Murió J.D. Salinger, arropado en el silencio

Murió J.D. Salinger, arropado en el silencio
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Por Lizeth Gómez De Anda

La literatura perdió a uno de sus grandes mitos. El escritor J.D. Salinger, autor de uno de los clásicos del siglo pasado, murió a los 91 años.

Jerome David Salinger falleció este miércoles en su casa de Cornish, en el estado de New Hampshire, por causas naturales, informó su representante, Phyllis Westberg. El literato se fracturó la cadera en mayo pasado pero tuvo una buena recuperación. Sin embargo su salud empeoró considerablemente a comienzos de este año.

Hablar de Salinger es entrar en el terreno de los ermitaños de la literatura. En este sentido es equiparado con Thomas Pynchon, ambos alejados de la luz pública. A pesar de esto el éxito de sus libros le permitió vivir de ello sin la necesidad de complacer o atender al público.

El halo de misterio que rodeaba al autor se intensificó cuando en la cima de su fama, en 1960, se recluyó en la pequeña localidad de New Hampshire. Pocas veces era visto por vecinos, nunca respondía cartas ni llamadas de sus admiradores.

Salinger pasó su infancia en Park Avenue junto a su hermana Doris. Su padre era un empresario judío; su madre, de origen irlandés. En 1939 asistió a un curso de narrativa corta en la Universidad de Columbia y escribió críticas de cine para la revista estudiantil.

Comenzó su trayectoria literaria escribiendo relatos para The New Yorker, en la década de 1940, y publicó dos capítulos de lo que posteriormente sería El guardián entre el centeno, su obra más célebre.

Desde su publicación, la historia del joven Holden Caulfield se convirtió en un best seller. A pesar de eso, Salinger realizó sólo unos cuantos libros y colecciones de relatos, como Nueve historias, Franny y Zooey y Levantad, carpinteros, la viga del tejado.

Su última pieza publicada fue un cuento corto titulado Hapworth 16, 1924, que apareció en The New Yorker en junio de 1965.

No le gustaba ser fotografiado ni entrevistado y, aunque seguía escribiendo, no publicó ningún trabajo desde esa fecha. “Adoro escribir y le aseguro que escribo regularmente. Pero escribo para mí y quiero que me dejen completamente tranquilo mientras lo hago”, declaró en la única entrevista, concedida en 1974.

A la manera de Salinger, sus funerales serán totalmente privados, como una manera de defender su privacidad.

 Mark Chapman, el hombre que asesinó a John Lennon en 1980, citó la novela de Salinger como el lugar en el que encontrarían la explicación de sus actos.

La obra de una vida

1951

El guardián entre el centeno. Posteriormente escribió Nueve Cuentos, en 1953 y Franny y Zooey, en 1961. El último texto publicado fue Seymour: una introducción, en 1965.

1974

Su única entrevista fue concedida por teléfono a un periodista de The New York Times. Salinger declaró que editar sus cuentos sin permiso suponía una terrible invasión a su vida privada.

1987

Para defender su intimidad luchó por prohibir la impresión de una biografía que no había autorizado.

El guardián entre el centeno

(Arranque de la novela)

Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso. Primero porque es una lata, y, segundo, porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera aquí a hablarles de su vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre. Son buena gente, no digo que no, pero a quisquillosos no hay quien les gane. Además, no crean que voy a contarles mi autobiografía con pelos y señales. Sólo voy a hablarles de una cosa de locos que me pasó durante las Navidades pasadas, antes de que me quedara tan débil que tuvieran que mandarme aquí a reponerme un poco. A D.B. tampoco le he contado más, y eso que es mi hermano. Vive en Hollywood. Como no está muy lejos de este antro, suele venir a verme casi todos los fines de semana. El será quien me lleve a casa cuando salga de de aquí, quizá el mes próximo. Acaba de comprarse un Jaguar, uno de esos cacharros ingleses que se ponen en las doscientas millas por hora como si nada. Cerca de cuatro mil dólares le ha costado. Ahora está forrado el tío. Por si no saben quién es, les diré que ha escrito El pececillo secreto, que es un libro de cuentos fenomenal. El mejor de todos es el que se llama igual que el libro. Trata de un niño que tiene un pez y no se lo deja ver a nadie porque se lo ha comprado con su dinero.

Es una historia estupenda. Ahora D.B. está en Hollywood prostituyéndose. Si hay algo que odio en el mundo es el cine. Ni me lo nombren.

Con información de agencias