Esta novela será la última, no estoy dispuesto a más: Solares

Esta novela será la última, no estoy dispuesto a más: Solares
Por:
  • larazon

Quien entra al cosmos de Ignacio Solares (Ciudad Juárez, Chihuahua, 1945) queda atrapado para siempre en una malla (enigmas, fantasías, traumas emocionales, misticismo espiritual, miedo, delirios...) poblada de criaturas arropadas por la perplejidad. Narrador, ensayista, dramaturgo, editor y periodista, el autor de La noche de Ángeles, en el apogeo de sus 75 años, nos entrega una pequeña obra maestra, El juramento (Alfaguara, 2019): novela estructurada en 23 capítulos breves (penetrantes) que subrayan sus obsesiones literarias: caminos de la fe, sexo, alcohol, trances pasionales, amor, zozobra  y soledad.

Luis, joven norteño, tiene el propósito de convertirse en sacerdote; pero, lo acosa la irresolución de creer en el perfil omnipotente de Cristo. Lecturas  de Graham Greene,  Georges Bernanos, Thomas Merton y Eckhart lo han concordado en un conflicto sobre la existencia de un Dios personal. Viaje a la sierra Tarahumara (visión de un firmamento cuajado de estrellas) lo acerca a lo divino. Iniciación sexual en un prostíbulo y primera borrachera. Más tarde, aquejado por una apendicitis aguda, llega al hospital: conoce a Alma, una enfermera que lo lleva por los pasajes inesperados del amor y el erotismo.

Estamos en presencia de un sucinto Bildungsroman donde el protagonista se debate entre el impresionante cielo contemplado en la sierra de Chihuahua y los caóticos entresijos de su destino espiritual. “Una aventura nocturna, briosa y sincera, que equipara los grandes con los pequeños misterios y nos ofrece un relato que no pueden perderse ateos ni creyentes”, apunta el novelista y editor Martín Solares.

“Lo he pensado muy bien, tengo 75 años, he decidido hacer lo que me dé la gana: estoy en ‘tiempo extra’. Pienso que el organismo humano no da para más de los 80. Vienen, después los padecimientos y la vida se vuelve fastidiosa, agónica. Esta novela será la última que entrego a la imprenta, no estoy dispuesto a más”, confesó en conversación con La Razón Ignacio Solares.

¿Está usted seguro de lo que me dice? Totalmente. En esta etapa leo mucho y me aboco a escribir mis Minucias semanales. Pero, ya no tengo ánimo para enfrentarme a un texto como La invasión, por ejemplo. He sido un apasionado de la escritura: escribía por gusto de todo. Me refugiaba en la noche y no paraba. La escritura se me daba con enajenada facilidad; pero, se me terminó la fuerza.

¿Y de dónde los ímpetus para esta novela tan intensa? Un viaje a Chihuahua, impulso de El juramento. Lo que narro del cielo estrellado en la sierra Tarahumara es cierto. El padre Jesús Blanco, quien me acompañaba, me dijo que todo eso que veíamos, era la vida. Regresar allí y contemplar  las estrellas, asistir al amanecer y conjeturar la presencia de Jesús me impulsó a escribirla.

¿Novela de iniciación en los gestos de un joven enfrentado a la alternativa entre amor carnal y religión? El joven se encuentra a sí mismo en el camino al amor: la aparición de la enfermera lo lleva a una confrontación entre el sexo y los

mandatos piadosos.

¿Revelación divina para el protagonista? Testimonio de una voz que le dice: “Estoy contigo”. El designio de la novela se sustenta en la máxima de que Eros es parte sustancial de un Dios transcendental y eterno.

¿Elementos autobiográficos? La memoria y sus reflujos: estudié en el Instituto Regional, del que hablo en la novela; experiencia de seis años con los jesuitas. Íbamos a hacer labor social a favor de los tarahumaras.

Tesis de la novela: ¿existe Dios? Esta novela me ha aproximado más a Cristo. Ya que usted me conmina, le respondo: sí, me abrigo en la divinidad de Cristo: Dios existe.

 

El juramento

Por Ignacio Solares

Creo que Cristo es Dios. No creo que Cristo sea Dios. Creo que Cristo es Dios. No creo que Cristo sea Dios. Estudiaba en el Instituto Regional, en Chihuahua, de jesuitas, donde terminé el último año de preparatoria, que entonces era de sólo dos. Estábamos en vacaciones y teníamos que decidir qué carrera seguir.

Yo tenía dieciocho años, casi diecinueve, porque venía atrasado desde la primaria. Mi mamá se resistía a que entrara antes al Regional: “cómo vas a meter a una escuela de grandulones bárbaros a un niño tan dulce y sensible”. Algo que, creo, sigue creyendo de mí.

Mi mamá es también sensible y llorona, pero cuando alza la voz y toma una decisión, hasta mi papá se pone a temblar y se doblega.

Era yo amigo del padre Jesús Blanco, quien además de ser el profesor de Filosofía era una especie de guía espiritual y yo diría que hasta amigo de muchos nosotros, pero particularmente mío.

Con sus gruesos lentes de aro de metal que escondían unos ojitos escrutadores y pugnaces, casi podía asegurarse que podía ver a través de las cosas. Sabía que yo tenía intenciones de entrar al noviciado, aunque un día me atreví a confesarle la verdad.

—No puedo creer en un Dios personal, es idolatría. Todo en el Universo es impersonal.

[...]

El juramento

Autor: Ignacio Solares

Género: Novela

Editorial: Alfaguara, 2019

 

Ignacio Solares

Profesión: Narrador, ensayista, dramaturgo, editor y periodista

Trayectoria: Jefe de redacción de la revista Plural, director del suplemento Diorama

de la Cultura, entre otros

Galardones: premios Xavier Villaurrutia por El Sitio, Mazatlán de Literatura por No hay tal lugar y Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez 2008

 

Te puede interesar:

https://www.razon.com.mx/cultura/rompen-obra-de-arte-de-20-mil-dolares-en-zona-maco/