Las Claves

Las Claves
Por:
  • larazon

El poeta Gonzalo Rojas (Lebu, 1917-Santiago de Chile, 2011) viene en un caballo mojado de llovizna / viene en su casa de aire y en su silencio gozoso de acordes / en los huecos del cielo y en “todo el hueco del mar”. Persistentemente a la intemperie. Siempre glotón de retratos que nos muerden. Siempre en los matorrales del tropel. Siempre como un niño escribiendo “poco y mal. Asmático y tartamudo”. Gonzalo en la vorágine del ritmo que Dios arrojó “desnudo y llorando”. / Gonzalo conviviendo en hosterías acuosas y oscuras con Catulo, frente a André

Breton y emborrachándose con su compinche Pablo de Rokha en una taberna lóbrega y solitaria del Báltico: sin desconfianza, con la liturgia como única recompensa en los ojos.

Todavía. Obra en prosa (edición de Fabienne Bradu), muestra la otra cara del autor de La miseria del hombre. En las consideraciones de Paul Valéry de una “linealidad de la prosa” en sentido de marcha, y de la “circularidad envolvente” de la poesía en vecindades con la música: estos pergaminos de Rojas son curvilíneos, a manera del flujo de un río que se ramifica en redondeles empalmados. Música reflexiva, jazzística, bachiana: ostinato de cadencia en ascua. Palabras encrespadas sobre un lienzo de heredad rabiosa: “... nací tierra, comí tierra, pensé tierra, escribí tierra y más tierra, hice hijos de tierra, me acostaré asimismo tierra...” (Del zumbido, 2003).

Diversos afluentes: La poesía es mi lengua (poemas en prosa), Perdí mi juventud (cuentos), Desocupado lector (prólogos), Los verdaderos poetas son de repente (ensayos), Mucha lectura envejece el ojo de la imaginación (reseñas), Desafinado en Concepción (enseñanza y diálogos), La vuelta al mundo (diarios de viaje), Revelación del pensamiento (poética), Caída y fascinación de la historia ( historia y política), Échenle agua a los muertos (elegías), De qué más se te acusa Gonzalo Rojas (páginas autobiográficas), Música ligera (notas), No al lector: al oyente (preliminares de lecturas públicas), A quien pueda importar (discursos), Arenga en el espejo (autoentrevistas). Espesura temática: diálogos conjeturables —sumario— entre creación y literatura.

Refundición de tonalidades grecorromanas (Catulo, Píndaro, Ovidio…), Siglo de Oro (Quevedo, Lope, Góngora...), matices de la vanguardia latinoamericana y guiños surrealistas. Prueba del combate del hombre contra “la serpiente que avanza en el silbido / de las cosas, entre el fulgor / y el frenesí”.

Convite sonoro: albores que nunca se apagan. (Leo en un mismo aire a mi Catulo y oigo a Louis / Armstrong, lo reoigo / en la improvisación del cielo. / Me moría, adiós vieja fragua; un minuto y soy piedra para / siempre, oh voz, única voz.) / Todavía: árbol invadido de golosas palomillas que vienen volando de cielos distintos, escoltadas por muchas ventoleras: unas muchachas impúdicas corretean sobre estas planas.