Al fin del día

Al fin del día
Por:
  • raul_sales

Mañana a esta hora habré de morir...

23:59 Como lo sé, es una larga historia que, de narrarla en este momento, me llevaría un tiempo que no pretendo desperdiciar ni siquiera para justificar, sólo diré que el futuro que me vaticinaron se ha cumplido a rajatabla y no puedo dudar del fatídico augurio por mucho que así lo desee. Maldita sea el día que me convencieron de ir a leerme la fortuna y su maldita advertencia de que si volvía a hacerlo las respuestas serían mi perdición pero, saliendo de ahí tropecé con el amor y a través de ese amor, se me abrió una posición laboral que solventó de sobra todas mis preocupaciones financieras. ¿Ustedes no hubieran vuelto?

21:16 -Llevo horas llamándolo y no me responde.- Su voz traslucía su preocupación y quizá un deje de enojo más que justificado.

-Él no es así.- No tenía caso que le contestara, llevaba casi tres horas intentando infructuosamente comunicarse al celular de su prometido y yo por ser su mejor amigo estaba aquí, vestido de smoking, aguantando un monólogo de una mujer que no sabía si hacerse un ovillo de llanto desolado o convertirse en una huracán traicionado de destrucción.

19:37 Pedí otra botella de Dalmore, pensar en hacer esto hace un año me hubiera provocado una apoplejía primero en la cartera, luego en el estómago y por último cerebral al saber que me estaba bebiendo en cada onza el sueldo de un mes pero, si los que saben que tienen el tiempo contado pueden darse ciertos lujos, saber la hora exacta en la que colgarás los tenis te libera de ciertas preocupaciones triviales y absurdas como el costo estratosférico de un whisky y quizá no debería estar aquí "desperdiciando" dinero, neuronas e invaluables minutos pero si no puedes en tu despedida brindar por lo que hiciste o dejarás de hacer que caso tiene el haber vivido, además de que necesitas de que no está de más meterte al sistema un paliativo de valor para afrontar el cerval temor a la inexistencia.

19:35 En la desesperación de no saber, en la incertidumbre del por qué y harta de esperar, se quitó, casi arrancándose, el vestido de novia. Saldría a buscarlo aunque fuera para que le diera una explicación, una razón o al menos una justificación válida para después de jurarle y perjurarle amor eterno la plantará frente al altar en presencia de sus amigos y familia. Si lo que le dijera no la satisfacía, que era lo más probable, le pegaría una bofetada que le mandaría el anillo de compromiso hasta la garganta.

17:12 Un trago más y empezaría a rebotar entre mesas para terminar nadando inconsciente en su propio vómito y el simple hecho de pensar en pasar horas desconectado de la realidad en su último día bastó para despejarlo un poco y llevarlo al baño donde le rezó de rodillas al ídolo de porcelana entregándole una ofrenda de miles de pesos semi digeridos. Una vez vaciado el exceso, se sintió un poco mejor, poco pero lo suficiente para que el resto se eliminará con dos analgésicos efervescentes en medio vaso de suero.

13:38 Recorrió cada lugar en el que podía encontrarse, desde casa de su madre en la que no creía que estuviera pues su suegra (al menos por ahora) estaba emperifollada en primera fila de la iglesia para ver a su retoño sentar cabeza, hasta el garito ilegal del amigo que le prometió cuando se comprometió que no vería nunca más. Su historial de llamadas estaba intercalada un hospital, una a su celular, una a la policía dos a su celular, incluso habría conseguido el teléfono de su ex con la que había presentado el primer cuadro de celos enfermizos en su vida pero, después de que le recordó a todos sus ancestros de manera no grata y le escupió que si por ella fuera, podía achacarse a su novio por donde quisiera, le quedó bastante claro y aunque no se lo reconocería a nadie, con cierto alivio, que el cretino no había ido a buscar a la... Bueno, a su ex.

12:27 La rapidez con que pasa el tiempo cuando no tienes tiempo, es alarmante, si no hubiera estado embotado aún por el alcohol seguramente se habría deprimido por lo transcurrido, obviando lo que faltaba. Solía ser así, ver el vaso medio vacío, aunque cuando se enamoró, empezó a ver el vaso medio vacío como la posibilidad de llenarlo con alguna otro líquido para abrir una infinidad de variantes, desde una lámpara de lava sesentera hasta un vodka riki's con todo y rodaja de limón, sí, ella lo había ilusionada o quizá, "des deprimido" y todo estuvo bien hasta que se le ocurrió regresar a leerse la suerte nuevamente. Aún veía la cara de la adivina, una mezcla entre desilusión y malevolente alegría cuando le dijo "te advertí y a pesar de ello, aquí estás". Su vida era perfecta, no había nada que la hubiera podido arruinar y como siempre tenía la costumbre de hacer lo contrario a lo que le decían, no iba a dejar que las supersticiones del medioevo lo ataran. Maldita sea, aquí estaba pensando en el inamovible "hubiera".

