“El filósofo ofrece ideales para vincularnos con la democracia”

“El filósofo ofrece ideales para vincularnos con la democracia”
Por:
  • carlos_olivares_baro

El filósofo, miembro del Instituto de Investigaciones Filosófica de la UNAM, Guillermo Hurtado (Ciudad de México, 1962) acaba de dar a conocer Dialéctica del naufragio (Colección Centzontle, FCE, 2016): cuaderno integrado por seis ensayos breves que cavilan sobre el sentido de la vida, el valor de la existencia, la concepción

wittgensteiniana de la religión, el ateísmo, el agnosticismo, las variedades del diálogo entre creyentes y no creyentes, la esperanza y, asimismo, la suerte de la democracia dentro de una sociedad laica.

Especulaciones que intentan dilucidar los motivos del naufragio de la sociedad moderna, el escritor de la columna Conjeturas y Refutaciones de este diario proyecta una inquietante mirada sobre algunos aspectos de la crisis actual de la civilización, no como vanas distracciones del intelecto: “En este libro nado contra la corriente: hablo en serio y con apremio, sin ironía ni indiferencia”, apunta en el preámbulo el doctor en Filosofía por la Universidad de Oxford.

Suerte de catálogo en espiral desde un discurso transparente y, asimismo, esbozado en un espíritu de total intimidad: seductor diálogo con el lector donde retumban ecos con la confianza de reintegrar a nuestro entorno algunos de los legados trascendentes de la filosofía.

“El objetivo más inmediato era reunir textos que había ido escribiendo a lo largo de algunos años; todos tienen una línea común que es la pregunta sobre la existencia humana, hecha desde una posición contemporánea, la cual está definida por una sociedad laica. Tenemos una dificultad para poder plantearnos este tipo de preguntas en el mundo de hoy”, comentó en entrevista con La Razón el académico de la UNAM.

Llama la atención el tono discursivo del libro: apremiante, imperioso… Hay una actitud escéptica, cínica, desapegada que impide hablar de estas cosas con cierta seriedad, tenemos que hacerlo de una manera irónica o desaprensiva. Mi libro nada contracorriente porque yo trato de plantear estos temas de una manera tradicional, pero sin perder de vista el hecho de que lo estoy haciendo desde una posición que ya no puede ser a partir de una cultura anclada en el pasado, sino que tendría que ser, cuando mucho, la posición desde una cultura postmoderna.

¿El segundo apartado del libro es el “más político”? Se aprecia el tratamiento de temas que son significativos para la sociedad mexicana, como la democracia y la esperanza... Hay una enorme crisis de la democracia en todo Occidente que no se puede evitar. El surgimiento de fenómenos políticos como Trump en Estados Unidos o la ultraderecha en Europa o las crisis de las democracias en Suramérica nos indica que el modelo democrático que se construyó después de la Segunda Guerra Mundial está fallando; entonces, hay un desencanto muy grande. Hay dos tipos de problemas con la estructura democrática: el primero es un problema de operación; y el segundo, ideológico. Es labor del filósofo ofrecer razones e ideales que nos permitan reencontrarnos con la democracia.

El ensayo “La crisis de mi ateísmo” es el más seductor para el lector común por su contenido confesional y las revelaciones autobiográficas de su mudanza del ateísmo al agnosticismo… Es el centro de todo el libro. El ateísmo puede ser como una fe, uno puede tener una fe atea. Alguien puede decir: ‘Yo creo fervientemente que Dios no existe’. Un ateo que no quiera aceptar ningún tipo de evidencias tiene una actitud frente a su ateísmo como la del dogmático religioso más radical. El ateísmo es un tipo de creencia, es un tipo de actitud ante la vida. Cuando uno pierde eso, como yo lo hice, se queda flotando en el intersticio, entre la fe del ateo y la fe del creyente, es como un espacio de muchas dudas, de mucha oscuridad. Sí, resultan muy atractivos para los lectores esos dilemas que relato.

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