Literatura

León Plascencia Ñol apela a la memoria en La música del fin del mundo

El autor toma de punto de partida para la novela una escena que vio en Buenos Aires; se centra en una diseñadora y un artista

León Plascencia Ñol
León Plascencia ÑolFoto: Especial
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Una pareja, un hombre que llora sentado en una banca y una mujer parada tratando de consolarlo, que el escritor León Plascencia Ñol vio durante una visita al Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, fue el punto de partida que lo llevó a escribir su primera novela, La música del fin del mundo (Salto de Página, 2019), una crónica de viaje en la que se enlazan temas como el amor, los miedos y la memoria.

“Cuando salí del Museo Nacional enfrente vi esta pareja, se me quedó grabada esa imagen. Cuando regresé a México me vino muy clara la historia de estos dos personajes. Me di cuenta que me estaban pidiendo que la contara, de alguna manera; tenía que investigar qué me querían decir”, compartió Plascencia Ñol a La Razón.

La novela relata la historia de un artista conceptual mexicano que viaja a Buenos Aires, Fuzzaro; y Hye, una diseñadora de modas coreana, quien mantiene una relación amorosa con otra mujer en Seúl. Sin embargo, lo que serían unas tranquilas vacaciones se transforma en un recorrido hacia los miedos y obsesiones de Fuzzaro.

“Para cada personaje Buenos Aires tiene una importancia distinta. Para Fuzzaro, quien es quien cuenta la historia, es como volver a ciertos elementos de su vida anterior; la idea es que no se supiera de dónde es, porque él es un homenaje a un personaje que hizo Álvaro Mutis hace algunos años, Maqroll (en el libro Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero).

Cuando me pongo a escribir, simplemente estoy pensando en una respiración, cierto ritmo, las palabras, los gestos, las imágenes que llegan, me gusta ir cambiando de géneros

León Plascencia Ñol, Poeta

Para Hye esa ciudad es un destino más, nunca había estado ahí; y para Luciana, quien es la que se involucra con Fuzzaro, es donde escribe, está intentando construir una vida y un destino”, explicó Plascencia Ñol.

El ganador del Premio Nacional de Poesía Amado Nervo 1996 incorpora en el libro algunos apuntes que hizo durante un viaje a Buenos Aires.

“Me fui a vivir unos meses allá, pensaba hacer una crónica de viaje larga porque iba a estar en Argentina y en Uruguay; me puse a hacer un diario con estas notas que iba anotando a lo largo de los días. Cuando regresé a México, al darme cuenta que no iba a poder escribir el texto largo que quería, usé muchos de estos elementos para la novela; parte de estos recorridos que aparecen son parte de los que hice”, detalló el también autor de Excavaciones de una casa ateniense.

Para Plascencia Ñol, varios de sus trabajos se relacionan con la memoria y esta primera novela no es la excepción, pues señaló que le gusta trabajar este concepto “con ciertos estados”.

También consideró que La música del fin del mundo es una historia de amor y de desamor, así como de deseo.

“Han cambiado algunos códigos, la manera que tenemos para relacionarnos se ha modificado en algún sentido, pero creo que siempre está ahí la relación que establece un ser y otro, y todo lo que desencadena esto”, finalizó.

La música del fin del mundo
La música del fin del mundoFoto: Especial
Poeta y editor
  • Nació: 21 de mayo de 1968, en Jalisco
  • Galardones: Nacional de Poesía Álvaro Mutis y Nacional de Poesía Amado Nervo en 1996; el Nacional de Poesía Clemencia Isaura en 2001, el Iberoamericano de Poesía Jaime Sabines para Obra Publicada en 2012 y el Nacional de Poesía Ramón López Velarde en 2016