12:25 Le marcó a su amigo, él le había hecho la despedida de soltero y aunque estuvo primero en la sacristía con ella y luego en el hotel esperando, seguro tenía algo que ver con la desaparición de su prometido, no podía creer que su mejor amigo desde los 8 años no supiera de su intención de dejarla plantada en el altar..

-¿Dónde está?-

-Ya te dije que no lo sé.-

-Dime otra vez que hicieron y esta vez dime la verdad.-

-Lo normal en una despedida, fuimos a la cantina y estuvimos ahí hasta que nos corrieron, la idea era seguir de juerga y mientras decidíamos que hacer y ya pasados de copas nos fuimos a cantar con los mariachis de la plaza, ahí él dijo que tenía que resolver un asunto pendiente y se encaminó hacia la feria y no quiso que lo acompañáramos. De verdad, supuse que no quería que lo lleváramos con las bailarinas exóticas y por eso se escapó. Yo fui quien le dijo a los otros que siguiéramos en honor al hombre caído y eso fue todo, no lo he vuelto a ver y antes de que preguntes, no, no me ha hablado. Yo también, lo estoy buscando.-

Regresó al hotel cabizbaja, cansada y su furia inicial se estaba volviendo en verdadera preocupación.

10:30 Los cafés que estaba tomando lo mantenían despierto y le habían bajado la borrachera. No dormiría sus últimas horas.

Fue al casino, no era ludópata pero hubo una temporada en la que se gastaba casi la mitad de su sueldo en las maquinitas de bingo aunque se decía que lo invertía con las promociones de bebidas al 2x1 y los precios ridículamente bajos de la comida con los puntos obtenidos con sus pérdidas. Seguramente le hubiera salido más barato ir a comer a un restaurante con todo y bebidas que lo que se gastaba en el casino pero, algo era algo. Cuando iba siempre pensó en como sería apostar lo máximo tirada tras tirada y no obstante, sus raquíticos ingresos de esa temporada le permitían, si se volvía loco, apostar tres por cartón. Esta vez era diferente, saber que morirías soltaba tus amarras.

6:11 El chofer la llevaba por una calle vacía a estas horas, pasó por la zona de bares y estuvo tentada de bajarse y tomar hasta la inconsciencia, nunca bebía por la rapidez con que se embriagaba, bastaban dos tequilas para que empezará con sus desfiguros y después de dos ocasiones vergonzantes, decidió nunca más hacerlo. Le dio el alto al chofer y bajó, quizá no tomara pero podía mezclarse entre los que si lo hacían para emborracharse psicológicamente.

Caminó sin rumbo y llegó al casino de la ciudad, cuando empezaba a salir con él fueron juntos y él se divertía con unas máquinas que para ella estaban en chino, tontamente pensó que el casino era como las películas donde todos vestían de gala y era más una cuestión de estatus que el asalto en despoblado que veía, odio esa salida y fue su primer gran pleito. Sonrió ante los recuerdos y entró.

Estaba medio vacío excepto por una gran cantidad de personas alrededor de una isla, los comentarios iban desde "está loco" hasta "compró una bola en 7,500". Los curiosos rodeaban a una persona que no alcanzaba a ver por la cantidad de las mismas, estaba a punto de irse cuando escuchó un grito de emoción con un timbre de voz perfectamente reconocible. Empezó a empujar gente a diestra y siniestra para pasar entre la multitud. En la única máquina ocupada de la fila se encontraba el cretino que la plantó, el único amor de su vida. La mezcla de furia y alivio lucharon un mano a mano, había pasado horas en angustia y el angelito se encontraba apostando en lugar de estar viajando con ella a su luna de miel.

6:09 Apostar 50 por cartón, cuatro cartones y a 5 la ficha era emocionante, en cada apretada de botón tenía un costo de mil, perdió veinte mil en menos de diez minutos, le puso otros treinta y entonces su suerte cambió, un perímetro, varios "doble H" y en el contador de la máquina se empezaron a reflejar ganancias que de haber sido en otra circunstancia hubieran bastado para que se levantara y se fuera pero como no había mañana, tampoco tenía sentido levantarse. Lo único que odiaba era la cantidad de gente curiosa a sus espaldas pero, no podía hacer nada con ellos excepto tirarles miradas asesinas de vez en cuando.

Oprimió el botón y los recuadros del cartón superior derecho empezaron a llenarse, perímetro, doble H, una para jackpot el redoble de tambor enervante de la maquinita, el aliento contenido de los envidiosos curiosos de atrás... Una, nada... Otra, nada... Una mano lo volteó con fuerza y estaba a punto de darle un empujón cuando la vio, su bello rostro estaba en modo "te arrancaré las tripas con los dientes" y lágrimas manchadas de rímel corrían sobre sus mejillas. Dios, era tan hermosa... ¡Jackpot!

6:09 Lo jaló, sentía alivio al verlo bien pero, verlo así le producía un coraje indescriptible, eso significaba que la había plantado intencionalmente, que no le había pasado nada, que era una decisión pensada y tomada. Levantó la mano para abofetearlo y vio su mirada, la veía con tal amor y adoración que no creía posible que la hubiera dejado. Sollozó y cuando se tiró a sus brazos, la máquina y la gente alrededor iniciaron una cacofónica gritería.de victoria... Él, no dejó de abrazarla.

