“No podemos estar haciendo cine para festivales, no tiene sentido”

“No podemos estar haciendo cine para festivales, no tiene sentido”
Por:
  • Pacotest

El nombre de Michel Franco es cada vez más frecuente en el Festival Internacional de Cine de Cannes, a siete años de su llegada por primera vez al certamen cinematográfico volvió a consolidarse con Las hijas de Abril como uno de los cineastas mexicanos preferidos de la crítica.

En entrevista con La Razón, Franco afirma que sus películas no están hechas exclusivamente para los festivales sino para el público “al final los jurados en los festivales son público, por eso se emocionan y por eso las películas se llevan premios”.

Sus filmes, tal y como ocurre en su más reciente obra, reflejan la complejidad del ser humano y las consecuencias que vienen tras tomar ciertas decisiones.

¿Cómo fue la concepción de Abril? Es un montaje humano, impulsivo... cuando platique con Emma Suárez y le mandé el guión, ella tenía muchas dudas sobre si quería o no hacer la película por los retos que implicaba, le interesaba pero la parte oscura le preocupaba, por ello le insistí en la parte cariñosa y cálida y sobre la dimensión humana que habría que darle al personaje. Lo interesante es que en la vida todos somos muchas cosas y las buenas películas tendrían que tenerlo y los buenos actores tendrían que tener la posibilidad de demostrar eso.

En Daniel y Ana, Después de Lucía y Las hijas de Abril siempre existe un elemento disruptor, una catarsis. ¿Hay una especie de premisa sobre la maldad innata en el ser humano? La gran diferencia entre Daniel y Ana, Después de Lucía y Las hijas de Abril, es que en las primeras dos este elemento viene de fuera, es un elemento externo que rompe el equilibrio que la familia está viviendo o que está tratando de encontrar. En cambio en Las hijas de Abril, el conflicto, el problema viene de dentro, es la madre que ya era parte de la familia, aunque no estuviera presente la que causa el problema. Ahora no hay familia sin conflictos, la diferencia es cómo se manejan en cada familia y, claro, también hay niveles de conflictos.

En este sentido, el hermano de Ana y la madre de Abril, son personajes humanos, pero con un traspaso a lo inhumano... Sí, pero yo no diría que es un desplante de maldad o que es inhumano, yo creo que en el momento en que todos en la vida nos equivocamos hemos lastimado a alguien, no es necesariamente que estamos diciendo ‘voy a pasarme al lado malo’, yo creo también somos víctimas y tendría que cada una de esas películas demostrarlo en su desarrollo, somos víctima de nuestras propias necesidades, huecos emocionales.

Te han comparado con el cineasta austriaco Michael Haneke... Cuando empezó a suceder con mis primeras películas me parecía un honor y me emocionaba mucho, cuando sigue pasando con la quinta, dices, ‘por más que aquél sea un maestro, uno quiere encontrar su propia voz y dejar de ser comparado’, pero bueno, la tarea del público y de la crítica es ejercer su opinión y yo no controlo eso y me afecta hasta cierto punto. Ahora, es mejor que te comparen al mejor director que hay en el mundo hoy día o uno de los mejores, a cualquier otra figura menor, entonces por ese lado si te tienen que comparar, que sea Haneke no es tan malo.

Acabas de ganar el premio del jurado Una cierta mirada ¿qué representa para ti? Siempre que llego a Cannes a presentar una película, voy muy cansado y pensando que necesitaré vacaciones cuando termine el festival y como han sido muy buenas experiencias y encima he ganado estos premios en tres ocasiones seguidas me dan energía para seguir filmando. La ventaja que tengo es que casi siempre se cuál es la siguiente película, no me distraigo con el premio, no me cuestiono, simplemente me da ánimo y sigo filmando.

¿Qué pasa con el cine mexicano? ¿cómo está actualmente? En términos de producción está muy bien y de calidad y de diversidad; en términos de exhibición y distribución, terrible. Para que el cine exista tiene que tener público y espectadores, no podemos estar haciendo cine para festivales, eso no tiene sentido. Mis películas encuentran público y es una pena que mucho cine mexicano no corre con la misma suerte, no debería depender de la suerte, debería estar regulado y debería haber un mecanismo para que las películas mexicanas lleguen a su público.

¿Cómo ha sido tu evolución desde tu primera vez en Cannes hasta ahora? La verdad es que trato no pensar mucho en eso, de Daniel y Ana a la fecha lo que cambia es que he tomado el control total de la producción de mis películas.

¿Consideras que tus películas son sólo para festivales? Después de Lucía tuvo casi un millón de espectadores y si hablamos de que Las hijas de Abril se vende mucho, entonces no, definitivamente son para el público, al final los jurados en los festivales son público.