Clonación comercial devuelve a una familia a su mejor amigo

Clonación comercial devuelve a una familia a su mejor amigo
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  • la_razon_online

Recuperar a los seres queridos fallecidos es uno de los anhelos más comunes entre los humanos, este deseo lo pudo cumplir una familia argentina que logró clonar a su amado perro Anthony, al que la vejez se había llevado, sin embargo la ciencia trajo de vuelta en un proceso que se aplica cada vez a más especies.

En los años 50 y 70 se hicieron algunos experimentos con ranas, mientras que con mamíferos los estudios iniciaron en los años 80, pero fue hasta 1996 que la oveja Dolly saltó a la fama como el primer caso de éxito realizado a partir de una célula adulta.

La historia de los estudios en este ámbito con frecuencia son vistos como lejanos y cargados de elementos de ciencia ficción, pero eso no evitó que la familia argentina, que ha decidido permanecer en el anonimato, tomara la decisión de hacer una copia genéticamente idéntica de su perro ante la ausencia de éste, el cual había vivido 17 años junto a ellos.

Para volver a ver a Anthony, la familia pagó una suma estimada entre 60 mil 100 mil dólares a la compañía argentina Biocan, cuyo lema reza: “No sólo clonamos canes, también curamos corazones rotos”. Este laboratorio es el único representante en América Latina de la compañía Sooam Biotech Research Foundation, un grupo coreano que ha realizado más de mil procesos de este tipo exitosos.

Así inició esta aventura que finalizó el pasado 13 de julio con el nacimiento del nuevo Anthony, un cachorro que aseguran sus creadores es genéticamente igual al fallecido, además de que heredó sus habilidades, sin embargo la forma en la que actúe y se desenvuelva entre su familia va a depender del ambiente en el que crezca.

“Este procedimiento se le conoce como transferencia nuclear (SCNT). En aproximadamente 90 días volvemos a tener nuestra amada mascota, ahora bebe, para que vuelva a crecer con nosotros y poder disfrutarlo nuevamente”, explica la empresa en su página de internet.

Para diseñar a este nuevo “mejor amigo”, los científicos tomaron células de la piel del fallecido, luego esta muestra fue trasladada a la Facultad de Agronomía de Buenos Aires para reproducirla.

El segundo paso implicó el traslado a Corea del Sur, ahí se seleccionaron las mejores células, las cuales fueron implantadas en óvulos no fecundados a los que se les extrajo el núcleo, pues ésta es la estructura que contiene la carga genética. Por último, el óvulo se implanta en el útero de una perra para que crezca de manera normal.

Uno de los temores ante una clonación es la muerte por vejez prematura como la que enfrentó la oveja Dolly, clonada en 1996, el proceso ha evolucionado en un 200 por ciento, asegura la empresa Biocan.

La transmisión de enfermedades, es otro de los miedos que rondan a los animales clonados, sin embargo la empresa señala que en el caso de Anthony II, los males pueden manifestarse o no, ése todavía es un riesgo que está lejos del control de los científicos.

“Este nuevo paradigma que se abre, responde a una nueva etapa científica ya aprobada en el año 2006 por la comunidad científica generando en cada familia la oportunidad de ser felices nuevamente con su mascota más querida. Es una forma de reproducción asistida que nos permite lograr que nuestras mascotas vuelvan a estar con nosotros, aún habiendo fallecido”, agrega la empresa.

Una opción para los que buscan que el lazo entre ellos y sus mascotas sea eterno.