Grupos de teatro hilan historias con aromas, sabores, texturas...

Grupos de teatro hilan historias con aromas, sabores, texturas...
Por:
  • adriana_gochez

Una puesta en escena en la que cerremos los ojos, estemos en absoluto silencio o nos permitan sentir texturas, y de esta forma, el escenario se traslade al cuerpo y a la piel, es lo que proponen las compañías que participan en el primer Festival Internacional de Teatro Sensorial por la inclusión.

Se trata de propuestas de teatro experimental de Teatro Ciego (Argentina), en la cual actúan invidentes; Seña y Verbo (México), integrada por actores profesionales sordos; Teatro en el Aire (España), que en sus montajes conjuga la penumbra, el silencio, los olores y los sabores; y Sensorama (México), que en sus obras propone trasladar el escenario al cuerpo y mente del espectador.

“Muchos de nuestros espectáculos están conceptualizados para que en el discurso de la obra se exprese por medio de la sensación y al margen de la palabra y de lo visual. Lo que escuchas, lo que te toca, las texturas, los sonidos son los que van construyendo el discurso de la obra. Sensorama trabaja obras con silencio visual, más allá de cerrar los ojos es qué pasa cuando los cierras”, explica Demian Lerma, director artístico de Sensorama y organizador del festival, en entrevista con La Razón.

Esta compañía presenta en este evento las obras Colores y Cosas que sólo de muerto se saben 2.0; en ésta última, los espectadores observan a través de unos googles en los que no se ve nada concreto, sólo la luz, con el fin de que ésta sea un estímulo sensorial.

“Es una obra sensorial sobre la muerte, un tema complejo cultural e individualmente, del que eludimos hablar, generalmente, aunque todos estamos seguros de que nos llegará este momento, es un poco la premisa. Lo que nos interesa es que las personas tengan una experiencia entorno a la muerte porque hablar de ésta nos remite a la vida”, detalla Demian Lerma.

Afirma que en este tipo de espectáculos sensoriales “todo el tiempo tus sentidos se están estimulando. Utilizamos esta herramienta para generar procesos de inclusión; la tesis del festival y a lo que estamos apostando es que para poder aceptar al otro tengo que aceptarme primero a mí mismo”.

En el caso de Seña y Verbo y Teatro Ciego, además de crear obras atractivas para el público en general, también son una opción para acercar al arte a personas con discapacidad, en un país como México en el que existen pocos espectáculos enfocados a esta comunidad.

“La mayoría de las personas que participan en nuestros talleres o asisten a nuestros montajes no son sordos, pero sí tenemos público de sordos porque es de las pocas ofertas que hay para ellos”, señala en entrevista, Alberto Lomnitz, director de la obra Un gato vagabundo que presenta la compañía Seña y Verbo.

Un gato vagabundo es la primera obra de esta agrupación, actuada y escrita por sordos. Fue creada por Eduardo Domínguez y Roberto de Loera, con la asesoría de Alberto Lomnitz.

“Es una historia muy interesante, muy compleja, es de las obras que mayor reto implica  para el público porque se desarrolla totalmente en silencio, no hay voz, mucha de la historia se desarrolla de manera visual. La historia se centra en un personaje que es sordo. De repente hay oyentes que hablan pero sólo mueven los labios porque el personaje a través del cual estamos viendo la obra es sordo. Hay un diálogo con lenguaje de señas mexicanas que subtitulamos a través de una proyección, lo cual eso le da al público la sensación de casi estar viendo una película”, puntualiza Lomnitz.

Seña y Verbo, creada en 1993, es pionera en la realización de este tipo de montajes y en dedicarse a la profesionalización de personas sordas, desde una perspectiva de inclusión y no discriminación.

“Cuando iniciamos la lengua de señas mexicanas no era reconocida como una lengua nacional, ya lo es desde 2005. El hecho de hacer teatro, de hacer arte le dio una visibilidad y un reconocimiento a la lengua y la cultura de los sordos desde los escenarios profesionales. Es un parteaguas porque aunque trabajamos con una población con discapacidad, no es una institución asistencialista: los actores que trabajan reciben un entrenamiento profesional, un salario, un trato igual al de los actores oyentes que trabajan en la compañía”.

El Festival Internacional de Teatro Sensorial que se realiza del 12 al 22 de mayo; tendrá como sedes el Faro Indios Verdes, Centro Cultural España, Foro Sensósfera, Casa del Lago y Centro Cultural del Bosque.