Pérez-Reverte recrea en Tánger su historia de un héroe amoral

Pérez-Reverte recrea en Tánger su historia de un héroe amoral
Por:
  • j._ors

Arturo Pérez-Reverte destila la ilusión del viejo contador de historias, del hombre de acción, o el curtido lobo marino que, ya de vuelta de todo y desde la noble esquina de los recuerdos, narra lo que ha visto y escribe sobre aquellas otras existencias que le hubiera gustado vivir y que el caprichoso destino le ha burlado o privado de ellas.

El novelista avanza deprisa por las callejas de la vieja medina de Tánger, hoy un laberinto de calles estrechas salpicadas de cafés, pastelerías, tiendas antigüedades y curtidurías, y, ayer, en la distante década de los años treinta, una encrucijada apropiada para trazar emboscadas o tentar un cruce de cuchillos; una capital internacional donde coincidían refugiados políticos, diplomáticos o convencidos militantes de recientes ideologías con esa oscura estirpe de la raza humana que son los espías, los sicarios y los marchantes de aviesas sonrisas que dirigen el tráfico de armas y el comercio de la droga.

El Dato: Como corresponsal de Guerra recibió el Príncipe de Asturias de Periodismo por su cobertura de la guerra de Yugoslavia.

Este el nuevo hábitat de Lorenzo Falcó, ese personaje que él bautizó con el nombre de un familiar y el apellido de un cabo geográfico, que ahora afronta su segunda aventura en Eva (Alfaguara), una trama con muchos quilates de por medio.

“Este es el café Central, donde se junta la tripulación republicana; y el allí, el Fuentes, al que acude los nacionales. Y allá atrás es donde ambas marinerías, dejando aparte las diferencias, se pelean con los alemanes”, dice.

Arturo Pérez-Reverte camina y habla.  Lo hace con entusiasmo, como si nunca le faltara el aliento, indicando los lugares en los que se desarrolla el argumento de su nuevo libro, que recién llega a las librerías, y que discurre en 1937, cuando se le encarga a Falcó convencer al capitán de un barco republicano, cargado con oro del Banco de España, que cambie su bandera.

[caption id="attachment_653729" align="alignleft" width="187"] Eva Autor: Arturo Pérez Reverte Género: Novela Editorial: Alfaguara, 2017[/caption]

“En este libro aparecen dos clases de héroes: el moral y el amoral. Ella, Eva, es una comunista convencida, una comunista redonda, pero no es una fanática, sencillamente, por su inteligencia y reflexión, ha llegado al convencimiento de que esa ideología es lo mejor para el hombre y está dispuesta a sacrificarse por esa razón. Él, Falcó, es un amoral, un sinvergüenza, que le gusta la aventura, vivir en un mundo fascinante. He encontrado personas así: gente que disfruta cuando les disparan y no los matan”.

Pérez-Reverte ha residido como su personaje en el mítico Hotel Continental, el de Paul Bowles y esa generación de escritores y artistas que dieron a la ciudad marroquí un halo de leyenda.

“Tánger ya era Tánger mucho antes de que ellos llegaran”, puntualiza el autor.

Para documentarse, ha viajado varias veces hasta este lugar.

“Lo bueno de un escritor es que puede quitar lo que le sobra. Hay que imaginar estas calles a oscuras, con ecos de pisadas, solo con la luz débil procedente de una tetería. Los escritores pueden photoshopear esta realidad, poner y quitar lo que convenga, para encontrar el ambiente de antes y poder recrearlo”, comenta.

Luego añade riéndose: “Yo he vuelto a fumar con Falcó. Necesito conocer lo que sienten mis personajes, cómo es el lugar donde se desenvuelven; necesito estar en los sitios. Es lo que me permite jugar”.

“Muchos de mis personajes están en mis recuerdos, no proceden de la lectura. A veces hablo de gente que he conocido. Escribo con mi memoria, que es la que tantas veces me ha dado motivos”.

Y refiere el encuentro con un mercenario en Ángola en 1978.

“Estaba en un hotel y este venía contarme cosas, de cómo torturaba y la diferencia que había entre torturar a una persona inteligente y otra estúpida. Te das cuenta que estas personas lo hacen por conseguir una información, no tienen nada personal y entiendes que es una maldad casi técnica. A muchos no les gusta, de hecho. Estas cosas nos las sabes, las aprendes así como así, sino hablando con unos y otro. Pero con estos elementos es como se enriquecen las historias”, afirma

Y esto lo dice por Falcó, que en esta secuela tendrá que disparar, correr, matar y, también, y aunque le repugne, torturar.

Personajes muy crecidos. En este lance, el espía revertiano afrontará peligros y a unos personajes secundarios que vienen muy crecidos y cuyas apariciones jalonan la acción, como Paquito Araña, ese sicario de humor negro que le intenta robar al espía unas cuantas secuencias o la carismática Moira Nikolaos, otra mujer de armas tomar, a pesar de haber perdido un brazo.

“Ella es real —apunta—. La conocí bien durante los años setenta, en Oriente Medio. Y no diré nada más. Desde hacía tiempo tenía ganas de incorporarla en una de mis obras y he encontrado la oportunidad ahora”.

El novelista, quien reconoce que “escribo para evadirme del presente, que, en ocasiones, es tan vulgar”, inició la saga guiado por el mismo espíritu que las novelas de R. E. Childers, Somerset Maugham o John Buchan.

“Las novelas de Falcó están escritas en blanco y negro”, dice.

EVA / Arturo Pérez-Reverte

Los pasos venían detrás, cada vez más cerca. Sonaban ya en los primeros peldaños de la escalera. No voy a morir esta noche, se repitió Falcó. Tengo planes más atractivos: mujeres, cigarrillos, restaurantes. Cosas así. De modo que, puestos a ello, es mejor que mueran otros. Entonces se quitó el sombrero, introdujo los dedos entre la badana y el fieltro y extrajo la hoja de afeitar Gillette en su envoltorio de papel que llevaba allí oculta. Mientras recorría el último tramo hacia el arco deshizo el envoltorio y, tomando el pañuelo del bolsillo superior de la chaqueta, se protegió con él los dedos para sujetar la cuchilla entre el pulgar y el índice. Llegó así al arco, torció a la derecha y apenas lo hizo se quedó allí inmóvil, pegado a la pared, escuchando el sonido de pasos cada vez más próximos, entre el rumor del pulso acelerado que le batía fuerte en los tímpanos.

Fragmento