¿Y si el Turismo estuviera a la baja?

¿Y si el Turismo estuviera a la baja?
Por:
  • gerardo_garcia

Es que no hay manera de entenderlo. Es como si le recorta una empresa el presupuesto a uno de sus productos estrella. Como si un fletero le recorta la gasolina a sus transportes de una de sus rutas más rentables. Como si darte un balazo en el pie fuese motivación.

Sí, los aplausos se dieron porque el Presupuesto de Egresos de la Federación se aprobó incluso una semana antes del tiempo legal para ello. Sin grandes aspavientos, los diputados aprobaron el PEF 2018 y se vanagloriaron de, con ello, hacerle un bien al país. Y sí, que bueno que en este caso no lo llevaron al límite; pero la poda que realizaron en dependencias clave para la economía hoy, como el Sector Turismo, no debiera ser motivo de ningún reconocimiento.

Es cierto, desde la Secretaría de Hacienda se habían propuesto ya estos recortes, pero los legisladores federales, a diferencia de otras legislaturas, no hicieron nada por enmendar la plana. Aprobaron una disminución de más del cuarenta por ciento en los recursos asignados a las secretarías de Economía, Hacienda, Medio Ambiente y Turismo respecto a lo que se ejecutó en el 2013, el primer año en el que el PEF se propuso desde la administración del presidente Enrique Peña Nieto. En el caso del Ramo 21, que es el del Turismo, el recorte en este sexenio ha sido del 48.8 por ciento. Tan sólo para el 2018, comparado con 2017, la poda es del 5,9 por ciento. De 3 mil 947 millones 455 mil 241 pesos que se ejercen en este año, se aprobaron 3 mil 716 millones 225 mil 884 pesos para el 2018. Y el asunto es que el recorte de casi el cincuenta por ciento del presupuesto federal asignado a Turismo, se da precisamente en los años en que este sector se ha desempeñado con mayor éxito; ha reportado crecimientos bastante superiores al del resto de la economía y se ha convertido en el estandarte publicitario de la administración. Ahí el octavo lugar en el ranking mundial en la llegada de turistas de la Organización Mundial de Turismo, allá el rompimiento de marcas en derrama turística o en el crecimiento del mercado interno. Cifras que han sido el sustento de un discurso triunfalista, pero no han servido en el reparto presupuestal.

Pero no se trata solamente del presupuesto que propone el gobierno federal, sino el nulo interés de los legisladores federales por modificarlo. En los años que correspondieron a la administración que encabezó Felipe Calderón, año tras año su gobierno proponía recortarle recursos; pero en el Poder Legislativo les enmendaron la plana y le asignaron más recursos hasta llegar a los seis mil millones que se aprobaron para ejercer en el 2013, partiendo de poco más de tres mil quinientos en el 2007. Esa fue tarea de los legisladores de entonces; los que ahora simplemente aprobaron sin chistar lo que se les envió desde Hacienda.

Pareciera que ahora la decisión se fundamenta en: mientras más recursos genera el sector, menos presupuesto hay que darle. Esto, considerando que el 2013 fue el año en que se le asignaron más recursos al Ramo 21 y fue el año en que apenas comenzó la recuperación del sector, luego de un lustro terrible. Del 2015 al 2017 han sido los años en que el sector turismo ha registrado las mejores cifras en la historia de México; pero el recorte al Turismo ha sido mayor.

Algo no cuadra, pues, en esta ecuación. A menos que se le quiera castigar al que aporta recursos a la Nación.