“Asumo la música con vocación de transgresor y espíritu nómada”, afirma Ara Malikian

“Asumo la música con vocación de transgresor y espíritu nómada”, afirma Ara Malikian
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  • carlos_olivares_baro

El virtuoso violinista español de origen libanés-armenio, Ara Malikian (Líbano, 1968), visitó ayer la sala de redacción de esta casa editorial: privilegio de La Razón recibir a uno de los más grandes violinistas contemporáneos, estimado por la crítica especializada como “un concertino con capacidad natural y dominio técnico para profundizar en sus ancestros musicales y explayarse en manifestaciones árabes, judías, gitana, klezmer, tango y flamenco”.

[caption id="attachment_738212" align="alignnone" width="696"] Foto: Especial[/caption]

Con sólo 12 años de edad, Malikian se presentó ante el público en su primer concierto. Fue su padre quien lo estimula en el estudio del instrumento: toma lecciones en importantes academias de Inglaterra y Alemania, y a los 20 años consigue su primer premio internacional. Su virtuosismo ha sido reconocido en numerosos festivales de Europa (Alemania, 1987; España, 1995...). Los exigentes melómanos de Italia, Francia, Yugoslavia, México, Tokio y Estados Unidos, entre otros países, han ovacionado sus programas de música clásica y popular (tango, gitanería, ibérica, mediterránea...).

El Dato: Ara tenía 12 años cuando ofreció su primer concierto de violín; su talento le permitió estudiar en Alemania e Inglaterra.

Malikian ha colaborado con sinfónicas y filarmónicas de más de 40 países. Ha trabajado bajo la dirección de destacadas batutas:  Mariss Janssons, Peter Maag, Jesús López Cobos, Vladimir Spivakov, Miguel Ángel Gómez Martínez, Luis Antonio García Navarro,Vassili Sinaisky, Edmond de Stoutz, Gudni Emilson,Juan José Mena y Jo Ann Falleta, entre otros destacados conductores.

Trotamundos con alma de refugiado, Malikian desborda concordancias melódicas-rítmicas-armónicas en el diseño de espectáculos vibrantes,intensos y conmovedores:los espectadores se rinden seducidos por tanta magia entrecruzada con la vida de un violinista excepcional.

[caption id="attachment_738213" align="alignright" width="424"] Foto: Especial[/caption]

“Estoy abierto a todas las expresiones musicales: me gustan mis raíces armenias, pero exploro y comparto el tango, el flamenco, las modalidades Klezmer, los ecos árabes y los matices del cosmos gitano y hasta concordias jazzísticas. Lo popular no está divorciado de lo culto: en mis presentaciones transito por Sarasate y Paganini, y, asimismo, rastreo  ritmos populares con la misma rigurosidad que cuando gloso a De Falla o una suite de Bach”, comentó.

Es usted un provocador de emociones. ¿Cómo logra esa conexión con el público? Entro al escenario y de manera natural me desbordo. Estoy de acuerdo: me parece que el único objetivo que debe perseguir un artista, mucho más un músico, es lograr la conmoción de los asistentes.

Se percibe a un ejecutante del violín con un total manejo del escenario en un diálogo con los músicos acompañantes. ¿Cómo logra esa complicidad instrumental? Es natural en mí. Me gusta intercambiar ideas armónicas y rítmicas. Respeto mucho la técnica. Me interesa conformar un performance, una puesta en escena dinámica. Complicidad que más que todo es un intercambio de ideas. El grupo que me acompaña es mi familia.

Pasa usted de un pasaje de gran fuerza rítmica a las escalas de Bach o Mozart, pero siempre con voluntarioso humor... La música está presidida por las animaciones del humor. Intento siempre conformar una atmósfera lúdica. Cuido mucho lo rítmico, pero en cada argumentación instrumental busco siempre cifras armónicas en que los matices del fraseo sean concluyentes.

¿Es un gitano que toca el violín? Me comporto como tal, asumo la música con ese espíritu nómada, con la vocación de transgresión. Soy un consumado disidente que ejecuta el violín ‘a su manera’.

¿Qué significa para usted  el universo de Paganini? Es el maestro de muchos violinistas. Paganini transformó la manera de ejecutar el instrumento. Cuando entro a sus ‘caprichos’ me doy cuenta de lo revolucionario que fue.

Hay en sus conjunciones interpretativas ciertos ademanes jazzísticos cercanos a Miles Davis en la improvisación... Él es un maestro: todo lo hizo de manera magistral. Sí, asumo esa influencia. Lo he escuchado tanto que lo tengo adentro de mí.

¿Qué va a pasar en el Auditorio Nacional el próximo miércoles con su concierto? Salgo con mi banda ese día a eso: a provocar emociones. Vamos a empalmar muchas músicas: lo folclórico, Paganini, Bach y las vanguardias. Toco porque me gusta, desde niño me dejé atrapar por el mundo de la música guiado por mi padre. Piso un escenario para trasmitir alegría y también nostalgia. Gozo excedido. Amor que sale de las cuerdas de mi entrañable violín.

 

Ara Malikian

Profesión: Músico

Perfil: Nació en Líbano, en 1968, de ascendencia armenia. De la mano de su padre comenzó sus incursiones en el violín a muy corta edad. A los 15 años fue admitido en un prestigioso colegio de músicos en Alemania.