del sector a la iniciativa privada es uno de los ejes.

Cárdenas acaba de probar un caramelo envenenado. Habrá que ver cómo sale del embrollo y del costo que esto va a significar, de nueva cuenta, para el futuro del país y, en particular, de su izquierda.

julian.andrade@3.80.3.65

Twitter: @jandradej