Ofrece la OFCM un concierto mexicano de estreno internacional

Ofrece la OFCM un concierto mexicano de estreno internacional
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  • notimex

Foto: Especial

México.- La Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), bajo la batuta de José Areán, ofreció la víspera un concierto de tinte internacional, con el estreno de "Concierto de agua", de Alexis Aranda, y "Presonancias eólicas", de Juan Felipe Waller.

Ambos autores, mexicanos contemporáneos de trascendencia internacional, son originarios de la Ciudad de México; ofrecieron su "música de vanguardia absoluta", como señaló antes Areán, quien comentó que ellos "actualmente están componiendo en nuestro país y en otros, porque son bien reconocidos".

La primicia, refirió, buscó engalanar el aporte que México hace hoy por hoy al mundo de la música clásica y orquestal, y qué mejor que darlo a conocer con la OFCM. Está por demás citar que el público asistente se emocionó hasta las lágrimas al escuchar esas obras que escritas hoy parecen clásicas de siempre.

Una amplia trayectoria como compositor respalda el trabajo constante de un joven creador mexicano como Alexis Aranda. Sus obras, "afortunadamente", no han conocido el polvo o los cajones de su escritorio; por el contrario, han experimentado el vibrar de los instrumentos para las que fueron hechas.

"He tenido mucha fortuna porque no sólo han sido 15 las orquestas que han interpretado mis piezas. También, solistas internacionalmente reconocidos, que tienen una carrera consolidada y que no acostumbran estrenar piezas a nadie", refirió Aranda.

A los 20 años, su primera composición, "Dos piezas para piano", fue estrenada en un recital en el Recinto Parlamentario del Palacio Nacional. Desde entonces, su reto, al igual que el de cualquier compositor, es que sus piezas, "no se queden en un cajón haciendo un concierto para los muebles de casa".

Alumno del taller de Mario Lavista en el CNM, Alexis Aranda, cuyas piezas han sido interpretadas en diversas naciones de Sudamérica y Europa, así como de Estados Unidos y de México, se dijo estar emocionado por estrenar su obra en un concierto extraordinario donde también se interpretó una pieza de su tutor.

Por otro lado, la manera de componer de Waller es diferente y busca otras posibilidades dentro de lo establecido, para dar espacio a lo experimental, lúdico, revolucionario y moderno. Sin importar que sea música clásica y de orquesta, proyecta en sus composiciones que el sonido, más que la melodía, es lo que permite jugar con las perspectivas y sensaciones de quien lo escucha.

Su nueva obra "Presonancias eólicas", estrenada este fin de semana por la OFCM, es muestra de ello. Con el objeto de hacer hincapié en la tímbrica, la pieza incluye, en un momento cumbre, el cambalache de los instrumentos tradicionales por otros alternativos hechos con piezas de reciclaje.

Y debido a que le gusta buscar sonidos que tengan qué ver con la electrónica, en esta nueva obra, 23 instrumentistas tocan tubos junto con la orquesta, las cuerdas y las percusiones. "El sonido tiene algo, para mí hasta psicodélico, porque remite a ese sonido casi de ritual, como de trance", comentó el autor.

Componer esa pieza parte de los retos que ha enfrentado como artista. "Estoy hablando de un lenguaje técnico nuevo para mí, que requiere de especulación al componer la pieza. Tengo que imaginar cómo sonaran todos los alientos tocando estos tubos al mismo tiempo, mientras las cuerdas suenan", acotó.

El programa, que hoy se repetirá, cobijó también la interpretación de la pieza "Lyhann", debida al compositor mexicano y catedrático del Conservatorio Nacional de Música (CNM), Mario Lavista, y se complementó cuando la Filarmónica ejecutó "Metamorfosis", del autor mexicano Francisco Savín.

Para este concierto de música mexicana contemporánea, la OFCM preparó la interpretación de "El laberinto de la soledad", monumental pieza que el autor mexicano Juan Pablo Contreras creó inspirado en la obra literaria, del mismo nombre, del escritor mexicano y Premio Nobel de Literatura (1991), Octavio Paz.

Esta obra, se informó ahí mismo, granjeó al autor obtener en junio de este año uno de los premios más cotizados y deseados en materia de composición a nivel internacional, el galardón "William Schumann", de la Fundación Broadcast Music Incorporated (BMI), por la "Mejor pieza de música clásica".