Venezuela: ¿diálogo sin referéndum?

Venezuela: ¿diálogo sin referéndum?
Por:
  • rafaelr-columnista

Al tiempo que se vota en la Organización de los Estados Americanos (OEA) la aplicación parcial o total de la Carta Democrática, una encuesta de Hinterlaces en Venezuela arroja resultados interesantes. Un 60% de los encuestados no desea interferencias externas en la crisis, pero un 74% está en favor del diálogo entre el gobierno y la oposición, mientras un 89% se muestra partidario de una mediación encabezada por el Papa Francisco. Para leer este último dato correctamente habría que recordar que las relaciones entre el gobierno de Nicolás Maduro y la Iglesia Católica no son buenas.

La encuesta da por sentado que una mediación, como la propuesta por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y emprendida por los expresidentes de España, Panamá y República Dominicana, José Luis Rodríguez Zapatero, Martín Torrijos y Leonel Fernández, respectivamente, no es una “interferencia”. Pero lo cierto es que el tratamiento del tema venezolano en la OEA, tanto en la pasada Asamblea General en Santo Domingo como en las sesiones de estos días en Washington, también ha reiterado ese consenso hemisférico y doméstico en favor del diálogo entre gobierno y oposición.

En la prensa oficial venezolana, cubana, boliviana, ecuatoriana y nicaragüense hemos leído que el gobierno de Maduro “ganó la batalla en la OEA” al lograr que 19 países votaran en favor de una evaluación del comportamiento del secretario general Luis Almagro. Pero ese tipo de consultas rutinarias tienen menos peso que el comunicado de 15 gobiernos americanos, incluidos Brasil, Argentina, Perú, Colombia, México, Estados Unidos y Canadá, demandando el respeto a la división de poderes, a la legitimidad de la Asamblea Nacional y, por tanto, al diálogo.

El comunicado, que también firmaron, por cierto, gobiernos de izquierda como el chileno y el uruguayo, no es incompatible con las gestiones de Unasur y los expresidentes Rodríguez Zapatero, Torrijos y Fernández, ya que toda Suramérica, menos Ecuador y Bolivia, lo respaldaron. Si ese 10% o 25% de los venezolanos, que no está en favor de la mediación del Papa ni del tratamiento de la crisis en la OEA, es oficialista, podría deducirse que al gobierno de Nicolás Maduro no le gusta, por principio, ninguna mediación porque supone cierto grado de interferencia desde el exterior. Como último recurso, prefiere que si es inevitable mediar que lo hagan los tres expresidentes.

¿Qué pueden proponer Rodríguez Zapatero, Torrijos y Fernández que no sea un diálogo entre gobierno y oposición? ¿Qué diálogo puede haber entre Maduro y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) o la Asamblea Nacional si no se plantea la demanda constitucional del referéndum revocatorio? La única forma de eludir la consulta sería por medio de una oferta alternativa a la oposición, que ésta no aceptará sin exigir lo máximo y que podría resultar tan o más costosa para el gobierno. Maduro dejó llegar la crisis demasiado lejos y juega con las desventajas de la normalización diplomática entre Washington y La Habana y de la reorientación política de Suramérica.

rafael.rojas@3.80.3.65