Ya tengo 21, es hora de pensar en mi pensión

Por Francisco J. Gutiérrez Zamora F.

De acuerdo con datos de la CONSAR, México ocupa el último lugar entre los países miembros de la OCDE en materia pensionaria; hoy en día sólo 3 de cada 10 personas en edad de retiro tienen una pensión. A futuro el escenario es mucho más dramático.

La población de adultos mayores (de 65 años o más) ha ido en aumento y seguirá creciendo. De acuerdo con datos de la CONSAR, en el año de 1990 se contabilizaban 3.5 millones de adultos mayores, en 2016 son un poco más del doble y en 2050 serán 23.1 millones. Sumado a eso, la esperanza de vida de los mexicanos se ha incrementado alrededor de 4 años en los últimos 45 años, lo que implica que las pensiones tendrán que cubrir periodos más largos después de los 65 años, en el caso de los hombres se prolongará a 18 años y en el caso de las mujeres pasará a 19 años.

Una operación matemática muy básica, realizada al interior del Comité de Seguridad Social del IMEF, arroja que para tener una pensión de 10 mil pesos mensuales por un periodo de 18 años, se requeriría un capital de dos millones 160 mil pesos. Para lograr ese capital a la edad de 65 años (sin considerar rendimientos ni mayores variables), se requeriría una vida laboral constante por un periodo de 40 años, ahorrando mensualmente 4 mil 500 pesos.

En el caso de los trabajadores que cotizan en el IMSS a partir de julio de 1997, es decir, en el mejor de los escenarios, personas que hoy tienen 19 años de edad y que en 46 años se estarían retirando, conforme a las disposiciones legales actuales que establecen como ahorro individual obligatorio, tan sólo el 6.5% del salario base de cotización, tendrían que ahorrar durante esos 46 años el máximo posible de 3,620 pesos mensuales, para lograr una pensión que alcanzaría sólo 9,250 pesos al mes durante 18 años, lo que significa que desde el día uno de labores tendrían que tener cuando menos el sueldo topado de 25 veces el salario mínimo, equivalente a 55,700 pesos mensuales.

Aquí es importante recordar que a partir de julio de 1997, el sistema pensionario en nuestro país, para la clase trabajadora del sector privado, cambió de un esquema de beneficio definido a uno de contribución definida, o sea, en lugar de esperar una pensión tan sólo por haber cotizado 10 años y conforme al promedio del salario de los últimos 5 años, a partir de esa fecha se debe generar un ahorro individual cuando menos por 25 años, y será el monto del ahorro lo que conformará la masa de la pensión.

Sobre esa base, si hoy los jóvenes que empiezan a trabajar, y más aún quienes ya no tan jóvenes empezaron a cotizar en el IMSS, apenas con el esquema pensionario de julio de 1997, no generan consciencia de que su ahorro para el retiro debe crecer desde hoy, ya sea con un ajuste a las reglas de cotización obligatorias o a través de ahorro voluntario, se enfrentarán a una vejez desventurada.

En el IMEF vemos muchas cosas por hacer, debe involucrarse al gobierno, sindicatos, patrones, etc., pero principalmente deben comprometerse los trabajadores, los jóvenes, quienes deben ocuparse hoy de que esto no se convierta en un problema en su vejez.

fgutierr@chevez.com.mx