Un verdadero servidor público

Un verdadero servidor público
Por:
  • bonafont17

No tuve el privilegio de tratar a Rafael Tovar y de Teresa. Me lo topé accidentalmente el año pasado en una librería. Lo vi llegar a pie, sin guardaespaldas ni automóviles ostentosos. No parecía un político mexicano, pues éstos acostumbran ir a todas partes rodeados de una corte de aduladores. Se puso a ver libros. Después llegó un amigo suyo y se sentaron a tomar café. Empezaron a platicar de la gran novela de Albert Cohen, Bella del señor. Me oculté en la mesa de atrás para escuchar la conversación. Tomé nota de los textos de diferentes países que Tovar citaba espontáneamente. Fue impresionante. Pagaron la cuenta y se fueron.

Desde el principio del sexenio, la designación de Tovar fue saludada con entusiasmo por los intelectuales y la prensa como una de las más afortunadas del Presidente Enrique Peña Nieto. Conocí a varios de sus colaboradores, todos ellos excepcionales. Es posible formarse una mejor idea de los políticos por la gente que los rodea. Si el equipo de trabajo es soberbio, irritable y de trato grosero, resulta sencillo imaginar la nube en la que vivirá “el jefe.” Tovar tenía que servir a la comunidad más delicada e hipersensible de México: la artística. Ninguno de los miembros de esa comunidad se ha quejado nunca del trato que recibió de Tovar y su equipo. Él y sus colaboradores hacían honor a aquella máxima de Oscar Wilde “la cortesía primero, la moral después” .

Rafael Tovar y de Teresa era un funcionario culto, competente, eficaz, con visión internacional, respetado en México y en el extranjero, pero sobre todo, honrado a carta cabal. ¿Cuántos políticos mexicanos conoce usted que reúnan simultáneamente esas cualidades? Tovar, formado en la Universidad Autónoma Metropolitana, es decir, egresado de la educación pública mexicana, tenía una sensibilidad social que se reflejaba en las políticas que impulsó. Muchas veces he escuchado la expresión desdeñosa “el viejo PRI” o “el viejo sistema”. Miembro del servicio exterior mexicano, Tovar era uno de ésos políticos formados en la escuela del viejo PRI. En cambio, el llamado “nuevo PRI” produjo otros políticos internacionalmente reconocidos: Javier Duarte o Tomás Yarrington por ejemplo. Ambos perseguidos por la INTERPOL.

La vida de Rafael Tovar y de Teresa es un recordatorio poderoso de que se puede hacer política y no incurrir en corrupción. Se puede pertenecer a los altos mandos del gobierno y conseguir resultados con poco presupuesto. Se puede estar atento al mundo y usar las innovaciones internacionales para beneficio del país. Se pueden escribir discursos en español gramaticalmente correcto. “México es más grande que sus problemas” decía Jesús Reyes Heroles. Testimonio de ello, la obra de Rafael Tovar y de Teresa.

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Twitter:@avila_raudel