Un ejército privado

Un ejército privado
Por:
  • bibiana_belsasso

Finalmente declaró ante la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México Alberto Sentíes el Lord Ferrari, cuyo escolta amagó y golpeó a un conductor de Uber porque se le cerró mientras manejaba. Aseguró que sus guaruras fueron contratados mediante una empresa de seguridad privada llamada AGS Group y que es la que brinda protección al fraccionamiento donde él reside. Una compañía que se supone, porque así lo anuncia en su página de Internet, hace estudios psicológicos y psicométricos a sus elementos.

Como esta empresa de seguridad privada hay miles en México. En los últimos diez años las personas contratadas por ellas a nivel nacional aumentaron más de 17 mil por ciento, mientras que el mercado de las compañías debidamente establecidas presenta un crecimiento superior al 530%.

A lo anterior hay que sumar pequeños organismos que cuentan con registro local, aunque solamente operen en una entidad.

Estimaciones de la Confederación Nacional de Empresas de Seguridad Privada y Similares de los Servicios del Ramo indican que el número total de elementos de seguridad privada, entre regulados e informales, duplica a todos los policías de seguridad pública estatales y federales en México.

En la misma confederación dicen que actualmente existen muchas leyes en el ramo, pero éstas presentan lagunas y diferencias que conducen a la duplicidad de registros, en tanto que el permiso federal faculta a una empresa y a sus guardias a trabajar en dos o más entidades, pero en esa misma entidad exigen tener un segundo permiso local.

En la Ciudad de México existe la ley de seguridad privada, el problema es que pocos cumplen con ella. También para que una empresa de este tipo, junto con sus elementos, sea considerada legal debe estar inscrita en las listas de la Dirección General de Seguridad Privada, de Gobernación. Es un trámite que debe renovarse cada año.

Aunque la cantidad de compañías incluidas en ese padrón ha crecido de forma significativa, es superior el número que opera de manera clandestina.

Consulté a un alto funcionario de seguridad para que me explicara por qué está tan mal regulado el tema de las escoltas privadas y dijo:

“Es muy lamentable, porque algunas personas toman a quien puede ser un jardinero, o a alguien que labora con ellos, que tiene una complexión robusta; le dan un arma y entonces tú eres mi escolta… O empresas que no tienen los permisos, que no tienen la capacitación y los utilizan como escolta, o hay personas que sí pudieran tener alguna capacitación, que trabajaron en alguna dependencia federal, etcétera y los utilizan.

“Es importante que se acerquen a la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México, porque ellos tienen el padrón de las empresas de seguridad privada que pudieran ofrecer ese servicio o de la propia secretaría que puedan contratar personal que los pueda apoyar en ese aspecto”.

Pregunta: ¿En qué delito incurre quien utiliza un guarura que porta un arma que no está registrada?

Respuesta: “La persona si trae un arma que no esté registrada incurre en delito de portación de arma y obviamente se tendrá que ver el hecho en específico para ver cuál es la conducta que realiza, para saber en qué delito pueda encuadrarse. La única institución que te puede dar la autorización para portar un arma es la Secretaría de la Defensa Nacional. No hay otra opción: para un permiso para portar armas, solamente la Secretaría de la Defensa Nacional”.

Me explica que un ciudadano difícilmente denuncia el abuso de los escoltas privados cuando éstos lo amedrentan con una pistola. Y le cuestioné: ¿Cómo nos va a proteger la ley contra estas personas que nos quieran asustar?, porque si ahorita salgo y me sacan una pistola ¿qué hago?

Respuesta: “Depende de lo que hagan, si te apuntan con un arma o si te golpean; depende de las lesiones. Depende de lo que te hagan; por supuesto, hay que hacerlo del conocimiento de las autoridades .

Son miles de guaruras personales que laboran en México, es una realidad y no la podemos evitar. También es cierto que hay leyes que deberían regular la operación de éstos, pero, como siempre, muchos trabajan en la ilegalidad, y lo peor de todo es que estas personas nos exponen a usted y a mí todos los días que salimos a la calle. No es sólo un tema de la Ciudad de México, es a nivel nacional y sin duda se tiene que resolver. Tenemos el peor escenario: hay leyes pero con vacíos legales, entonces no funcionan y además no se cumplen.

Y mientas los “escoltas” se sigan sintiendo en la impunidad, continuarán haciendo lo que vimos con el caso del Lord Ferrari.

Me tomaré unos días de descanso, nos reencontramos el próximo 4 de abril.

bibibelsasso@hotmail.com

Twitter: @bibianabelsasso