Alicia Garza Martínez comparte episodios de la vida de siete mujeres de su familia

Alicia Garza Martínez (Monterrey, N. L. México, 1953) se desempeña como psicóloga e imparte clases a niños disléxicos. La Literatura, actividad crucial en su vida: escribe artículos y ensayos. Acaba de dar a conocer Mujeres tan divinas (Editorial Universitaria UANL, 2021): primera incursión novelística donde, desde líneas de francas develaciones, narra episodios familiares con el objetivo de abrevar en ellos y construir una ficción protagonizada por siete mujeres imperiosas y arrojadas a través de improntas del realismo mágico.

“Entrego una novela que tiene como protagonista a siete mujeres de mi familia, integrantes de la clase media: ellas se mueven en segmento del tiempo que va de la Revolución mexicana hasta mi propia historia personal. Remembranzas del siglo pasado y retrato de una sociedad conservadora. Es mi primer libro: la literatura la llevo adentro desde niña. Tengo ahora la oportunidad de que los lectores sepan de mis afanes con la palabra”, comentó en entrevista con La Razón, Alicia Garza Martínez.

¿Texto con elementos autobiográficos? Aclaro, es una novela. Ficción edificada desde sucesos reales que he querido mudarlos a los terrenos de la fabulación. La escritora Orfa Alarcón ha dicho que el libro “envuelve al lector con una historia que podría ser ficción o una ficción que podría ser realidad”.

¿Los apellidos Garza-Martínez tienen mucho arraigo en Nuevo León? Unas raíces que datan del siglo XVII. Mis antepasados fueron personas prósperas que han dejado huellas en el estado.

¿Pasado que las protagonistas comparten? Ellas entregan historias entrelazadas por un pasado común; pero, sobre todo por una afinidad y una rectitud justificada por los lazos de un linaje sustentado por la sangre. Me detengo en cuatro mujeres de mi generación anterior, mi madre y sus tres hermanas; y las tres hijas de esas mujeres (primas, hermanas de edades diferentes).

¿Narrativa que se inserta en la tradición de la literatura del noreste de México? Los lectores de Monterrey pueden localizar algunas zonas y espacios de Nuevo León. Hay un factor que tiene presencia acuciante en este relato: las mujeres y sus itinerarios en el entorno del noreste.

¿Autores concluyentes en su trabajo de narradora? Leo mucho. Soy una lectora obsesiva, diría que soy una viciosa de los libros. Hay tres autoras de la literatura femenina nacional que han sido determinantes en mi formación: Ángeles Mastretta, Laura Esquivel y Elena Poniatowska. Confieso que esta novela mía le debe mucho al libro Hasta no verte Jesús mío de Poniatowska.

Se interpola lo mágico con ensueños y develaciones de secretos en una espiral narrativa que atrapa al lector por la franqueza. ¿Cómo lo logró? No es fácil revelar intimidades de personas cercanas. Cada una de estas mujeres encuentra su camino en la vida, toman su lugar en el mundo, en la sociedad. Narro sucesos inusuales, muertes misteriosas, caridades del amor, desengaños, crueldades y los entramados del poder y la riqueza. Todo desde un tejido en que se mezcla la hechicería, la superstición y lo espiritual.

¿Nuevos proyectos narrativos? Actualmente no tengo ningún proyecto inmediato. Seguiré escribiendo. Disfruté mucho estructurar esta novela. Seguiré leyendo. Quiero seguir explorando en una narrativa de lo cotidiano.  

AG