Ofertas del arte contemporáneo

Ofertas del arte contemporáneo
Por:
  • miguel_angel_munoz

Nunca me ha interesado definir al arte en corrientes o tendencias. Desde ahí el crítico o historiador de arte se erige como comparsa de lo que propone, hay que analizar detenidamente, el papel que juegan hoy los marchantes de arte más poderosos, las revistas especializadas que siguen los pasos de éstos y los museos que apoyan sus intereses más banales.Sin embargo, no hay que negarnos el derecho a informar a un público más amplio que el "especialista" ni a emitir una opinión personal: cuanto más haya, más puede criticarse y calibrarse la imposición salvaje de las modas y minimovimientos que aparecen y desaparecen en segundos. En este sentido, lo que tiene de interesante cualquier momento artístico no es tener que seguir fielmente y como se creyó en los años ochenta o noventa lo más reciente, ni mucho menos, como creen los posmodernos en su versión más superficial, relativizar completamente el gusto sino la capacidad de releer críticamente lo que fue el arte moderno del siglo XX. De ahí que mis modelos de crítica sean, más que los franceses, sajones y estadounidenses, entre ellos cuatro figuras fundamentales: Meyer Schapiro, Clement Greenberg, Arthur C. Danto y Rosalind E. Krauss, que han adquirido a lo largo de los años la categoría de dioses insuperables.

Desde hace años han surgido múltiples visiones distintas a las propuestas por Alfred Barr Jr, para el Museo de arte Moderno de Nueva York, que otorgaba toda la primacía a Picasso y Matisse; así, la recuperación de una visión europea ha vuelto a considerar movimientos infravalorados como el expresionismo alemán o el constructivismo ruso. Pero, se puede también, sin temor a considerarnos involucionistas afirmar que Jean Dubuffet, Morandi o Giacometti son grandes artistas, mientras la recuperación de Picabia posdadá hay que entenderla como una justificación de tendencias actuales, aunque esto nos conduzca a configurar un campo de estudio fragmentario, en el que el concepto de historia o crítica de arte, se entienda sólo como una visión global de un fenómeno.

En las recuperaciones, hay mucho de justo, algo de esnob y una gran necesidad de encontrar nuevos valores en el mercado. En Estados Unidos está de moda afirmar que una exposición de Rothko o Motherwell " ha decepcionado" y se ensalza a un grupo insignificante de artistas "posmodernos", cuando la calidad es abismal.

¿Qué decir del momento actual? Leo Castelli, uno de los grandes galeristas del siglo XX, que tenía un ojo sorprendente y cuya edad le permitió mirar detenidamente el pasado, comentó en algún momento la brevedad y caducidad de ciertos movimientos emergentes como el Pattern painting, que apenas duró unos años en Estados Unidos.

Los expresionistas alemanes de finales de los setenta, Baselitz, Lüpertz y Penck o la artista conceptual Rebecca Horn siguen aportando una obra sólida, pero es Anselm Kiefer el que continua con una fuerza que influye a cientos de jóvenes, o artistas más actuales como Roland Fischer y Günteher Förg, sin olvidar a mis admirados Sigmar Polke y Gerhard Richter. Los españoles Miquel Barceló, Cristina Iglesias, Francesc Torres y Chema Madoz, continúan ejerciendo una influencia decisiva en generaciones recientes, no sólo de España, sino de Europa. En Brasil, pienso en Ernesto Neto y Cildo Meireles la sensación que provocan sus obras es la de pretender la superación de los límites, de una búsqueda de la expresión del infinito; el sueco Lars Arrhenius, la inglesa Gillian Wearing, el suizo Peter Wiilthrich, o, los norteamericanos Lorna Simpson, Mike Kelly y Paul McCarthy .Tengo que aceptar que hay una gran diferencia, entre estos artistas y los de México, cuya mentalidad del mundo aún no tiene en cuenta una filosofía crítica, y las nuevas generaciones cada día se apuntan a las corrientes en boga.

En el terreno de la escultura la cosa se mueve con interés, como para afirmar que su último momento de eclosión, el minimalismo, ha sido superado y desbordado desde posiciones mucho más matéricas y metafóricas. No es extraño, que vuelvan a reconsiderarse los artistas del Arte povera italiano, junto a los que emerge otra generación ( Luigi Mainolfi, Patrizia Guerresi, Lucia Romualdi); en España Jaume Plensa, Susana Solano y Juan Muñoz, han logrado propuestas contundes; los italianos Giovanni Anselmo, Michelangelo Pistoletto y Luciano Frabro, o, en Gran Bretaña los nombres de Anish Kapoor, Richard Deacon, Richard Long, Tony Cragg o Barry Flanagan, con mayor o menor fortuna, proponen a su vez obras distintas. No pretendo con esto, hacer ni un mínimo de registro de lo que pasa hoy en el arte, sino sólo dar un paseo breve por algunos artistas que me interesan, y su situación en el mercado del arte.