Voluntad Anticipada…¡Sí!

Voluntad Anticipada…¡Sí!
Por:
  • larazon

Mónica Garza

“Qué injusta, qué maldita, qué cabrona la muerte que no nos mata a nosotros sino a los que amamos”

Carlos Fuentes

Los mexicanos somos muy curiosos en muchas de nuestras tradiciones, y más con respecto a nuestras acciones reales. La mejor muestra es la forma en la que abordamos tradicionalmente el tema de la muerte. Nos reímos de ella, la vestimos, le cantamos, nos la comemos en azúcar y es toda una celebración, simplemente porque como occidentales no asimilamos, en realidad, el acto del morir como algo tan natural como el mismo nacimiento. La verdad es que hablar en serio de la muerte nos da terror.

Ojalá fuéramos más valientes y conscientes de que ésta llega y no siempre hasta la vejez. Puede sorprender mucho antes y lo que es peor, puede ir cobrando terreno de a poco. La muerte también sabe ser traviesa, mostrar sólo una parte de su rostro y esconder otro. Comerse de un bocado la consciencia, pero irse saboreando lentamente al cuerpo. Metiéndose poro a poro, filtrándose entre tubos, riéndose de medicamentos, lágrimas y oraciones.

El estado inconsciente o la muerte cerebral es esa agonía lacerante, más que para su víctima, para aquel que se queda vivo y parado a un lado, a enfrentar un escenario inesperado. Quizás el peor de los escenarios…

¿Por qué abordo el tema de la muerte hoy que es el día de las madres? Porque precisamente hace poco, conversé con mi única hija de 16 años sobre este tema y le pedí, que si algún día yo me encontraba en una situación de salud que obligara a conectarme a un respirador, me prometiera que ella no lo iba a permitir. Le expliqué que para mí sería indigno, que la carga emocional para ella sería enorme, y que además no habría seguro médico ni dinero que alcanzara para una situación que nunca tiene fecha exacta de caducidad. Ella me respondió: “Yo nunca voy a poder tomar la decisión de no conectarte, no sabría cómo atreverme”.

Sus palabras fueron clave para que yo decidiera acudir a un notario para darle a mi hija el que considero que será uno de los mejores regalos, que el día de hoy le entrego, yo a ella, envuelto con un moño rojo: Mi documento de Voluntad Anticipada.

¿Qué es? Es la decisión que alguien toma con antelación, en pleno uso de sus facultades, respecto al cuidado futuro de su salud, su cuerpo y su vida. Anticipándose a la posibilidad de que en un futuro se encuentre incapacitado para expresarse o tomar decisiones por sí mismo.

Contrario a lo que muchos piensan, la Voluntad Anticipada no tiene nada que ver con la eutanasia. Es una ley que regula la Ortotanasia (que significa muerte correcta) que es el bien morir, y expresamente señala que no permite bajo ninguna circunstancia, el acortamiento intencional de la vida. Simplemente evita someter al individuo a tratamientos o procedimientos médicos que prolonguen de manera innecesaria la vida cuando sea imposible mantenerla de manera natural. Es proteger la dignidad del enfermo, evitar su sufrimiento y el de su familia.

El documento de Voluntad Anticipada está plenamente avalado por la Secretaría de Salud desde el 2008 en el DF y al día de hoy en 12 estados más, y se otorga en hospitales públicos y privados de manera gratuita, a pacientes que padecen una enfermedad en etapa terminal.

Pero también en plena salud se puede solicitar el documento ante notario público en los estados donde la Voluntad Anticipada es ley: DF, Coahuila, Aguascalientes, San Luis Potosí, Michoacán, Hidalgo, Chihuahua, Guanajuato, Guerrero, Nayarit, Estado de México, Colima y Tamaulipas.

En los estados de Sinaloa, Tabasco, Sonora y Zacatecas ya hay iniciativas de ley, pero aún no han sido aprobadas.

De acuerdo al Colegio de Notarios con información de la Secretaría de Salud del DF, del 7 de enero de 2008 al 30 de abril de 2014 se han suscrito 3061 documentos de Voluntad Anticipada. 65.47 % de estos, son de mujeres, en su mayoría solteras, contra un 34.53% de hombres, en su mayoría casados.

El 77% de personas que lo han realizado tiene entre 51 y 80 años, mientras que el 12% tiene entre 18 y 50 años.

En general es poco con respecto al porcentaje de población mayor de edad sólo en la capital, pero los datos son interesantes porque la nuestra es una sociedad conservadora, pero que está intentando evolucionar en pensamiento hacia el bien morir, no como un tema de religión o de moral, sino como un acto de responsabilidad y de amor.

Usted, ¿qué piensa?...

monica.garza@razon.mx

Twitter: @monicagarzag