En $40 mil arranca subasta de mítica foto de la doña

En $40 mil arranca subasta de mítica foto de la doña
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  • la_razon_online

Con una puja inicial de aproximadamente 2 mil 194 dólares, hoy la casa Morton subastará un lote con nueve fotografías de Gabriel Figueroa, entre las que se encuentra una imagen que captó, en un plano cerrado, los míticos ojos de la actriz mexicana María Félix.

La fotografía, de 56x 76 centímetros, corresponde a uno de los momentos finales de la película Enamorada escrita y dirigida en 1946 por Emilio “El Indio” Fernández y protagonizada por La Doña y Pedro Armendáriz.

La subasta también ofertará otras imágenes que el fotógrafo mexicano tomó, entre ellas están Enemigos, 1933; La Perla, 1945; Enamorada, 1946; Bramadero, 1946; Río Escondido, 1947; Pueblerina, 1948; Tierra de Fuego se Apaga, 1956 y Víctimas del Pecado, 1957.

De acuerdo con lo que llegó a afirmar el propio Figueroa (1907-1997), el final de Enamorada, fue “el mejor” de todos los largometrajes que realizó, dado que logró unos acercamientos “formidables”.

“No he podido repetir esa secuencia con otra actriz, porque no tienen el tamaño de nariz exacto para dar esa composición”, aseguraba el fotógrafo, una destacada figura de la llamada época de oro del cine mexicano.

En las imágenes de Figueroa aparecen elementos y personajes como las pencas de un maguey, un charro montado a caballo y unos niños mexicanos.

Además, en la subasta, que se llevará a cabo la tarde de hoy, se ofrecerán otras fotografías, grabados, litografías, libros y documentos antiguos.

Entre ellos, se subastará un decreto firmado por el primer presidente de México, Guadalupe Victoria, un folleto escrito por el pensador Joaquín Fernández Lizardi y un retrato del actor Mario Moreno Cantinflas que data de 1930.

Nacida en 1914 en Alamos, Sonora, Félix debutó en la gran pantalla en 1942 con el filme El peñón, y un año después saltó a la fama con Doña Bárbara, en un papel tan fuerte y memorable, que hasta hoy se la recuerda como La Doña de México. Murió el 8 de abril del 2002, en el día de su cumpleaños número 88.

La época del cine de oro mexicano estuvo plagada de reconocidos personajes y el fotógrafo Gabriel Figueroa fue uno de los que logró capatar escencia y bellaza a través de su lente.

“Su excelencia lo colocó en la cima del éxito; en complicidad con realizadores como Emilio El Indio Fernández, Fernando de Fuentes y Roberto Gavaldón, plasmó en la pantalla grande miradas de recelo, desesperanza, miseria y, sobre todo, el sentir de una nación”, suscribe un homenaje realizado por la Cátedra Ingmar Bergman de la UNAM.

“Para hacer que las luces y las sombras fueran elocuentes, el genio de la espontaneidad se valía de cualquier recurso, sus composiciones daban un preámbulo de la historia, indicaban de forma precisa si los personajes conspiraban, si aquéllos estaban tensos o en situación de gozo. Su fotografía remitía además a la obra del pintor holandés Rembrandt, con su juego cargado de luces y sombras.

El tono dramático que Figueroa le imprimía a la película, hacía de ésta una pieza de arte extraordinaria, para llegar al clímax emocional”, comentó su hijo Gabriel Figueroa Flores, durante la impartición de la cátedra ofrecida en 2015. Su hijo añadió que las tomas captadas por el cineasta generaban un profundo impacto en el desarrollo de la trama.

Figueroa fue responsable de otras cintas entre ellas Los olvidados, de Luis Bueñuel y fue candidato al premio Oscar a Mejor fotografía por La noche de la iguana, en 1954.