¿Y si gana?

¿Y si gana?
Por:
  • javier_solorzano_zinser

Morena va a enfrentar tarde que temprano el problema de haber colocado una puerta giratoria. No hay criterio de selección. Igual puede entrar alguien con convicción y deseo de luchar por un cambio desde otra tribuna, hasta quien en medio de la puerta giratoria se meta al partido para ver qué saca o cómo se acomoda en la manifestación plena del oportunismo.

Nada es casual. Quien está provocando todo esto es el propio López Obrador. Por alguna razón el tabasqueño cambió de criterio sobre el sentido que originalmente le había dado al entorno de Morena. En otros años había también defendido a ultranza lo mismo con el PRD.

A tal grado llegaron sus discrepancias con el sol azteca por asuntos como éstos y lo que llamaba alejarse de sus principios fundacionales, que solicitó licencia como militante del partido, siendo que era candidato a la Presidencia por el propio PRD. Los criterios cambiaron, ahora habrá que ver si los principios también cambiaron.

El pragmatismo está entrando desde hace algunos meses en los territorios de Morena. No se sabe por lo pronto si es una buena o mala noticia para el partido y para el país. Es evidente que por más que López Obrador tenga un control real del partido, es casi de él, está haciendo una apuesta fuerte la cual no queda claro en qué pueda acabar.

El líder de Morena está buscando no aislarse, como lo ha hecho en pasados procesos electorales, pero los riesgos quizá, seguramente él lo ve así, se tenían que correr.

López Obrador hizo precampaña como si ya hubiera ganado las elecciones. Presentó su gabinete, puso candidatos, y habla como si ya estuviera en Los Pinos, aunque asegura que seguirá viviendo en su casa al sur de la CDMX.

Muy pocos políticos mexicanos entienden su entorno como López Obrador. Sabe que ya no le endilgan aquello de que es un “peligro para México”; hasta el publicista creador de la efectiva frase ahora nos ha salido con que “ya no es un peligro para México”.

Está teniendo a su favor otro factor: se ha empezado a crear la idea en el imaginario colectivo de que va a ganar, no sólo, por cierto, entre sus fervorosos seguidores. Se habla de él en todas partes a pesar de que muchos no quisieran hacerlo. Se ha convertido en el centro de un gran número de conversaciones.

De alguna u otra forma nos hemos dado cuenta, en función de lo que hemos vivido en los últimos años, que es para mucha gente una opción real y hasta esperanzadora.

La importancia de saber elegir y no perder la oportunidad y el derecho de hacerlo se ha ido convirtiendo en un acto de conciencia. Está claro que está en nosotros, los ciudadanos, el futuro.

A López Obrador le son notoriamente favorables las encuestas, pero quizá hoy, estando todavía a varios meses de las elecciones, sea más importante el hecho de que entre los ciudadanos empieza a permear la idea, como nunca antes, que el tabasqueño tiene ante sí la posibilidad de ganar.

Todo le va cuadrando con el alto riesgo que puede tener el dejar entrar al partido al primero que pasa; primero, perdonando al que pide entrar, y después, pensando en la rentabilidad política.

Quizá en lo que no ha reparado es que habrá un día después y más vale que piense qué va a hacer ante un eventual triunfo con los riesgos que va a tener que cargar.

RESQUICIOS. Así nos lo dijo ayer.

CÉSAR SILVA G.

Autor de LOS HOTELES DE PASO.

Ahora hay más afluencia en los hoteles de paso. Hay más permisibilidad de las parejas y, sobre todo, más permisibilidad social. El 14 DE FEBRERO los hoteles están al 80% de ocupación.

Las personas que más visitan los hoteles de paso oscilan entre los 25 y 40 años. En la CDMX Calzada de Tlalpan sigue siendo el lugar de mayor afluencia. Hay hoteles con tubo, alberca, villas, los hay con aparatos y cosas para aumentar el deseo.

Han proliferado los hoteles de doble paso, sus precios no pasan de los 240 pesos. Los de media tarifa se manejan por tiempos, tienes cuatro horas y después te tocan el timbre.