Miguel Falomir llega al Museo del Prado en busca de público joven

Miguel Falomir llega al Museo del Prado en busca de público joven
Por:
  • j._ors

Desde el martes Miguel Falomir es el director del Museo del Prado. Uno de los cargos de más prestigio en España, pero que también conlleva sacrificios. Sobre todo cuando se acerca el Bicentenario de la institución.

¿Qué es lo que más le preocupa en esta nueva etapa? Ningún director ha heredado un museo en unas condiciones tan óptimas. El Prado es una maquinaria bien engrasada. Pero, por supuesto, existen algunas preocupaciones.

¿Cuáles? No morir de éxito. Los museos son instituciones culturales, pero, ahora también, turísticas. ¿Cómo se vive un museo con más de tres millones de visitas? Algunas personas se desalientan al ver esa masa. En el Prado no sucede todavía, pero podría pasar. Tuvimos un aperitivo con la muestra de El Bosco. Es maravilloso que venga la gente, pero también hay que velar para que el museo no esté como El Corte Inglés.

¿Seguro que no le inquieta algo más? El envejecimiento medio del visitante; que la gente joven sienta menos afinidad por el arte que hay en El Prado; que el público pertenezca a grupos sociales determinados y que los demás no se planteen venir a vernos. El que nos conoce bien, vuelve. Una demostración son los Amigos del Museo del Prado, que después del Real Madrid y el Barça, debe ser el club más grande de España. Pero hay otros que no han desarrollado un lazo afectivo con él.

Otros de los retos que le aguarda es el Salón de Reinos. Existen varios espacios en él. Con la galería superior, lo reconozco, aún no sé qué voy a hacer. Pero sí con la galería histórica y las partes más nobles. Allí pueden verse los cuadros de las colecciones de la pintura española e italiana del siglo XVII, que fue la que se adquirió para este lugar. Y creo que debe exhibirse de manera permanente.

¿Volverán los Velázquez? Y los cinco retratos que había, Zurbarán y los cuadros de batallas del resto de pintores. En otro espacio podría colocarse un par de centenares de cuadros, la mayoría del siglo XVII de una gran calidad y que pueden mostrarse.

¿Y el Guernica no? Creo que está magníficamente en el Reina Sofía. Y no veo ningún argumento para que deje de estar allí. Hemos perdido el punto fundamental: El Reina Sofía y El Prado son museos estatales. Lo importante es que el Guernica pertenezca a todos los españoles.

¿Qué hará para el bicentenario? Se ha creado una comisión. En un par de meses se presentará una guía. Habrá exposiciones y congresos sobre lo que somos y lo que queremos ser. En cuanto al número de exposiciones es difícil realizar más al año. Incluso no me importaría hacer dos menos. Once exposiciones anuales es un disparate para nuestra plantilla.

¿Por cuáles aboga? El Prado tiene que ahondar y enfatizar en su propia naturaleza, en aquello que le hace diferente. Hay que apostar por exposiciones como la de Metapintura, otras donde dialoguen Velázquez, Rubens, Tiziano. Éste es el ADN del Prado. Existen referencias que siempre conviene revisitar, como Goya, El Greco o Rubens.

¿El Prado debe intensificar su presencia internacional? La internacionalización es consustancial al museo. Hay que dejar tiempos pretéritos en los que estábamos encerrados en nosotros mismos. Mirábamos con admiración hacia la National Gallery y les acabamos exportando a su director.

Hablando de la National Gallery, ellos tienen entrada gratuita. La del Prado cuesta 15 euros. ¿Va a hacer algo para reducirla? Me gustaría que fuera gratuita, pero se nos olvida algo importante, la mitad de los visitantes paga el 50 por ciento de esa entrada; otro 20 por ciento, la reducida, y sólo el 30 por ciento, los 15 euros. El Prado abre siete días a la semana y tiene programas de educación. Eso cuesta dinero. Pero estoy en contra de que el Estado nos dé el 100 por ciento. La autonomía financiera te da libertad.

¿Cuál es el porcentaje adecuado de financiación? La crisis ha obligado al museo a hacer un esfuerzo adicional y alcanzar un 72 por ciento de autofinanciación. Lo ideal es aspirar al 60 por ciento de autofinanciación y 40 por ciento de fondos del Estado.

¿Va a atraer patrocinadores? Optamos por pocos colaboradores, pero ligados durante mucho tiempo al museo. Y ha sido un éxito. Creo que debemos ensayar otras fórmulas, como el micromecenazgo, no por las cantidades, sino por el hecho de que democratiza las donaciones y hace que cualquier persona se sienta un actor relevante en El Prado.