La primera influencia soviética en el artista

La primera influencia soviética en el artista
Por:
  • juanrafael-coronelrivera

En 1909 Rivera toma un descanso, deja el estudio del pintor Chicharro —a quien asistía— y realiza un viaje por Brujas y  Londres; su destino final era París.

Lo importante de esta travesía es que en Londres compra su primer ejemplar de El Capital, de Karl Marx. Nos cuenta el pintor: “También por ese tiempo se desarrolló en mí, y le di rienda suelta, un repentino apetito de lecturas. Me sumergí en los trabajos de Nietzsche, Huxley, Zola, Schopenhauer, Darwin, Voltaire, Kropotkin y, sobre todo, Karl Marx. Buscaba ideas en los libros. Rara vez leí ficción, que no me satisfacía entonces y sigue sin gustarme debido a su falta de realismo”.

Si bien Marx fue fundamental en su percepción del mundo moderno, poco se ha estudiado la importancia de Piotr Alekséyevich Kropotkin en los modelos políticos e ideológicos relacionados a la plástica desarrollados por Rivera, y debemos colocarlos en un destacado lugar porque el artista antes de tomar como propias las ideas del socialismo, del primer pensador ruso de quien fue un seguidor incondicional, es precisamente del anarquista Kropotkin. Tampoco se ha examinado la influencia que la ideología política que se propagaba en Londres en estos momentos ejerció sobre el pintor, ya que el anarquista ruso, al igual que Marx, tomaron al Reino Unido como refugio durante las persecuciones de que fueron objeto y sus propuestas estaban en el día a día de la capital británica. Si bien cuando Diego llega a Londres no existía un movimiento plástico de vanguardia en el Reino Unido debido a que en ese momento la pintura victoriana aún era considerada como el máximo exponente moderno, era precisamente en este lugar conservador donde las ideas políticas se radicalizaban. No fue durante su formación mexicana —1897-1907— ni durante sus años en España —1907-1909— que Rivera entra en contacto con el perfil político que lo marcará el resto de su vida, sino en Londres, y el primer pensador ruso con el que se identifica es precisamente Kropotkin. Puntualizo lo anterior ya que en las versiones biográficas que se hacen del pintor mexicano se establece que fue hasta 1911, una vez que formaliza su relación con la pintora rusa Angelina Beloff, que entra en contacto con el círculo intelectual al que pertenecía la artista y, a través de ella, con el pensamiento de vanguardia soviética.

A Diego, del anarquista ruso no solamente le gustaba su postura respecto a la sociedad, sino la simbiosis que realizaba con las ciencias, ya que además de ser uno de los fundadores del anarquismo, Kropotkin era un destacado geógrafo y naturalista, de ahí que lo lea y equipare con Darwin, ya que ambos, a través de las teorías científicas, explicaban el comportamiento humano desde su principio “liberal”, ingenuo, entendiendo este término desde su raíz, esto es “el hombre nacido libre”. La idea era regresar a esa ingenuidad de espíritu, primigenia, donde el dogma era la igualdad. De ahí que Kropotkin sentenciara: “La única iglesia que ilumina es la que arde”.

*Poeta, historiador del arte y nieto de Diego Rivera