3:59 Llevaba dos horas explicándole, contándole que moriría el día de hoy y que no quería arruinarle la luna de miel y marcarla para toda la vida. Le explicó las razones por las que él, un hombre no crédulo, creía en esta. Le rogó que no lo odiara, que su amor era igual o mayor pero que no podía hacerle esto. Le dijo que si no moría, entonces la buscaría y de rodillas con la frente al piso le suplicaría perdón.

Le contó que la adivina le dijo que en 48 horas exactas, al fin del día, sentiría que la vida le abandonaba, y exhalaría su último aliento y su vida se acabaría.

3:58 Le parecía increíble que un hombre tan inteligente y seguro como era él, creyera en estupideces de brujería y profecías, se le hacía absurdo que dejara una certeza por un quizá. No obstante, le creyó. Lo tomó de la mano y lo sacó del casino, la gente, aún hablaba del cuantioso premio, no los dejaban de ver y señalar. Era una locura en toda su extensión.

Ya en el auto, él se recostó en su regazo y sin querer, se durmió, lo dejaría dormir un rato pero, creyendo en él, lo despertaría para pasar lo que pensaba (y ella se negaba a creer) eran sus últimos minutos.

3:13 En el hotel lo desnudó, lo baño con una toalla húmeda sobre la misma cama y en ningún momento se despertó. Mientras ella tomaba una ducha que ocultaba sus lágrimas tomó su decisión.

1:24 El juez seguía adormilado, le habían dado una generosa propina para que fuera a celebrar una boda en un cuarto de hotel a esas horas de la madrugada. Aún no salía el sol.

1:17 La dirección era la correcta, la ambulancia y los paramédicos particulares estaban esperando aunque no sabían que esperaban pues no había accidente ni emergencia alguna que los hiciera permanecer pero, las instrucciones que les habían dando y el pago completo por adelantado les haría esperar toda la mañana si así lo querían los clientes.

0:41 Se despertó con una cubetada de agua helada encima de su cuerpo desnudo.

-Maldito imbécil.- Dijo sonriendo su amigo de la infancia. -Me has hecho pasar las peores 24 horas de mi vida, he sido desde tu cómplice hasta paño de lágrimas de tu vieja. Si querías irte de jarra o reventar hasta morir me hubieras invitado y yo más que encantado de hacerlo.-

-No entiendes.- Contestó con la boca pastosa producto de la fenomenal cruda que traía.

-Sí, sí, te mueres en un rato, ya me lo dijeron. ¿Estás loco? O ¿crees que somos brutos? ¿Cómo puedes creer las sandeces de una charlatana?-

-Es que...-

-No me digas nada. Si en 30 minutos no te mueres, me cae que yo mismo te mato. Ahora vístete que te casas porque te casas.-

Mi cara de sorpresa le arrebató el enojo y soltó una carcajada para después añadir -Y no te tardes vistiéndote que te quedan minutos de vida.

0:15 El juez estaba leyendo el contrato y ella solo podía mirar el reloj. Si creía en lo que le había dicho en 15 minutos sería viuda. No aguantó y soltó las lágrimas contenidas. En el cuarto estaba el mejor amigo de su novio con cara de pocos amigos, mi papá que quería matarnos a ambos y mi mamá que se abrazaba con mi suegra sin saber a qué se debía la rotura de su boda perfecta, de los presentes sólo sabíamos su amigo, él y yo.

Quizá no debí hacerlo pero, si era cierto lo profetizado, moriría siendo mi esposo y seguro, mi corazón lo haría tras él.

0:06 Este contrato matrimonial es vinculante, para la ley son ahora marido y mujer. Muchas felicidades.

0:00:15...14...13...12...11...10...9...8...7...6...5...4...3...2...1... Un agudo dolor en el pecho lo hizo doblarse, por mucho que lo intentaba, no podía respirar, la luz se empezó a cerrar como si estuviera entrando en un túnel caminando de espaldas... Negro... Muerte... Nada.

-0:01 Los paramédicos entraron ante el desgarrador grito de mujer implorando su ayuda. Un hombre de traje estaba tirado en el suelo y la novia, de blanco, lloraba sobre él. Los paramédicos la apartaron de manera cortés pero firme y empezaron a trabajar.

-0:04 Regresó a la vida, los paramédicos, satisfechos, sonrieron. -Tiene mucha suerte señor. Fue un infarto fuerte, si no hubiéramos estado aquí seguro estaría muerto. No tengo idea de cómo o por qué nos contrataron como si ya supieran que esto podía pasar o si fue una coincidencia pero es un milagro que así haya sido. Le recomiendo que cambie todos sus hábitos e inicie, aprovechando su boda, una nueva vida.

No pude contestar, si morí y por lo que me decía el paramédico... También mi vida como la conocía terminó. Sólo pude reír a carcajadas. Se cumplió la profecía de la adivina, otra vez a rajatabla pero no como ella o yo creímos... Quizá en esta vida deje de intentar adivinar que viene. Al final del día, no es lo que se hará, es lo que se hizo lo que vale.