Norman Ohler presenta libro sobre las adicciones de Hitler

Norman Ohler presenta libro sobre las adicciones de Hitler
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En el marco del Hay Festival Querétaro 2017, el escritor alemán Norman Ohler presentó su libro High Hitler las drogas en el III Reich, una investigación periodística que revela la adicción del líder nazi a la metanfetamina, lo cual explica muchas de las decisiones que se tomaron durante su régimen.

El dato: El escritor fue el guionista de la película alemana Disparos Palermo (2008), dirigida por Wim Wenders.

Ohler explicó que “sobre el Estado nazi se había escrito prácticamente todo, al menos eso es lo que se pensaba, pero en este libro se aborda de manera ampliamente documentada el insospechado consumo de la llamada droga del horror o crystal meth entre los integrantes del nacionalsocialismo”.

“Hitler era un adicto a la metanfetamina y otros opiáceos fuertes, pero el régimen del terror que lideró era hipócrita, porque oficialmente prohibía el consumo de drogas,pero su uso oficial fue una de las claves exitosas que permitió su encubrimiento”, refirió el autor.

[caption id="attachment_489689" align="alignright" width="197"] High Hitler. Las drogas en el III ReichAutor: Norman OhlerEditorial: CriticaPáginas: 329[/caption]

Ohler, quien ha sido corresponsal en Palestina y guionista cinematográfico, explicó que se encontró en el camino los diarios del doctor Theodor Morell, médico de cabecera de Hitler.

Ahí encontró el punto de partida de esta investigación de varios años en los Archivos Federales de Alemania para descifrar cómo se reflejó en el Paciente A (o sea, el Führer) y en sus decisiones, el consumo habitual del pervitin, la forma más pura de la hoy proscrita metanfetamina.

El autor abundó que el medicamento habitual de Hitler para mitigar los dolores en la zona nasal, laríngea y auditiva a consecuencia de las lesiones en los tímpanos, era la cocina, “aquel veneno de la degeneración judía que los nazis censuraban”.

“Y al consumo habitual de esa sustancia se sumaron otras que al escasear muy cerca de la debacle nazi, permitió conocer hasta qué punto la dependencia a las drogas había hecho mella en el poderoso Hitler”, agregó Ohler.

Parte 1. Metanfetamina: la droga del pueblo

El nacionalismo fue, literalmente, tóxico. Dejó al mundo un legado químico que hoy sigue afectándonos, un veneno que tardará en desaparecer. Aunque los nazis se las dieran de sanos y llevaran a cabo, con pompa propagandística y penas draconianas, un apolítica antidroga ideológicamente bien apuntalada, durante el gobierno de Hitler hubo una sustancia específicamente pérfida, especialmente potente y especialmente adictiva que se convirtió en un producto de consumo popular.

Legalmente, en comprimidos y bajo el nombre comercial de Pervitin, este producto tuvo un éxito arrollador en todos los rincones del Imperio alemán durante la década de 1930 y, más tarde, también en la Europa ocupada, y se convirtió en una “droga popular” socialmente aceptada y disponible en cualquier farmacia.

Fragmento del libro