Las oscilaciones de Omniblues

Las oscilaciones de Omniblues
Por:
  • larazon

Carlos Olivares Baró/carlos.olivares.baro@hotmail.com

Si el blues configura una ensoñación se debe, principalmente, a la pasión de sus intérpretes: no hay patente armónica/melódica que no esté dibujada en los muros de los ímpetus. Blues que es tristeza vehemente en patrones repetidos bajo la estructura de llamada y respuesta. Guitarra vibrante con slide y bend de progresivo bamboleo. El grupo mexicano Omniblues capitaneado por el guitarrista Juan Ávila se caracteriza por pespuntes de una gramática heterodoxa dentro de las múltiples gamas de un género tan noble y receptivo como el blues.

No olvidar que las baladas escocesas e irlandesas serán determinantes en el florecimiento del blues de Nueva Orleáns; los gritos de campo conformarán una suerte de rebeldía subrayada por el clarinete y el saxofón. Blues que entra al cuerpo y se apodera de los resquicios de la piel. Blues que la armónica tiñe de lamentos. Escuchar a Juan Ávila (guitarra y voz); Martín Ávalo y Bernando Fernández (batería y percusiones); Gerardo Arriaga y Javier Tapia (bajo); Alejandro Aguirre, Joaquín Martínez y Octavio Espinosa (armónica); y Fernando Irra (sax) es de verdad placentero: sin olvidar los patrones clave, son capaces de encabalgar tonalidades de la canción ranchera (José Alfredo Jiménez, Cuco Sánchez, Juan Gabriel) con el bolero (Chamaco Domínguez) y el pop (The Beatles) en el logro de una sonoridad alternativa y fresca que inaugura nuevas vertientes del blues mexicano.

En el álbum Blues de la Sierra (Producción Independiente) construyen una atmósfera de indiscutible clasicismo armónico que nos remite a Eric Clapton y Albert King. La guitarra de Ávila entrecruza motivos melódicos con la armónica en un diálogo de sorpresivo collage rítmico. “El rey” (José Alfredo Jiménez) se traslada a los espacios del swing con total desenfado creativo y el bolero “Miénteme” (Chamaco Domínguez) cruza los puentes en medidas sonoras de lúdica amalgama country.

En el DVD de la presentación en el Festival DuranBlueJazz 2008 vemos y escuchamos a una agrupación con propuesta madura y ejecutantes sumergidos en la concepción de una huella blusera sin fronteras y atadura: el repertorio seleccionado conformado por piezas de The Beatles (“Get Back”), Jimmy Hendrix (“Red House”), Stevie Ray Vaughan (“Texas Flood”), B.B.King (“Every day Ihave the blues”) o Elmore James (“The sky is criyng”) dejan ver a unos músicos informados y con buen gusto, conocedores de las raíces e innovadores en sus argumentaciones melódicas y armónicas. Resulta muy seductor trasladar los clamores de la música folclórica mexicana y el bolero a los tempos del blues. Juan Ávila sabe matizar las trazas de una cultura y otra y, de manera natural, fusiona lo que parecería imposible. Blues oscilante en cabalgata y cuajos que esbozan otras hojarascas dentro del panorama del jazz mexicano contemporáneo.

Sidney Bechet/The Legendary

Álbum de Sidney Bechet (1897, Nueva Orleáns–París, 1959) atemporal. Remasterizado (BMG Music, 1988) se escucha como si se hubiera grabado ayer. Integrante de varias Brass Bands en Nueva Orleáns, Bechet se inició en el clarinete a los seis años. Tocó con King Oliver, Armstrong y la Baker. En París se inclinó por el sax soprano. Se dice que su interpretación de “Summertime” (Gersh-wins) ejemplifica su espíritu innovador. Viaje por la biografía musical del más grande clarinetista del jazz clásico. Ejecuciones con la Jelly Roll Morton’s New Orleans Jazzmen (Morton al piano), Tommy Ladnier and His Orchestra (Ladnier en la trompeta), Sidney Bechet and His New Orleans Feetwarmers (Bechet vocalista, sax soprano y clarinete), entre otras. “Mood Indigo” (Ellington), “What is this thing called love?” (Porter) o“Sidney’s Blues”(Bechet). Espontáneas improvisaciones. “El verdadero epítome del jazz”, según Ellington.

Tito Puente, Charlie Sepúlveda, Mongo Santamaría, Dave Valentin…

Pure Latin Jazz

Universal Music nos entrega una compilación de clásicos del Jazz Latino. Tito Puente, Eddie Palmieri, Mongo Santamaría y Cal Tjader –veteranos que iniciaron con el cubop de Gillespie y Pozo–, escoltan a los trompetas Charlie Sepúlveda y Humberto Ramírez, al pianista HIlton Ruiz, al flautista Dave Valentin y al conguero Giovanni Hidalgo que comenzaron sus carreras bajo los influjos del hardbop. Composiciones emblemáticas como “Oye como va” (Puente), “Watermelon man” (Hancock), “Afro blue” (Santamaría) o “Don´t stop the train” (Palmieri) integran este CD doble que se registra como un viaje por los espacios del latin jazz facturado en EU. Se resiente la ausencia de Paquito de Rivera, Sandoval, Rubalcaba, Philip Mossman, Camilo o Conrad Herwig. Selección de catálogo (Verve, GRP, RMM, Con-

cord) que los amantes del género agradeceran por el recuento de estilos sostenido en lo afrocubano.

fdm