Decir que ‘fue el Estado’ da coartada a criminales: Jorge Fernández

Decir que ‘fue el Estado’ da coartada a criminales: Jorge Fernández
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  • carlos_olivares_baro

Ronda en la cabeza de todos, una pregunta que nos deja en vilo: ¿Qué sucedió la noche del 26 de septiembre de 2014 en Cocula? Mucho se ha escrito sobre el asunto del asesinato de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa. Estamos, indiscutiblemente, frente a uno de los acontecimientos más aterradores del México contemporáneo. Ayotzinapa es una herida que no cicatriza: flagelo que se desborda sobre el ánimo de una sociedad que reclama la verdad jurídica.

Muchos usan estas circunstancias para colofones que poco tienen que ver con la justicia y los derechos humanos: acusan al Estado de ser el responsable de esos crímenes tan horrendos. Las indagatorias, avaladas por expertos internacionales, suscriben que no fue un  ‘crimen político’, sino un acto derivado de la corrupción, amenaza e ilegalidad desplegadas por el crimen organizado en esa zona del país.

Trama polémica que ha dejado secuelas en atajos de enfrentamientos en la sociedad mexicana bajo el argumento de que los 43 jóvenes victimados deben ser convenidos por la intervención de la  justicia.

Jorge Fernández Menéndez (Buenos Aires, Argentina, 1955, naturalizado mexicano), periodista, escritor, analista político —especializado en temas de seguridad nacional— y conductor del programa Todo Personal en ADN40, ha publicado La noche de Iguala. Secuestro, asesinato y narcotráfico en Guerrero (Cal y arena, 2018): manual que, tomando los argumentos del caso Ayotzinapa, hace una exégesis de la violencia, la impunidad y el crimen en el estado de Guerrero.

Jorge Fernández Menéndez

Nació: 12 de abril de 1955

Profesión: Periodista

Premios: Premio Nacional de Periodismo de México 2000, Premio de periodismo José Pagés Llergo 1998

La Razón conversó con el autor de Narcotráfico y poder, a raíz de la aparición de este axiomático cuaderno que hace  una rigurosa elucidación de las aciagas efemérides que iniciaron en la desventurada noche  del 26 de septiembre de 2014 en el municipio de Iguala.

¿Somos testigos de uno de los incidentes más atroces del México contemporáneo? Sin ninguna duda. El asesinato de los jóvenes de Ayotzinapa es, hoy por hoy, uno de los eventos más crueles que hemos sufrido, como derivación de una década de violencia del narcotráfico con numerosas víctimas en el estado de Guerrero.

¿Cómo asumió usted la investigación? Este libro es el resultado de lo que he escrito y he referido en Todo personal. Buena parte de las pesquisas se dieron a conocer en mi columna Razones. Asimismo, hay un antecedente: el docudrama La noche de Iguala que hice junto con Raúl Quintanilla, el cual fue boicoteado por su ‘incorrección política’.

¿Crimen político del Estado vs. consecuencia de los actos del crimen organizado? Sostengo que afirmar que fue ‘el Estado’ el responsable de esos crímenes es una forma de concederles una coartada  a los criminales verdaderos. Los hechos, las investigaciones de un Grupo Interdisciplinario de Expertos  Internacionales, avalado por el peritaje realizado en Estados Unidos, corroboran que en el basurero de Cocula hubo una incineración de al menos 17 cuerpos.

¿Prosa directa con ademanes cercanos a la crónica?  El periodismo de investigación no permite digresiones. Es vertical y preciso. Apenas recurro al uso de adjetivos, y, más que todo, enumero los hechos de manera progresiva.

Varios exergos llaman la atención al inicio de los capítulos: citas de Nietzsche, Roberto Arlt, Bob Dylan, Luis Cernuda... Considero necesario que el periodista esté en contacto con la poesía, la música, la filosofía y otras disciplinas artísticas; por eso recurro a esos autores para ilustrar y complementar las ideas que expongo.

¿Glosario de la impunidad criminal en Guerrero? Tomando lo de Iguala como eje central, elaboro una suerte de almanaque del secuestro, el crimen y el historial del narcotráfico en esa franja geográfica. Los mapas que incluyo al final de las organizaciones delictivas que operan en Guerrero son muy reveladores de cómo está la situación de la violencia en esa zona del país.

Prólogo

Cuatro años después de la desaparición y muerte de los jóvenes estudiantes de Ayotzinapa, no es verdad que no se sabe cuál fue su destino. Es inexplicable, por ejemplo, que se pida un nuevo peritaje en el basurero de Cocula cuando ya se realizó uno, avalado por cinco expertos internacionales, que sostuvieron que allí hubo un fuego que calcinó por lo menos diecisiete cuerpos y donde fueron encontrados restos que, siquiera en dos de los casos, fueron identificados como de las víctimas. Ese peritaje se realizó en Estados Unidos a pedido de la Procuraduría General de la República (PGR), los representantes de los familiares y el Grupo Interdisciplinario de Expertos Internacionales, GIEI. El resultado es público.

¿Qué sucedió la noche del 26 de septiembre de 2014 en Cocula? Las autoridades y los familiares de las víctimas lo saben desde fines de ese año con toda claridad. Hay testimonios, algunos se han hecho públicos y otros no, de lo sucedido. Aquí les vamos a transcribir los más importantes. El relato es largo, pero terriblemente contundente.

Fragmento