En textos inéditos descubren la última pasión oculta de Lorca

En textos inéditos descubren la última pasión oculta de Lorca
Por:
  • victor_fernandez

El 11 de marzo de 1937 hacía algo más de medio año que las autoridades sublevadas en Granada habían asesinado a Federico García Lorca. El poeta era uno más de los muchos hombres y mujeres que el gobierno de la ciudad de la Alhambra había hecho desaparecer, era alguien a quien se había eliminado sin previo juicio por ser considerado un enemigo.

En los medios del bando franquista no se publicaría nada sobre la muerte de Lorca hasta el 11 de marzo de 1937. En esa fecha, el diario fascista Unidad, editado en San Sebastián, daba a conocer un homenaje poético a Lorca bajo el título: A la España imperial le han asesinado su mejor poeta. Su autor era Luis Hurtado Álvarez. El texto se divulgó en algún otro medio falangista, causando tal revuelo debido a que a los partidarios de Franco no les hacía ninguna gracia que una revista falangista dedicara sus páginas a Lorca y que se mencionara su asesinato en Granada.

Cuando a Sabugo Gallego se le preguntó por el paradero de Hurtado, solamente pudo responder que pertenecía a una agencia de colaboración en Salamanca. Nadie sabía quién era Luis Hurtado Álvarez y sus motivos para escribir ese texto.

Hace unos meses pude acceder a una carpeta con una serie de documentos que pertenecieron a Luis Hurtado Álvarez. Habían pasado de un librero de viejo a una colección particular. En el interior de la carpeta se guardaba la hoja de respeto de lo que había sido un ejemplar de la primera edición de Bodas de sangre, aparecida en la Editorial El Árbol en 1935, bajo el cuidado de José Bergamín. En ella Lorca escribió: “A mi queridísimo amigo Luisito Hurtado perdido en esta selva de Madrid. Con un abrazo de su amigo que no le olvida, Federico, Madrid 1936”.

La firma iba acompañada de uno de esos dibujos con elementos vegetales que tanto le gustaba hacer al poeta. Indudablemente es uno de los últimos dibujos de Lorca antes de dejar Madrid para encontrar la muerte en Granada en el sangriento verano de 1936.

La dedicatoria, tan afectuosa, denota que hubo una amistad entre Lorca y Hurtado que se remonta hacia 1934, algo que sabemos gracias a otro libro localizado recientemente en una colección privada por Ian Gibson, biógrafo de Lorca.

Se trata de un ejemplar de la Oda a Walt Whitman, que Lorca publicó en México en una muy limitada edición de 50 ejemplares que distribuyó entre sus más cercanos amigos. Es en este poema, como dice Gibson, donde Lorca afronta con mayor transparencia su “problema” con la homosexualidad.

Pero ¿quién era este joven? Nacido el 27 de enero de 1917, era hijo de Luis Hurtado Girón, un actor que secretario personal del Nobel de Literatura Jacinto Benavente. Las actrices Teresa y Fernanda Hurtado dicen: “Nuestro tío Luis y Lorca se conocieron en un bar de Madrid que se llamaba Los Italianos”. Apuntan, además, que el establecimiento, era punto de encuentro de homosexuales en el Madrid de la Segunda República.

Se desconoce la intención de su amistad pero, él fue una de las pasiones de Lorca.