Una diva adicta

Una diva adicta
Por:
  • yolanda_pica

Seattle, Washington, 1931.— Lillian reprende a su hija Frances (18) pues escribió un ensayo titulado God Dies y es acusada de atea por la prensa local.

Desde pequeña Frances fue una niña diferente a sus hermanos; inteligente, rebelde y llena de energía.

Estudió drama en la Universidad de Washington y a los 21 años ganó un concurso para suscriptores de un periódico de izquierda, con un premio que incluía un viaje a Moscú con escala en Nueva York.

Su madre se lo prohibió, ahora además de “atea” era “comunista”, pero Farmer disfrutó su premio y pudo ver el Teatro de Arte de Moscú donde afianzó su idea de ser actriz. A su regreso se quedó en Nueva York para librarse del  yugo materno.

Siendo talentosa y bella pronto fue descubierta y obtuvo un contrato en Paramount por siete años.

Se mudó a Hollywood, donde desplegó con gran éxito. Sin embargo,  ella quería ser reconocida por su talento más que por su belleza, y se negaba a vivir el glamour de una estrella. La presión de su trabajo y la falta de recursos le provocó ansiedad que enfrentó consumiendo alcohol, por lo que subió de peso y la productora la amenazó con cancelar su contrato. Ante este evento, agregó anfetaminas a su alcoholismo, para estar delgada.

Su comportamiento era muy diferente cuando estaba alcoholizada, los productores la dejaron de incluir en sus películas y pronto empezó a tener problemas legales. Fue llevada a prisión por manejar ebria. Al ser su primera falta logró su libertad en breve. Un día estando en una locación se enojó con la peinadora. Había consumido alcohol y anfetaminas por lo que su agresividad fue de tal magnitud, que al golpearla le rompió la mandíbula.

Fue despedida de su trabajo, llevada a prisión y de ahí al hospital psiquiátrico, donde tuvo varios diagnósticos: esquizofrenia y psicosis maniaco depresiva. Perdió sus derechos legales y quedó en custodia de su madre (con quien no tenía buena relación). Sufrió todos los tratamientos psiquiátricos de esa época, incluyendo choques insulínicos, terapia electroconvulsiva como castigo y lobotomía.

Durante 10 años entró y salió del hospital psiquiátrico, la estancia más larga fue de 5 años. En su autobiografía afirma que sufrió violaciones y maltrato despiadado.

La psiquiatría, en 1940, era una ciencia en desarrollo, no había manuales, diagnósticos, ni tratamientos adecuados.

Desde mi punto de vista Farmer tenía un trastorno de personalidad que se complicó con el uso de alcohol y anfetaminas, y tuvo episodios de locura que hicieron pensar que padecía esquizofrenia.

Desafortunadamente, cada vez que la daban de alta entraba en estados de ansiedad y se “automedicaba” con alcohol y era nuevamente hospitalizada.

Las anfetaminas son fármacos estimulantes del sistema nervioso central, que producen sensación de felicidad, aumento de energía, y diminución del apetito. A pesar de ser un medicamento controlado su uso se ha extendido pues ayuda a bajar de peso y los que las consumen desconocen las graves consecuencias que pueden tener en la salud mental, por ejemplo: ansiedad, agresividad, insomnio, hiperactividad y episodios de psicosis en los que el paciente presenta delirios de persecución y alucinaciones que pueden requerir tratamiento en un hospital psiquiátrico.

La Dra. Jody Tanabe, investigadora de la Facultad de Medicina en Denver, Colorado, publicó en agosto de 2015 un estudio en 127 pacientes adictos a anfetaminas y cocaína. Observando en la resonancia magnética que en las mujeres hay cambios más graves que en los hombres; disminución de la substancia gris del cerebro, lo cual implica mayor deterioro en su vida. La Dra. Tanabe afirma que esto puede deberse a las diferencias hormonales.

La lobotomía fue desarrollada por el Dr. Walter Freeman en los años 30 como un método para tratar la esquizofrenia y la realizaba en público con la introducción de un estilete en la parte interna del ojo cortando las conexiones del lóbulo frontal del cerebro para controlar la agresividad. Es un método que dejó de usarse al aparecer los fármacos. Hay una foto del Dr. Freeman realizando este procesos a Farmer.

La vida de Farmer fue llevada al cine interpretada por Jessica Lange, en 1982. Kurt Cobain compuso una canción en su honor llamada “Frances Farmer Will Have Her Revenge on Seattle”.

Murió a los 56 años por cáncer de esófago y está sepultada en el cementerio de Oaklawn  Memorial Gardens, en Fishers, Indiana.

En sus palabras: “Yo sólo sabía que Dios no estaba allí. Era un hombre en un trono en el cielo, por lo que era fácil de olvidar” .