La literatura, siempre una apertura a la esperanza: Guillermo Arriaga

La literatura, siempre una apertura a la esperanza: Guillermo Arriaga
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  • carlos_olivares_baro

La novela galardonada con el Premio Alfaguara 2020, Salvar el fuego, de Guillermo Arriaga (Ciudad de México, 1958), ya está por llegar a las librerías de México; pero, en estos días de aislamiento necesario la colocación de los volúmenes ha estado sujeta a limitaciones por el repunte del Covid-19. La gira que iba a emprender el premiado por España, Hispanoamérica y ciudades de Estados Unidos se tuvo que aplazar por la alerta sanitaria a nivel mundial.

El sello Alfaguara tenía prevista la distribución de ejemplares para el próximo 4 de abril; sin embargo, el autor insistió en la urgencia de la distribución y entrega de volúmenes en puntos de venta estratégicos. “Les dije a los editores: el umbral de tiempo para que la gente pueda encontrar el libro físico y comprarlo es mínimo. A partir de mi observación, Penguin Random House ha realizado un esfuerzo para la disposición de la novela lo más pronto posible en librerías. Creo que en unos días más el país se va a cerrar. Estoy seguro, soy optimista, que ya muchos lectores tienen en sus manos un ejemplar de Salvar el fuego”, precisó en entrevista telefónica con La Razón, Guillermo Arriaga.

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Edición de Salvar el fuego, coronavirus y cuarentena. ¿Qué piensa usted de esas infortunadas coincidencias? Estamos en un momento crítico. El encierro trae consigo una inevitable angustia. Oportunidad para la reflexión sobre qué puede hacer la cultura ante panorama tan indeciso. El arte puede, en estos días, convertirse en una muralla contra el miedo, la desconfianza y la aprensión. La literatura siempre ha sido una apertura a la esperanza, al diálogo, a la solidaridad entre los seres humanos: creo que ahora lo es con mucho más ímpetu.

¿Salvar el fuego tiene incidencias con la situación que vivimos en la actualidad? Mis personajes se hacen preguntas, creo que una de las principales se afinca en la duda acerca de si realmente la vida que tienen es la que quisieron. Esa pregunta hoy ronda en la cabeza de todos nosotros. Estamos obligados, hoy más que nunca, a tomar las riendas de nuestras vidas. Los personajes de la novela se ven conminados a hacer lo mismo; en eso radica la ‘utopía’ de Salvar el fuego.

¿La pandemia como una oportunidad para replantearnos la vida?  Sí, el coronavirus no es una simple paralización o un estancamiento momentáneo; no podemos después que pase todo, volver a lo mismo, a la rutina de siempre. Me parece que esta crisis, esta encrucijada, nos brinda la posibilidad de una deliberación crítica para revisar lo ‘vivido’ y replantearnos el trecho de lo que falta por vivir. No pretendo adoctrinar a nadie; pero, en mis novelas, guiones y películas conmino al lector, al espectador, a tomar decisiones sobre su vida.

Tres voces narrativas en Salvar el fuego. ¿La historia lo demandaba? Las tres voces fueron naciendo durante la escritura. La primera persona era insuficiente. Apelé a la segunda persona y después a la tercera. Procuré encontrarle un ‘habla’ a cada una de esas ‘oratorias’ para que se diferenciaran. Una de esas voces es femenina, quizá la más arriesgada: modo en que una mujer refiere una relación de disparidades entre su mundo y el de los otros.

No sólo un amor caótico. Aborda usted asuntos como los celos, el racismo... Siempre he escrito de amores confusos, liosos, desordenados. El amor tiene coordenadas que nos perturban. Ya lo he dicho: Salvar el fuego es, en esencia, una novela de amor. Los celos hacen que se pierda el control, así sucede con uno de los personajes. También se hace referencia al mundo aborigen: el padre de uno de los personajes es indígena y por ahí se insertan en la historia los temas de la desigualdad y la discriminación.

¿Las presencias de Faulkner, Rulfo y Onetti? No me deslindo nunca de Faulkner ni de Rulfo. El jurado calificó a Salvar el fuego como una ‘novela polifónica’: ahí está la presencia del autor de El sonido y la furia. Onetti, quizá de una forma indirecta: el cosmos del uruguayo tiene mucho que ver con el novelista estadounidense.

¿Qué hace en estos días de aislamiento? Estamos todos los familiares juntos. Hasta un hijo que ya no vive con nosotros vino para estar juntos. Releo a Moby Dick, el clásico de Melville. Veo películas que quería ver con calma otra vez, como el Séptimo sello, de Bergman. Nunca sospeché que tendría que aplazar la gira del premio por una pandemia. Esto nadie lo había pensado: se corrobora que la vida está definida por lo sorprendente, por lo imprevisto.

El dato: En 2008 presentó su primera película como director, Fuego, protagonizada por célebres estrellas, como Charlize Theron, Jennifer Lawrence y Kim Basinger. La estrenó en el Festival Internacional de Cine de Morelia.

Salvar el fuego

Por Guillermo Arriaga

Yo solo había sido infiel una vez en mi vida. Y lo curioso es que fue precisamente con Pedro. A su vez, él me confesó que nunca antes le había puesto el cuerno a Héctor. Por lo tanto ambos fuimos amantes primerizos. Empezamos con bromas tontas. «La única mujer con la que haría el amor sería contigo», dijo una vez en forma de piropo en medio de un grupo numeroso. El comentario causó risotadas. Incluso Claudio lo festejó. «Mi vieja está tan buena que es capaz de excitar hasta a los perros.» A partir de ese momento, iniciamos un juego de coquetería banal. Pedro no perdía oportunidad de cortejarme, aunque no pasaba de la adulación cándida de un gay a su amiga.

Fragmento del libro

Guillermo Arriaga

Guionista y escritor

Nacimiento: 13 de marzo de 1958, en la Ciudad de México.

Educación: licenciatura en Ciencias de la Comunicación y maestría en Historia, en la Universidad Iberoamericana.

Filmografía: Amores perros, 21 gramos, Babel, Los tres entierros de Melquíades Estrada, y Fuego, entre otras.

Salvar el fuego

Autor: Guillermo Arriaga

Género: Novela

Editorial: Alfaguara, 2020